Corrientes de psicología contemporánea. Martín Echavarría

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Название Corrientes de psicología contemporánea
Автор произведения Martín Echavarría
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789873736445



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que marca un cambio decisivo en la evolución del concepto nosológico”.

      21 La preocupación por la hipnosis, cuyo descubrimiento se retrotrae al “magnetismo animal” del charlatán y esotérico Franz Anton Messmer, es típicamente romántica y por esa vía se conecta con las influencias mencionadas en el punto anterior. Cf. E. Pavesi, “Franz Anton Mesmer (1734-1815) e il magnetismo animale. Da teoria medica a conoscenza iniziatica”, en M. Introvigne (curatore), Massoneria e religione, Editrice Elle Di Ci, Leumann (Torino) 1994.

      22 Cf. P. Janet, L’automatisme psychologique: essai de psychologie expérimentale sur les formes inférieures de l’activité humaine, Félix Alcan, Paris 1889 (4ª edición editada por Société Pierre Janet et le Laboratoire de psychologie pathologique de la Sorbonne avec le concours du CNRS, Paris 1973).

      23 En realidad la expresión “psicología clínica” se la debemos al psicólogo estadounidense Lightner Witmer (1867-1956), quien había estudiado con el pionero de la psicología americana James McKeen Cattell en la Universidad de Pensilvania y doctorado con Wilhelm Wundt en la Universidad de Leipzig. En el año 1896, Witmer funda la primera clínica psicológica, y más tarde acuña la expresión “psicología clínica”. Esta psicología clínica consistiría en una adaptación de los conocimientos surgidos de la psicología experimental a la ayuda de los individuos. No se la llama “clínica” por ser de corte médico, pues es sobre todo pedagógica, sino por centrarse en el estudio del individuo. Así lo dice Witmer: “Los métodos de la psicología clínica siempre se implican necesariamente dondequiera el estado de la mente de un individuo se determine por la observación y el experimento y el tratamiento pedagógico aplicado para efectuar un cambio, a saber, en el desarrollo de dicha mente individual” (citado por B. R. Hergenhahn, Introducción a la historia de la psicología, Thomson, Madrid 2001, 510). Este es el origen de la psicología profesional, que sólo más tarde incorporará las teorías y prácticas provenientes de la psicoterapia, que durante la primera mitad del siglo xx estuvo casi exclusivamente en manos de médicos.

      24 Freud consideró que el hecho de que sus teorías se basaran en experimentos de laboratorio y no en la experiencia clínica, es lo que habría impedido a Janet descubrir el mecanismo de la represión; cf. S. Freud, “Cinco conferencias sobre psicoanálisis”, en Obras completas, vol. XI, Amorrortu, Buenos Aires 1991, 19: “Cuando luego me apliqué a continuar por mi cuenta las indagaciones iniciadas por Breuer, pronto llegué a otro punto de vista acerca de la génesis de la disociación histérica (escisión de conciencia). Semejante divergencia, decisiva para todo lo que había de seguir, era forzoso que se produjese, pues yo no partía, como Janet, de experimentos de laboratorio, sino de empeños terapéuticos”.

      25 Por esto, según Janet, Freud sería un plagiador de la escuela francesa; cf. P. Janet, La médecine psychologique, Flammarion, Paris 1928, 41: “En esa época, un médico extranjero, el Dr. Freud (de Viena), vino a la Salpêtrière y se interesó por estos estudios, constató la realidad de los hechos y publicó nuevas observaciones del mismo género. En esas publicaciones, él modificó para empezar, los términos de los que yo me servía. Llamó psico-análisis lo que yo había llamado ‘análisis psicológico’; llamó complejo, lo que yo había denominado ‘sistema psicológico’, para designar ese conjunto de hechos de conciencia y de movimientos, sea de miembros, sea de vísceras, que permanece asociado para constituir el recuerdo traumático; consideró como una ‘represión’ lo que yo atribuía a un ‘estrechamiento de la conciencia’; bautizó con el nombre de ‘catarsis’ lo que yo designé como una ‘disociación de la conciencia’ o como una ‘desinfección moral’. Pero sobre todo transformó una observación clínica y un procedimiento terapéutico con indicaciones precisas y limitadas, en un sistema de filosofía médica”.

      26 Berta Pappenheim (1859-1936), de origen judío como el mismo Freud, y como la mayoría de sus primeros discípulos y pacientes, además de por ser el arquetipo de caso de neurosis sobre el que versa el psicoanálisis, es famosa por su posterior militancia feminista.

      27 Para un relato completo y detallado de este caso, cf. J. Breuer - S. Freud, Studien über Hysterie, trad. esp. “Estudios sobre la histeria” (1895), en S. Freud, Obras completas, vol. II, Amorrortu, Buenos Aires 1990.

      28 S. Freud, “Cinco conferencias sobre psicoanálisis”, 8.

      29 Estudios sobre la histeria, 47-48.

      30 Este término fue utilizado por Aristóteles en su Poética para explicar la purificación de las emociones que se produce en el espectador de la Tragedia, por su identificación con los protagonistas de la misma.

      31 Según el célebre psicólogo Hans J. Eysenck, “Ana O.” no habría padecido realmente de histeria, sino de una meningitis tuberculosa, que no habría sido bien diagnosticada: Cf. H. J. Eysenck, Decline and fall of the Freudian empire, 32: “Además, Anna no sufría de histeria en absoluto, sino de una seria enfermedad física, llamada meningitis tuberculosa. Thorton da cuenta de toda la historia:

      La enfermedad sufrida por el padre de Bertha [el verdadero nombre de Anna era Bertha Pappenheim] era un absceso sub-pleurítico, una complicación frecuente de la tuberculosis pulmonar, sumamente frecuente en Viena. Ayudando como enfermera, y pasando muchas horas en la cabecera de la cama, Berta habría sido expuesta a las numerosas ocasiones de infección. Además, a principios de 1881, su padre había tenido una operación –probablemente incisión del absceso y la inserción de un drenaje–; esto fue realizado en casa por un cirujano de Viena. El cambio de los drenajes y la limpieza de las secreciones purulentas llevó a la diseminación de los organismos infecciosos. La muerte del padre a pesar de todos los cuidados indicaría la fuerza virulenta de la invasión del organismo”. Según Eysenck, Freud y varios discípulos habrían sabido del rotundo fracaso terapéutico del caso Ana O., y las presunciones basadas en tal cura (fracasada) serían absolutamente infundadas (ibidem, 56).

      32 Cf. M. Onfray, El crepúsculo de un ídolo. La fabulación freudiana, Taurus, Buenos Aires 2011, 358: “Si Freud no es el inventor de la cosa psicoanalítica, tampoco lo es de la palabra psicoanálisis. Esta historia es menos conocida. [...] Así son las cosas: cuando la palabra aparece por primera vez en él, no se trata de psicoanálisis [psychoanalyse] sino de psico-análisis [psycho-analyse]. La primera aparición, con esta forma, está en ‘La herencia y la etiología de las neurosis’, un artículo publicado en francés en la Revue neurologique, 4 (6), del 30 de marzo de 1896. Freud habla entonces de un procedimiento terapéutico por medio del cual se rastrea el trauma sexual en el origen de la neurosis. En ese momento, el autor atribuye la paternidad del psico-análisis (iii, p. 115) [iii, p. 151] a... Josef Breuer”.

      33 Esto pasa hoy en muchos ámbitos, como el de la pedagogía. Los pedagogos modernos luchan contra una pedagogía “tradicional” que no es tan tradicional. La gran crítica de la pedagogía moderna a la pedagogía tradicional como una pedagogía en la cual el educando es pasivo, no es válida respecto de la pedagogía verdaderamente tradicional. Santo Tomás mismo en su De Magistro (q. 11 De veritate) sostiene que el agente principal del aprendizaje es el que aprende, no el maestro que juega un rol instrumental. El maestro sólo da signos exteriores (palabras imágenes, etc.). Pero es el intelecto del educando el que, con esta guía, concibe por sí mismo el conocimiento.