Название | Decadencia |
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Автор произведения | Adrian Andrade |
Жанр | Языкознание |
Серия | Decadencia |
Издательство | Языкознание |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789942878533 |
La escotilla hacía el área de comedores y la cocina yacía abierta para su buena fortuna. Regularmente tendía a batallar porque al parecer había un chistoso que la atascaba con su enorme fuerza y por coincidencia, siempre parecía ser la víctima de esta pésima broma.
Tras agacharse y levantarse, se encontró con una corredera de gente en todas las direcciones. Hasta eso era silencioso y ordenado, aunque pudiera ser que las estridentes alarmas fusionadas con los continuos estallidos estuviesen opacando la esencia del caos emitida por sus compañeros.
Heros se mantuvo apegado a la pared de su lado derecho hasta colocarse a un costado de los elevadores. Sin embargo, decidió rodearlos para ingresar a la escotilla, la cual comunicaba con las armas secundarias del flanco derecho.
Hasta eso el espacio era considerado, el detalle en sí recaía en la ausencia de unos barandales ya que aquí la división entre los tres niveles en los cuales se estructuraba el crucero espacial estaba demasiada expuesta por sus techos y paredes entreabiertos de metal. Toda una estructura agujereada de acero había sido integrada para darle el paso al cableado de las instalaciones eléctricas, hidráulicas, entre otras.
Los portadores de las metralletas no paraban de disparar a las naves que acechaban al Sentry Shuttle. Sin duda había una guerra allá afuera y Heros se encontraba en primera fila. Había pasado un buen tiempo sin haber combatido las fuerzas supremas, dado que la última vez resultó en su desventaja como solía suceder gracias al vínculo directo con el Sensor de la Tierra.
En esta ocasión, parecía tratarse de otra situación absolutamente distinta, el Sentry Shuttle estaba experimentando autentico daño y no sólo en el exterior. Heros tuvo que agacharse ante las chispas emergentes de un cableado que recién se había desbaratado ante la cercanía de un bombazo. No podía comprender lo que sucedía, era como si de la nada el escudo protector de la Tierra ya no los estuviera protegiendo ¿Será que alguien dentro de este transporte de vigilancia había alterado los sistemas para ponerlos a merced de la Legión Suprema? Un pensamiento que optó por desecharlo a la brevedad.
Heros decidió apurarse al puente de mando ya que quedarse con los brazos cruzados no lo ayudaría a saber con certeza, ni mucho menos cuando la nave radicaba al borde de la extinción.
—¡Ataque eminente, sujétense!
En cuanto lo advirtió uno de los portadores, el ventanal explotó junto con la metralleta. Heros se sostuvo fuertemente de uno de los tubos evitándose ser succionado por la gravedad del vacío. Al parecer una nave enemiga se había estrellado logrando crear esa brecha entre el espacio y la nave.
Para cuando los escudos de emergencia se reactivaron, ya varios de los soldados y técnicos habían sido succionados por la oscuridad. Heros volvió a ponerse de pie y continuó su ascenso por las escaleras verticales, ignorando las súplicas de auxilio provenientes de un segundo portador que se había quedado sin municiones.
Heros no tenía tiempo de sobra para reabastecerlo, esperaba y otro de los sobrevivientes le asistiera ya que en definitiva, el crucero debía resistir en orden de llevar a cabo una exitosa evacuación. Por más que odiaría confesarlo, el Sentry Shuttle estaba perdido.
La escotilla para ingresar al primer y substancial nivel se encontraba obstruida. Heros maldijo por unos segundos hasta recapacitar en este innecesario ritual humano. Era ilógico que regresara al segundo nivel, otra vez era atravesar por la cocina sólo para volver a subir por el cuarto de armas secundarias del franco izquierdo.
Ante otro molesto zumbido ocasionado por las explosiones externas, Heros se acordó del pequeño láser que cargaba en uno de sus compartimentos secretos de su chaleco metalizado. Rápidamente lo extrajo y en cuanto estuvo a punto de encenderlo, el Sentry Shuttle sufrió un imprevisto giro del cual provocó que se le deslizara por el ahora descendente pasillo.
De inmediato Heros se explayó por la áspera estructura hasta sostener el láser portátil entre sus manos. Esta vez trató de sujetarlo con fuerza mientras el crucero se aplanaba. Por un momento pareció haberse perdido la esperanza, pero he aquí se encontraba otra vez de pie observando como los sobrevivientes tomaban los lugares de los caídos con tal de ejecutar las defensas de la nave a su máximo potencial.
Al menos las ametralladoras en cada nivel parecían repeler el ataque enemigo, aunque no podía darse el lujo de confiarse de más; necesitaba recurrir al puente de mando para tener una noción de este giro inesperado de eventos y supervisar las maniobras desencadenadas como corregirlas en orden de mantener activo este transporte.
Apoyándose con el barandal, Heros comenzó a quemar la cerradura de la escotilla. Una vez destrozada, pateó con insistencia hasta que esta cosa se desprendió por el otro lado. Cuidadosamente se puso de rodillas y estiró su espalda para gatear por el túnel ubicado en uno de los extremos de la zona de despegue.
Más que una plataforma podría considerarse como un hangar para toda clase de aeronaves, aunque no sólo era un espacio exclusivo para los pilotos, puesto que en el otro extremo se había construido un área de entrenamiento militar para que los soldados pudieran llevar a cabo sus entrenamientos de campo.
La terraza deslizante se encontraba cerrada ante el fuego enemigo, lo cual Heros lo tomó como prudencia. Sin embargo, seguía sin tener una visión clara de la batalla que lo rodeaba en el exterior. Para su asombro, se encontró con que el elevador hacía el último nivel estaba funcionando; esto si era imprudente ya que quién estaría loco como para arriesgarse a transportar mercancía en víspera de la constante inestabilidad.
La respuesta a su inquietud fue contestada al instante en que sus ojos captaron a Bryan quien estuvo a punto de regresarse abruptamente hasta el fondo con todo y elevador si no hubiese sido por los reflejos de primera clase de Heros.
—Sargento González —lo estabilizó conforme se desplazaba hacía el puente de mando—. Desconocía que tuvieras delirios de grandeza, tanto como para suicidarte.
Bryan lo saludó con formalidad y ambos retomaron su rumbo hacia el fondo izquierdo, haciendo caso omiso de las maniobras agresivas de sus compañeros.
—Perdóneme Subteniente Durion, me enviaron a inspeccionar las instalaciones eléctricas.
—¿Y cuál es el estatus?
—Grave Subteniente, estamos perdiendo energía y rápido.
Heros y Bryan deslizaron sus tarjetas en los lectores obteniendo el libre ingreso al conducto que conllevaba al puente de mando. Tras cerrarse la primera compuerta detrás de ellos, la segunda enfrente se deslizó revelando un gran vació debajo de sus pies.
Bryan se adelantó y tecleó un comando en la consola que tenía a un lado de él. Tras darle aceptar, un pasillo comenzó a cubrir parte del vacío; aquello había sido establecido como medida de seguridad para impedir el cruce del personal no autorizado.
Conforme se extendía el invocado pasillo, Heros y Bryan se sujetaron de las agarraderas para evitar que un imprevisto estruendo los hiciera caer al acantilado. En aproximadamente un minuto, ambos extremos se interconectaron restableciéndose el conducto al puente de mando.
De nueva cuenta tuvieron que insertar sus tarjetas para activar la cúpula la cual tras girarse se reveló un set de escaleras en forma espiral que ascendían hacía la superficie de mando. Bryan le cedió el paso como era costumbre y Heros no titubeó en tomar la delantera.
Finalmente había llegado al puente de mando aunque para su asombro lo primero que contempló, a través de la prolongada y curveada superficie cristalina que envolvía este centro, lo dejó en absoluto silencio. Se le dificultaba comprender las razones detrás de aquellas irrespirables circunstancias que se desenvolvían enfrente de éste.
No era tanto el conteo de los daños infligidos en el Sentry Shuttle a consecuencia del enjambre de naves enemigas que los acechaba, sino se trataba de la infinidad de destellos amarillos y rojizos que se registraban en el delicado planeta Tierra.
De por sí había sido sometido bajo un escudo protector referido como el Sensor para justo contrarrestar estas perceptibles fracturas.