Название | Enredado Con La Ladrona |
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Автор произведения | Kate Rudolph |
Жанр | Современная зарубежная литература |
Серия | |
Издательство | Современная зарубежная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788835426691 |
Enredado con la ladrona
Traducción del inglés: Elizabeth Garay
Entrar, robar la gema y salir.
Pero todo se fue al infierno y ahora Mel está sin su pago y en la mira de un león alfa enojado.
A Luke no le va nada mejor.
Su hermana está en problemas, la Esmeralda Escarlata ha desaparecido y Mel está de regreso, dispuesta a enfrentarse a él de nuevo. Pero para curar a su hermana, Luke hará lo impensable. Le pedirá a Mel su ayuda para salvar la vida de Cassie.
Y pronto, la atracción se eleva entre ellos, enredando sus vidas más de lo que jamás estuvieron dispuestos.
“Robo al Alfa” es una serie de tres partes protagonizada por Mel, una extraordinaria ladrona y mujer leopardo, y Luke Torres, un hombre león alfa. Acompáñelos mientras realizan atracos, luchan contra vampiros, se encuentran con brujas, aprenden a confiar y se enamoran.
Por Kate Rudolph
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Entangled with the Thief © Kate Rudolph 2015.
Diseño de portada por Kate Rudolph.
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta historia puede ser utilizada, reproducida o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, sin el permiso por escrito del titular de los derechos de autor, excepto en el caso de breves citas mencionadas en reseñas y artículos.
Este libro es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares y eventos son producto de la imaginación de la autora o han sido utilizados de manera ficticia y no deben interpretarse como reales. Cualquier parecido con personas, vivas o muertas, situaciones actuales, lugares u organizaciones es meramente una coincidencia.
Publicado por Kate Rudolph.
Traducción del inglés por Elizabeth Garay
Índice
1. Capítulo Uno
2. Capítulo Dos
10. Capítulo Diez
1
Capítulo Uno
Crystal Lake Savings and Loan se encontraba un poco alejado de la carretera principal, en un bonito conjunto de oficinas en Crystal Lake, Wisconsin. Al mediodía de un miércoles, el tráfico de entrada y salida del banco era bastante constante. Los trabajadores que se encontraban en su almuerzo acudían a cobrar y depositar cheques, y los empleados a tiempo parcial cambiaban de turno. Mel observaba todo a través del espejo retrovisor en un auto estacionado a media cuadra de distancia.
Mel se enderezó el cuello de la blusa y revisó su reloj. Kathy Pierson era su objetivo y necesitaba estar dentro antes de las 12:30 o todo estaría jodido. Considerando el lado positivo, este trabajo no exigía ampliar exactamente sus habilidades. Era un banco de un pueblo pequeño que protegía los bienes de una pequeña población. Pero significaba que nadie buscaría aquí la caja de seguridad de Tina. Principalmente, porque Mel sospechaba que se trataba de un acuerdo temporal. El cristal de adivinación era el único objeto de Tina que se encontraría en este banco, probablemente en el estado. Pero Mel no necesitaba nada más de esa bruja, ya no. Una vez que tuviera el cristal, estaría en camino de enfrentarse a la única persona que ya no tenía un lugar en la vida.
Mel estaba interpretando el papel de Helen Undine, una abogada mediocre de Milwaukee que buscaba una vida sencilla. Su cabello lo llevaba recogido en un moño apretado que no permitía cabellos sueltos. Su traje era dos tonos más oscuros que el beige, y particularmente poco favorecedor, pero costoso. Llevaba un pequeño collar de perlas y un llamativo anillo de compromiso. Helen era una ... mujer complicada. Y exactamente era lo que Mel necesitaba en ese momento.
Llevaba zapatos planos, aunque Helen normalmente usaba tacones. Pero algunas cosas debían sacrificarse por conveniencia, y correr con un traje de falda sería lo suficientemente difícil y ella no tenía ningún deseo de tropezar debido a centímetros innecesarios.
El interior del banco no le daba la mejor impresión de seguridad. El escritorio de un ejecutivo estaba desocupado en el vestíbulo, y quienquiera que se sentara allí había dejado la computadora conectada a la red del banco. El guardia de seguridad, que sólo llevaba una pistola eléctrica y no un arma de fuego, la recibió con una sonrisa. Tres mujeres ocupaban los puestos de cajeras, aunque solo una estaba ocupaba con un cliente. Las otras dos charlaban, sin prestar atención a la entrada.
Sonrió cuando vio a Kathy Pierson cruzar por el lugar.
Antes del final de su turno, la mujer hizo una última revisión de las cajas, que era lo que había estado haciendo todos los días desde que Mel revisaba el banco. Rápidamente, Mel dio un paso adelante, agarró el maletín y se topó con la gerente del banco.
«¡Oh! Disculpe, lo siento mucho», dijo Kathy. Le dio a Mel un rápido vistazo, notando las joyas y el fino cuero de su maletín. «No la vi. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarla el día de hoy?».
Perfecto. Mel dedicó la suficiente frustración en su postura e inclinó la nariz antes de hablar. «Sí», frunció los labios y mantuvo sus palabras entrecortadas. «Necesito acceder a mi caja de seguridad. ¿Es usted quien puede ocuparse de eso?». La condescendencia goteaba en su tono.
El cuello de Kathy se tensó por la frustración. Mel sabía que, a esta hora del día, ella era la única persona autorizada para llevar a los clientes a la bóveda, y estaba a unos minutos de irse a casa. Pero ella sonrió y ni siquiera pareció molesta. «Por supuesto.