Название | Escuela preparatoria de Jalisco |
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Автор произведения | Liliana Barraza Martínez |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9786077420255 |
La descripción de cada uno de los tres claustros del edificio no puede ser muy detallada. Lo mejor es referir algunos aspectos específicos de ellos.
Los arcos esbeltos y siempre en pares.
Además de la vistosa y característica arquería ya descrita, existen arcos pareados —llamados así porque se encuentran en pares— en el segundo piso del “patio romántico”. A diferencia de los demás, éstos son de poca luz, es decir, de no mucha anchura. Las esbeltas columnas que los sostienen terminan en curiosos capiteles en forma de tulipán.
También hay arcos peraltados —semicirculares pero más achatados que los de medio punto— inspirados en la arquitectura románica. Se encuentran en la planta baja, en el ingreso al edificio por su costado oriente y en el corredor localizado al fondo, que da a la calle San Felipe.
De la arquitectura gótica se tomó la idea de los arcos ojivales que enmarcan los vanos de algunas puertas y ventanas. Los de este tipo se combinan con arcos de medio punto en el piso superior del claustro del “patio mudéjar”; en los extremos norte y sur son tres, y uno más en cada uno de los extremos oriente y poniente. Ahí están los arcos de medio punto divididos en su mitad por un parteluz que no llega al punto más alto del arco, sino que se abre para formar dos vanos ojivales.
Ejemplo de su arquitectura gótica.
El edificio cuenta con tres escaleras, que conectan sus tres niveles. Una está en el extremo norte del corredor oriental, correspondiente a la esquina de González Ortega y Reforma, y otra en el fondo del corredor central o ingreso principal, así como en el lado norte. Esta última es la más antigua, ya que se construyó en la primera época del edificio y conducía de la huerta a la azotea.
Descanso de la escalera imperial.
La escalera principal se localiza en el corredor del antiguo acceso al inmueble. Sirve para comunicar el primero con el segundo piso del claustro principal. Inicia con una amplia rampa, y cuando llega al punto medio entre los pisos —el descanso— esta plataforma se divide en dos rampas que desembocan en el corredor de la planta alta. Por esta característica suele llamársele escalera imperial. Son acompañadas por pasamanos de rico trabajo de ebanistería y de herrería.
El toque de elegancia lo da el trabajo sobre madera y herrería.
En las paredes que forman el cubo de esta escalera se encuentra la pintura mural Universidad y educación popular, protegida de la intemperie por una cúpula de acrílico transparente.
Se dice que los muros fueron hechos con materiales de la región —adobe, piedras y arena— y su anchura es de 80 y 100 centímetros. En sus paredes se utilizó el ladrillo, y su espesor varía entre 50 y 70 centímetros. Los muros corresponden al primer nivel, las paredes al segundo.
Existió una capilla entre los claustros del lado oriente, cuya entrada era un corredor que desembocaba en la calle Reforma y fue tapiado en 1960. Sólo quedaron de ella, luego de su destrucción en 1914, los óculos de la parte superior de sus altos muros.
Según Guillermo R. Enciso, la preparatoria contaba en 1994 con: 32 aulas, tres laboratorios, dos bibliotecas, dirección, área administrativa, auditorio con aforo para 280 personas, taller, intendencia y ocho sanitarios. Todo esto en un total de 7,008.50 metros cuadrados de construcción. Desde luego, esta cifra ha cambiado con el paso del tiempo, así como su distribución; actualmente existen: dirección, secretaría, área administrativa, oficialía mayor, coordinación académica, colegio departamental, contabilidad, aula magna, biblioteca, tres laboratorios, archivo, 30 aulas, sala de consejo, sala de lectura, sala de listas, sala de maestros, dos salas de cómputo, módulo del sistema integral de informática y administración universitaria, radio y televisión, delegación sindical, comedor para trabajadores, robótica, seguridad, dos bodegas, intendencia, dos baños para profesores y cinco para alumnos, elevador, taller de mantenimiento, departamento de servicios educativos y orientación educativa.
Entre más cosas quedan otros detalles –mismos que regodean a los arquitectos- como pueden ser los medallones cuadrifoliados que se ven desde el “patio mudéjar”; capiteles; cornisas; las jambas de puertas y ventanas; triglifos; metopas; y otros tiquis miquis más.
Aun con todo lo expuesto hasta aquí, hay quienes no reconocen que en el edificio de la Escuela Preparatoria de Jalisco se sintetiza, en convivencia armónica, toda la historia de la arquitectura desarrollada en Guadalajara desde la Colonia hasta el presente. Más aún, se advierten, como se vio, características de la arquitectura del resto del mundo y de los tiempos más diversos (Románica, Gótica, Renacentista, Romántica, Barroca, Funcionalista) que nos hace sencillo identificar su estilo: Ecléctico.
Alzados del “gallinero” o tercer nivel y de los niveles segundo y primero.
Biblioteca
Como toda escuela, la Preparatoria de Jalisco cuenta con una magnífica biblioteca. El espacio que ocupa, que es tan importante como su acervo bibliográfico, fue diseñado por sus primeros moradores y profesores, los frailes de la orden de San Felipe Neri, a quienes se les conoció también como oratorianos y filipenses. Ellos lo diseñaron en la segunda mitad del siglo xviii para su Colegio Real.
Su terminación fue muy tardía, cuando la Compañía de Jesús, es decir, los jesuitas —que lo mismo eran monjes que soldados— tuvieron bajo su control el Instituto del Señor San José, en los inicios del siglo xx.
La biblioteca se localiza en el segundo piso, casi exactamente encima de la entrada sur del edificio (por la calle de San Felipe), lo que le permite contar con un par de ventanas con sus respectivos balcones. Se ubica precisamente enfrente del Aula Magna.
Así fue pensada la biblioteca desde su origen.
Cuenta con dos accesos. El principal se encuentra en el lado poniente y está flanqueado por placas de reconocimiento hechas de bronce. El otro, que recientemente se volvió a utilizar a solicitud de Protección Civil, está en el costado norte.
En su interior, la no totalmente Añeja Estantería hace una división que le permite contar con un nivel superior, al que se puede acceder por un par de escaleras. Encima de la entrada principal está una pintura que reproduce una fotografía de José Cornejo Franco, ya en edad madura; está ahí porque a la biblioteca se le puso su nombre.
Como si se tratara de un santo laico, su retrato está colocado como si estuviera en un templo. Alejado de todo prejuicio religioso, lo cierto es que Cornejo Franco era un santón de los libros. Así lo evidencia, por ejemplo, el hecho de que en dos ocasiones fuera director de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, y que la segunda vez ocupó este cargo por más de 38 años, del sábado 15 de abril de 1939 al lunes 26 de diciembre de 1977, año en que falleció.
Pero su personalidad y saber no quedó sólo como el de un bibliómano, también escribió. En sus trabajos se manifiesta su gran pasión por la historia. Entre sus textos publicados se encuentran: El conquistador. Etopeya de Guadalajara colonial (1959) y Documentos referentes a la fundación, extinción y restablecimiento de la Universidad de Guadalajara (1972). Al par de atributos manifestados, Agustín Yáñez le agregó los de “bibliófilo, escritor y hombre de bromas y veras”, cuando describió su persona.
Cornejo