Название | Ya no te llamarán abandonada |
---|---|
Автор произведения | Luis Alfonso Zamorano López |
Жанр | Социология |
Серия | |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788428835053 |
El inicio de mi recuperación fue el día en que, ante el tribunal, mi agresor asumió la responsabilidad por sus acciones y admitió su culpabilidad. Este reconocimiento tuvo un efecto profundo en mí. Con el tiempo me permitió ser capaz de perdonarle y no sentirlo ya como una presencia en mi vida […] Ya era capaz de dejar atrás los años perdidos. No he vuelto a ser hospitalizada con ningún problema de salud mental desde entonces 14.
Hasta aquí este breve recorrido histórico. Como puede verse, arrastramos una trágica «historia que avergüenza» 15. A lo largo de los siglos, los niños han sido olvidados, desacreditados, violentados. Hoy, al mirar hacia atrás, no podemos menos que sentir horror ante las prácticas y los tormentos a los que eran sometidos muchos niños. Es indudable que se están dando pasos de gigante en la protección de la infancia y en la toma de conciencia de la tragedia que supone el ASI, tanto en la Iglesia como en la sociedad civil, pero el desafío sigue siendo inconmensurable y no podemos dormirnos en los laureles.
4
¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS COMUNES DEL ASI?
La falta de una mínima comprensión de las características que tiene el ASI lleva generalmente a una falta de empatía brutal con el sufrimiento de las víctimas y a intervenciones que lo único que hacen es ahondar el dolor. En este sentido, la ignorancia no solo es atrevida, sino además muy hiriente. Muchas veces, por ejemplo, fui testigo de cómo se dudaba de la veracidad de los testimonios de algunas víctimas. Los cuestionamientos son siempre los mismos: «¿Y por qué no hablaron antes?; ¿por qué ahora, después de tanto tiempo?»; «¿Y cómo no se defendieron, si ya eran mayorcitos?». El caso de James Hamilton, una de las víctimas del sacerdote chileno Fernando Karadima, en el que los abusos continuaron durante muchos años, estando incluso casado y ya con hijos, suscitaba aún más incredulidad. La gente decía: «Vale, entiendo que, siendo un menor, haya podido haber sido abusado. Pero ¿por qué no cortó siendo ya adulto? ¿No será que en el fondo era gay y se casó para ocultar su homosexualidad?». Otros, en tono más irónico, afirman: «Para mí que era bisexual y le gustaba…».
La primera pregunta que le hicieron a James Hamilton en la entrevista del programa de Tolerancia cero fue precisamente esa: «¿Qué hace que una cosa como esta pueda suceder?». Sin duda es la pregunta que muchos se hacen: «Si te estaba haciendo tanto daño, ¿cómo permites que te case, bautice a tus hijos y encima sea el padrino de uno de ellos?». Recojo aquí parte del testimonio de James Hamilton 1:
Es la pregunta que yo mismo me he hecho durante años… No tanto qué le pasa a él, sino qué le pasa a uno para haber vivido esta experiencia que te hace perder el centro […] que provoca dentro de uno un quiebre interno total hasta que finalmente te transformas en un perverso… ¿Por qué uno engaña y persiste tanto tiempo? Soy el primero que me lo planteo 2.
En su testimonio, el doctor Hamilton cuenta cómo los abusos no solo se daban en la habitación del cura, sino esporádicamente en su propia casa, con la excusa de revisiones médicas. Su despertar comenzó cuando, en una ocasión, al salir de la misa, uno de sus hijos pequeños se perdió. Él salió como un loco en su búsqueda, y el primer lugar al que fue a mirar fue la habitación del párroco. El niño estaba allí, pero, gracias a Dios, estaba solo. Esta reacción fue sentida por su mujer, Verónica Miranda, como muy extraña, y se convirtió en la ocasión para que él pudiera romper al fin su silencio con ella. Verónica fue clave en todo el proceso, especialmente a la hora de iniciar y dar continuidad a las denuncias. En otro lugar de la misma entrevista comenta Hamilton:
Otra de las dudas que la gente expresa es: «Esto es un tema de homosexuales…». La gente no tiene ni idea, la gente comenta con mucha liviandad. Nunca he sido homosexual, pero me lo he llegado a cuestionar, y ha sido terrible.
En el párrafo que viene a continuación deja entrever algunas respuestas que profundizaremos más tarde:
Tantas veces intenté alejarme, y, cuando él veía eso, mandaba a conversar conmigo a sus sacerdotes más cercanos (Barros, Arteaga), que me decían que estaba haciendo sufrir al Padre con mi actitud y lejanía. Así, al final no aguantaba más la presión y terminaba yendo de nuevo a la habitación… Él era como un papá hacia el que sentía amor y odio… Tenía miedo de perder el favor de Dios… Hay un momento en el que estás tan desorientado y tienes tanto odio hacia ti mismo que todo te da igual… Te sientes basura, que te use.
Muchas otras víctimas suelen preguntarse por qué, a pesar de todo el terror que les provocaba el abusador, no terminaban de cortar el vínculo con él y volvían una y otra vez a la escena del crimen, en la que el abusador seguía haciendo de las suyas. Mi objetivo en este capítulo es adentrarnos en la dinámica del abuso. En casi todos los casos veremos además que hay un mismo patrón de conducta, con elementos que constituyen un denominador común. Ojalá nos sirva para empatizar con su dolor y su lucha y no ser de esa gente que comenta con liviandad. Sin más preámbulos, vamos a ello.
Las principales características, comunes a toda relación abusiva son cinco: la primera, lo que podríamos llamar el proceso de vampirización; la segunda, el secreto; la tercera, las amenazas y represalias ocultas; la cuarta, la confusión, y la quinta, la responsabilidad única y exclusiva del abusador.
Estoy seguro de que después de este capítulo ya tendremos elementos suficientes para entender por qué las víctimas suelen tardar tanto en romper su silencio y por qué la relación abusiva en algunos casos se extiende durante tantos años.
1. ¿Cómo es posible que el abuso se extienda en algunos casos durante años? El proceso de «vampirización» y «síndrome del hechizo»
La expresión «proceso de vampirización» es de Barudy, y me parece genial para ilustrar el proceso de seducción por medio del cual la víctima termina cayendo rendida en las redes del abusador. Barudy afirma que este proceso es «comparable al proceso de lavado de cerebro, utilizado en países totalitarios para lograr una sumisión incondicional de sujetos rebeldes sin utilizar violencia física» 3.
La otra expresión que seguro ayudará mucho para comprender cómo el abusador logra el control absoluto sobre su víctima es la del «síndrome del hechizo». El hechizo es definido como la influencia que una persona puede ejercer sobre otra sin que esta última se dé cuenta de ello 4.
No hace mucho, en España fue noticia el caso de una joven de 18 años que se escapó de su casa para vivir con un supuesto gurú en la selva del Perú. Sus familiares la encontraron, junto a su bebé, en condiciones lamentables. La chica estaba como ida, en un estado como de trance que la mantenía en cautividad, habiendo perdido todo sentido crítico, mostrándose indiferente a las muestras de cariño y de cuidado por parte de su familia. Con ella había otras chicas. Se trataba sin duda de un grupo sectario. El líder fue detenido por las autoridades de Perú. Esta dinámica de anular casi por completo la voluntad de las personas para así dejarlas a merced del arbitrio del líder es típica de las sectas, y también de las relaciones abusivas, especialmente cuando las víctimas son adolescentes o adultos vulnerables.
El abusador gana poco a poco el afecto y la confianza de la víctima –también de su familia– y se va apoderando, en una dinámica creciente,