Название | La trastienda de la mente |
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Автор произведения | Ana Martos |
Жанр | Общая психология |
Серия | |
Издательство | Общая психология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788412150308 |
Hasta que se emitieron los manuales de diagnóstico que hemos mencionado anteriormente, DSM y CIE, la histeria se consideraba una neurosis que manifestaba un conflicto inconsciente. A partir de los citados manuales, los síntomas que antes se agrupaban bajo la clasificación de histeria se han separado en tres tipos de trastornos:
Trastornos de la personalidad histriónica.
Trastornos disociativos.
Trastornos de síntomas somáticos.
Libro
Sigmund Freud Estudios sobre la histeria. Se puede encontrar en Alianza Editorial o en las obras completas del autor en la editorial Biblioteca Nueva.
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La personalidades histriónicas reúnen las siguientes características:
Necesitan ser el centro de la atención y hacen lo posible por conseguirlo. Si no lo consiguen, suelen adoptar el papel de víctimas. Es frecuente que una de estas personas se eche la culpa de algo malo que ha sucedido, pero se culpa en público y de forma teatral, como una víctima del destino.
Se suelen comportar con los demás de forma seductora y provocativa, incluso sexual. Les gusta llamar la atención y les importa mucho la opinión de los demás. Si alguien les muestra antipatía, tienden a creer que se debe a envidia o se sitúan inmediatamente en la posición de la víctima que no sabe qué ha hecho para merecer ese rechazo.
Su conducta es teatral, como si estuviera representando una obra en el escenario, sobre todo cuando se presenta una situación conflictiva. Se enfrentan a los conflictos con teatralidad y desde la posición de víctimas de un ser maléfico superior que se empeña en hacerlas desgraciadas.
Son muy sugestionables, por lo que resultan los mejores sujetos para la hipnosis. En el siglo XIX, Charcot, director del hospital de la Salpetrière, en Paris, organizaba verdaderos espectáculos hipnotizando a mujeres histéricas ante colegas médicos y estudiantes de psiquiatría. Pierre André Brouillet inmortalizó una de aquellas escenas en un cuadro titulado Lección clínica en la Salpetrière, que se conserva en el Musée d´Histoire de la Médecine, Universidad Descartes, París. Es fácil localizarlo en Internet.
Suelen hacer amistades con facilidad, pero se vuelven posesivos y exigentes, reclamando atención de forma constante, porque necesitan gran dedicación y atención. Si no se les presta toda la atención que demandan, manipulan y culpabilizan valiéndose de cualquier método, desde enfermar hasta hacer intentos de suicidios. Suicidios siempre fallidos.
Son inestables emocionalmente, con cambios bruscos de actitud, apasionamiento y escaso raciocinio. Eso les hace volubles en sus afectos. Aman y odian apasionadamente en un corto plazo de tiempo. En realidad, estas personalidades sólo se aman a sí mismas, porque son extremadamente narcisistas y egocéntricas.
Caso
Alicia está ingresada en una residencia para mayores, porque sus circunstancias personales no le permiten vivir de una forma autónoma. Recibe las atenciones y cuidados necesarios, pero, cuando sus hijos van a visitarla, pone cara de víctima, se sienta con una postura de decaimiento y sumisión y exhala de vez en cuando un profundo suspiro, acompañado casi siempre de una queja.
- ¿Qué te pasa, mamá? - preguntan los hijos.
Ella no responde. Se limita a encogerse de hombros y a mirar tristemente a su alrededor. Al poco rato, parece olvidar su tristeza y se anima, se levanta, camina del brazo de sus hijos, pide la merienda o se ríe. De repente, cuando ya parece que todo va bien, vuelve a suspirar, a quejarse y a su postura de abandono.
Sus hijos se van siempre a casa con preocupación y sentimiento de culpa.
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Recomendaciones
Es difícil comprender a estas personas y mucho más aún satisfacerlas, porque se las ingenian para culpar siempre a los demás de lo que les sucede, pueden llegar a ser hirientes y crueles con quienes las quieren y, como hemos dicho, son muy volubles e inestables.
Lo mejor es evitar reforzar el histrionismo desde el principio, si es posible. Si accedemos a las demandas de una persona de estas características, estaremos reforzando sus síntomas y, cuanto más los reforcemos, más se consolidarán. El comportamiento histriónico busca llamar la atención, por tanto, si no lo consigue, se extingue antes o después. A veces, ese después supone una crisis, una somatización importante o un intento de suicidio.
La psicoterapia puede ser efectiva en muchos casos aunque la personalidad histriónica tenderá siempre a serlo, porque es una manera de ser.
Trastornos disociativos de la personalidad
En el trastorno de identidad disociativo, el enfermo presenta dos o varias personalidades diferentes, de las que no puede librarse y que actúan espontáneamente, presentándose en distintas ocasiones. En el trastorno de despersonalización, el enfermo siente que no es él, sino otra persona quien actúa en su nombre. Estos trastornos se producen siempre para evitar la angustia de confrontación con algún problema o situación dolorosa para el enfermo.
Pueden ir acompañados de amnesia disociativa, es decir, imposibilidad para recordar situaciones o hechos traumáticos. La amnesia puede ser parcial o selectiva, pero siempre queda algo que no es posible recordar. También puede darse la fuga disociativa, que es como una escapada psíquica que hace el enfermo para alejarse de una situación conflictiva que después no logra recordar. Es como si estuviera ausente de la situación traumática. El estupor asociativo es una falta de respuesta del enfermo, que queda inmóvil y sin hablar durante un período de tiempo.
Caso
El psiquiatra F.J. Urquiza Morales1 narra el caso de una joven de 19 años, la mayor de 6 hermanos, hija de un cabrero en un pueblo de Granada. Un día, la joven empezó a mostrarse rara, callada y ausente. Empezó a decir que veía moverse los cuadros de la habitación y que una muñeca le hablaba. En más de una ocasión, bañó a su hermano pequeño junto con el perro. Al cabo de poco tiempo, esta conducta se había transformado en estupor. No respondía a los estímulos, no podía hablar, tenía la mirada perdida y solamente emitía sonidos que parecían una pregunta:
- ¿Estoy embarazada?
La llevaron al médico, pero la familia y los vecinos creyeron que estaba embrujada por unos amigos gitanos. Después de aplicarle un tratamiento, recuperó la salud mental, aunque nunca consiguió recordar la situación traumática que la produjo. Por su pregunta sobre su supuesto embarazo, cabe pensar que hubo algún problema de índole sexual. Además, la familia no participó en la psicoterapia, porque sus creencias centraban todo el problema en la superstición y no quisieron aportar información.
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Caso
En algunas ocasiones, cuando tengo que enfrentarme a ciertas personas que me intimidan, me comporto de una forma extraña, como si no fuese yo. Empiezo a decir tonterías y cosas que no diría por nada del mundo, cosas más propias de una niña pequeña o de una tonta. Cosas que una persona adulta y formal nunca diría. Por ejemplo, cuando empecé a aprender a conducir, le pregunté al profesor si el coche autoescuela era suyo o de la escuela. El profesor me miró como si yo fuese retrasada mental y dijo que de la escuela. Yo lo sabía de sobra, pero no sé por qué no pude impedir preguntarle aquella estupidez.