Название | La práctica de la preparación física |
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Автор произведения | Estélio H.M. Dantas |
Жанр | Сделай Сам |
Серия | Preparación Física |
Издательство | Сделай Сам |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788499108957 |
Durante la fase básica, el esfuerzo principal del entrenamiento es obtener una buena base física y técnica. En esta fase se trabajan las cualidades físicas ligadas al deporte durante el entrenamiento, complementando la formación física y aumentando el lastre fisiológico del deportista.
Junto con este fundamento físico se establecen las bases del desarrollo técnico-táctico y psicológico, estrechamente vinculadas con un constante acompañamiento médico deportivo.
El principio de la sobrecarga se aplica, con énfasis, al volumen de entrenamiento; sin embargo, no se debe dejar de lado el incremento de la intensidad.
En principio, no habrá competiciones para los deportistas en esta fase. Se debe tener siempre previsto un objetivo pedagógico en caso de que se quiera participar en alguna competición, tomándolo como un medio auxiliar en la preparación. Lo que no se debe hacer es modificar el entrenamiento con el fin de preparar al deportista para conseguir resultados en esta fase.
Es una fase específica donde, aprovechando los fundamentos establecidos en la fase básica, se procederá a desarrollar la forma física.
Inicialmente, se adaptarán las cualidades físicas, técnicas y psicológicas adquiridas según las necesidades específicas del deporte durante el entrenamiento. A continuación, se irán perfeccionando e incrementando esas especificidades, momento en que se reducirá el volumen de entrenamiento, al tiempo que la intensidad experimentará un aumento considerable. En general, el deportista se somete a una carga total de trabajo superior a la aplicada en el período básico.
Esta alternancia en la predominancia entre volumen e intensidad se explica por la necesidad de evitar un estado de sobreentrenamiento si aumentase la intensidad al mismo tiempo que se mantuviese el volumen en niveles elevados. De esta forma, se puede encontrar el punto exacto de equilibrio entre las dos variables, haciendo que crezca la carga total de trabajo a la que es sometido el deportista.
Como se especificó en el capítulo 2, el principio de la especificidad restringe la capacidad de transferencia que el organismo es capaz de realizar, pasando de un nivel de acondicionamiento general a un nivel de acondicionamiento específico. Por este motivo, es evidente que hay que incrementar el volumen de entrenamiento específico posible para lograr grandes actuaciones.
Las características de las dos fases del período de preparación se resumen en la figura 3.13.
Al dosificar la fase básica y la fase específica, surgen dos necesidades antagónicas:
Figura 3.13.
De la interacción de ambas necesidades, será posible definir cuánto tiempo se invertirá en cada fase.
En la fase específica se puede y debe prever algunas competiciones con el objetivo de familiarizar al deportista con las mismas y de este modo realizar una evaluación del entrenamiento. Adecuando la sobrecarga provocada por la competición a las necesidades del entrenamiento, se pueden crear ciclos armónicos y adecuados a las imposiciones de la fase.
Sin embargo, es imprescindible recordar que la finalidad de este período no es la competición sino el entrenamiento, debiendo subordinar las necesidades de aquélla a las imposiciones de éste y nunca al contrario. Al final del período de preparación se puede, paulatinamente, ir dando mayor importancia a las competiciones en detrimento del entrenamiento.
Las actividades desarrolladas a lo largo del período de preparación variarán en función del deporte y de los deportistas durante el entrenamiento. En la figura 3.14 se presenta una propuesta de actividades acordes a lo dicho.
C) Período de competición
Desde la fase específica del período preparatorio, las competiciones ya forman parte del calendario de entrenamiento. En este período, sin embargo, estas pierden la característica de meros auxiliares para ser el objetivo.
Es en este período en el que los deportistas, atendiendo al pico, realizarán en la competición su actuación óptima.
La carga de trabajo aplicada se reduce de 20% a 30%, incrementándose la preparación en detrimento de la preparación física. En el trabajo técnico – táctico se hará mayor hincapié en el perfeccionamiento táctico y el mantenimiento de los niveles obtenidos en el período anterior.
Figura 3.14. Actividades desarrolladas a lo largo del período preparatorio.
En esta fase no se debe introducir ninguna alteración en la ejecución. La preparación técnico-táctica, psicológica y física ya completa, y cualquier tentativa de cambio, además de no ser aprovechadas debido al tiempo, comprometerán las estructuras anteriores.
El entrenamiento se deberá centrar en la formación específica que tendrá una presencia casi absoluta, complementada con una parte discreta de preparación general. En la figura 3.15 se ha adoptado una distribución que Matveev (1981) hizo del tema.
Una periodización adecuada asegurará que el deportista mantenga su forma deportiva hasta el final del período competitivo, pasando de éste a un período de recuperación prolongado.
D) Período de transición
El período de transición está destinado a proporcionar al deportista una recuperación física y mental tras los esfuerzos extremos a los que se somete durante la competición en el período anterior.
Su duración girará en torno al mes. En la figura 3.16 se detalla la duración de éste y de los demás períodos a lo largo de los macrociclos.
El período de transición es una pieza fundamental del carácter plurianual del “plan de expectativas”. Si al finalizar cada macrociclo los deportistas hiciesen un período de descanso, al inicio del macrociclo siguiente deberían retomar los entrenamientos a unos niveles extremadamente más bajos que los conseguidos en el pico del ciclo anterior.
El mantenimiento de un nivel adecuado de preparación se realiza no sólo en la parte física, sino también en el área técnica y psicológica; sin embargo, este mantenimiento se obtiene por medio de trabajos desarrollados en casi la totalidad de actividades generalizadas en detrimento de las específicas.
Fisiológicamente, se explica con facilidad por qué es necesario durante el período de transición utilizar una intensidad de trabajo físico bastante baja para que el deportista disfrute de una recuperación metabólica más completa de la que disfrutaba en períodos anteriores.
Cuando se habla del principio de sobrecarga, se muestran las ventajas de aplicar un nuevo estímulo antes de la recuperación metabólica total del esfuerzo anterior. Según este principio, durante todo el período preparatorio y el período competitivo se debe alternar la carga de trabajo en un proceso