Publicado por primera vez en Marea Editorial y reeditado en cinco países, «El fin del armario» constituye una investigación fundamental para comprender los avances y luchas que continúan pendientes en el siglo XXI para que la comunidad LGBTIQ goce la plenitud de sus derechos. En esta reedición, publicada exclusivamente en ebook, Bruno Bimbi suma el capítulo República de Gilead sobre la homofobia en el discurso y las políticas de Jair Bolsonaro en Brasil y el surgimiento de grupos de extrema derecha en España y Estados Unidos. Además, narra la influencia de las religiones y las legislaciones que a nivel mundial sostienen los crímenes de odio, los prejuicios y la discriminación a la transexualidad. El fin del armario es una obra imprescindible para quien desee tener una mirada actualizada, global y sensible sobre una de las comunidades que más se hizo oír en los últimos años.
""Mi amigo J y yo estamos básicamente de acuerdo: este mundo apesta. Nuestra única diferencia es que yo me quejo y él ha decidido disfrutar de la vida".
Para responder a la indiferencia de su amigo, el autor emprende un viaje lleno de encuentros esclarecedores pero no exento de escalas absurdas, poéticas, fracasadas, imaginarias…
¿Qué lógica subsiste en el Antropoceno, esa palabra que cada vez se pronuncia más y sin reparo? ¿Entendemos realmente lo que esconde este término? ¿Es un concepto que nos ayuda de verdad a comprender nuestra época o en el fondo se trata de una cortina de humo que sirve para engañarnos y retrasar el cambio de estilo de vida que las sociedades occidentales demandan con urgencia?
Antropoceno obsceno —híbrido de ensayo, reportaje periodístico y diario íntimo— propone un itinerario tan serio como delirante del Antropoceno (o Antropobsceno, en palabras del autor) para adentrarse en las cuestiones sociológicas, filosóficas, económicas, culturales, creativas… que conforman este nuevo mundo y tiempo en ocasiones obscenos.
Las entrevistas a Edgar Morin, Bernard Stiegler, Yayo Herrero, Gilles Clément, Valérie Chansigaud, Santiago Cirugeda y otros expertos de diversas disciplinas acompañan una lectura libre de formas y formalismos que no por ello renuncia al rigor que el tema y esta época exigen."
"Mi mayor frustración es no ser un sociópata. Creo que no soy el único. Son las figuras dominantes de la televisión y casi no hay género televisivo que esté a salvo de su presencia. Las series de animación han sentido la fascinación por los padres sociópatas (con grados distintos de cordura) desde el mismo día en que los creadores de Los Simpson se percataron de que Homer era un protagonista más interesante que Bart. En una demostración de que los dibujos para el público infantil también pueden ser vehículos del mal radical, Eric Cartman, personaje de South Park, lleva más de una década escupiendo invectivas racistas y tramando maldades. En el otro extremo del abanico, los buques insignia de los dramas que la televisión por cable ofrece a un público con veleidades intelectuales han sido casi sin excepción sociópatas de toda clase: el mafioso Tony Soprano de Los Soprano, los gánsteres Stringer Bell y Marlo de The Wire, el seductor impostor Don Draper de Mad Men, por no hablar del asesino en serie que da nombre a Dexter".
El nuevo capitalismo del siglo XXI se rige por la «necropolítica» y el «gobierno privado indirecto». Ahora impera una nueva concepción de la soberanía: la de aquellos actores internacionales que deciden quién debe vivir y quién debe morir en un momento dado, atendiendo a criterios estrictamente económicos. Y las nuevas guerras, en consecuencia, son actos bélicos nomádicos que realizan empresas privadas –en connivencia o no con los Estados, poco importa…– que no buscan obtener territorio ni someter a las poblaciones; tan sólo afianzar recursos estratégicos y obtener beneficios inmediatos a cualquier coste.La necropolítica ha conseguido transformar a los seres humanos en una mercancía intercambiable o desechable según dicten los mercados. Esta nueva forma de gestión de las poblaciones –quizás más evidente en el denominado tercer mundo y, en particular, en el continente africano– es un paso más respecto de la «biopolítica» enunciada por Foucault. Una nueva manera de entender la realidad en la que la vida pierde toda su densidad y se convierte en una mera moneda de cambio para unos poderes oscuros, difusos y sin escrúpulos.
El autor plantea su tesis en virtud de la cual la consiencia es una magna anomalía para la ciencia, nos obstante ser el medio, soporte y campo de cualquiera investigación, por lo cual no debe limitarse la ciencia normal a los dominios de lo físico, matrial, emociona o mental, sino liberarse para llegar con métodos a decuados a las dimensiones del espíritu.
No hace mucho, en un periódico mexicano apareció una viñeta en la que se veía al diablo muy preocupado, charlando con un colega por la situación de violencia que sufre el país. «Durante décadas», venía a decir, «temimos que se colombianizara México, ahora lo que nos da miedo es que se mexicanice el infierno…»"En estos días de cardos y espinas laborales he empezado a leer un libro editado por Melusina, felizmente radical como todos los suyos, que tiene un título irresistible: Capitalismo gore." – Maruja Torres. «Un análisis filosófico valiente y transgresor de la realidad post-capitalista, en el que se incluyen espacios de significación tradicionalmente olvidados por el pensamiento primermundista.» – Premio Estado Crítico de ensayo 2010
Aunque Argentina había logrado mantenerse a salvo, el fascismo cobra actualidad en el contexto de un mundo que comienza a recurrir nuevamente a la movilización reaccionaria y en el clima de época instalado por el macrismo, la campaña del voto celeste o el surgimiento o consolidación del nuevo partido Nos, que no han dudado en exaltar las fuerzas de seguridad, defender la antipolítica y recurrir a la estigmatización del otro como estrategia de agitación electoral.Este libro es un ensayo urgente y profundo sobre el fascismo, pero también una advertencia, un llamado a enfrentar al huevo de la serpiente antes de que sea demasiado tarde.
Luego de observar durante muchos años el accionar de los hombres violentos y comprobar el daño que ocasionan a sus víctimas, se transforma en una necesidad esencial reeducar a estas personas. Sólo personas de buen corazón y con actitud generosa pueden limitar o hacer retroceder este flagelo de la violencia, que produce sufrimiento a millones de mujeres, ancianos y niños, desde hace muchísimos años.