De Andalucía a La Habana. Juan Antonio López Fernández

      y el verano inalcanzable

      colándose deprisa

      con el otoño de la mano,

      empujado por ese oscuro y frío invierno

      cada día más cercano.

       Juan Antonio Almanado

      VII. Mi café

      Y te bebí de un golpe

      junto a mis fantasías.

      Como al café amargo

      que hacía falta a mi vida.

      De tu boca a mis besos,

      de mi sed a tus días,

      y fuimos más que amantes,

      aunque no te tenía.

      Fueron días perfectos

      donde triunfó el amor.

      Habitabas mi cuerpo,

      eras mi inspiración.

      De repente, a mi mundo

      le faltó tu pasión.

      Inexplicablemente fracasó la ilusión.

      Y dibujé mil veces

      tu mirada en la arena.

      Junto al mar y los peces

      fueron noches en vela.

      Mas se enfrió tu cuerpo,

      y el amor naufragó.

      Te extrañamos un tiempo

      el mar, mi café y yo.

       Lisset Saavedra

      VIII. Otro día sin ti

      Otro día sin ti,

      difícil ahora ser feliz.

      Uno fuimos los dos,

      uno y uno después del fin.

      Detrás del amor

      sentenciado a morir,

      en esta cruel soledad,

      en nuestra cruel realidad,

      lanzándonos al precipicio

      por un sendero desconocido

      de cabeza y sin red,

      el mundo se hunde a cada paso

      aislados en nuestro fracaso.

       Juan Antonio Almanado

      IX. ¿Te enseño a volar juntos?

      Me cubriré la cara

      de nubes, muchas lunas,

      bajo el sol y un sombrero,

      saciaré mi locura.

      He esperado paciente,

      para no despertarte,

      pero te haces presente

      y hoy necesito amarte.

      Un sombrero que ahogue

      estas ansías que siento,

      o que de una vez exploten

      y te las lleve el viento.

      Vuelen hasta tu cama.

      Te acaricien el cuerpo.

      Te estremezcan el alma.

      Te dejen sin aliento.

      Y en el momento exacto

      que se detenga el tiempo,

      beberé tu mirada,

      la apresaré en recuerdos.

      Y volveré a las nubes

      relajada y sin miedos.

      ¿Te enseño a volar juntos?

      ¡Lancemos el sombrero!

       Lissett Saavedra