DINERO. Raimon Samsó

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Название DINERO
Автор произведения Raimon Samsó
Жанр Изобразительное искусство, фотография
Серия
Издательство Изобразительное искусство, фотография
Год выпуска 0
isbn 9781386825852



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3: tasas de paro elevadas y crónicas.

       Hecho 4: edad media de retiro actual prematura: a los 63 años.

       Hecho 5: retiro inminente de la generación baby boom.

       Hecho 6: esperanza de vida creciente.

       Hecho 7: ausencia de medidas que reformen el sistema de pensiones a fondo.

      Aún hoy, hay quien cree que con pagar sus impuestos y cotizando a la Seguridad Social le bastará para tener derecho a una buena pensión y no es así. También hay quien considera que el estado no cobra impuestos a los jubilados, y tampoco es así. Demasiadas personas siguen creyendo en Santa Claus o en el ratoncito Pérez a la edad de jubilarse. Dentro de muy pocos años gran parte de la población estará jubilada y aumentar sus impuestos será una tentación que los gobiernos no podrán resistir.

      España tiene la segunda población más vieja del planeta después de Japón. Una población envejecida significa una economía más débil y menor crecimiento.

      No hace falta ni hacer los números; cualquiera puede darse cuenta de que el actual sistema necesita, no un ajuste, sino un replanteamiento de gran calado. ¿Tan difícil es aceptar que el actual sistema de pensiones español se ha agotado?

      Entre la edad de bronce y 1900 –un enorme período de 4.500 años–, la esperanza de vida aumentó sólo veintisiete años. En los últimos cien años la esperanza de vida ha aumentado otros veintisiete años. Nadie sabe cuánto aumentará en los próximos veinticinco o cincuenta años, pero apuesto a que mucho. Por ejemplo, Italia cuenta ya con más habitantes mayores de 60 años que menores de 20 años. En el resto de Europa y Japón las previsiones no son mejores: los mayores de 60 años son más del 20 % del total y van camino de ser el 33 % para 2050. ¡Un tercio de la población serán ancianos!

      No infravalores el efecto de la creciente esperanza de vida en las finanzas.

      Déjame contarte una anécdota. En 1889, cuando se fijó como edad de retiro los 65 años, la población era muy joven y la esperanza de vida era de 45 años. Fue Otto von Bismarck de Prusia quien hizo esta propuesta a sus conciudadanos sabiendo que raramente tendría que cumplir la promesa de pagar una pensión. La filosofía prusiana del canciller era producir soldados y empleados en cantidades masivas, gente a sus órdenes: carne de cañón para sus guerras y mano de obra para sus fábricas. Lamentable.

      Estoy seguro de que ya sabrás que hoy la esperanza de vida en España está en torno a los 83 años y va subiendo (tú y/o tu pareja es muy probable que viváis hasta los 95 años, si no más). Europa envejece, y España aún más rápido, para convertirse en un continente de ancianos con expectativas de vivir muchos años. Lo que implicaría que las pensiones se alargasen treinta años cuando el sistema fue diseñado para pagarlas sólo unos pocos años.

      Gracias a los avances de la medicina y la mejora de hábitos (fumar menos, beber menos, comer más sano…), hoy un 16 % de la población es mayor de 64 años, pero en 2020 será más del 30 %. Para empeorar los números, justo en ese año empezará a jubilarse la generación baby boom, que casi duplica a generaciones anteriores (esta numerosa generación tiene un handicap : se casaron más tarde que generaciones anteriores y tuvieron menos hijos de los que era habitual. Los boomers son muchos pero no han sido prolíficos). Por tanto, la tasa de natalidad ha caído al 1,1, cuando para reponer la población activa, según los demógrafos, tendría que doblarse al 2,1.

      En el siglo pasado, los jóvenes entraban en el mercado laboral a los 22 años, mucho antes de lo que hacen los jóvenes hoy; por tanto, había más cotizantes en el sistema. Aquel escenario, incorporación temprana y esperanza de vida menor, hoy ya no existe. Peor aún, se ha invertido. Por esa razón, el actual sistema de pensiones es insostenible y tendrá que revisarse a fondo, ya que tal y como está estructurado tiene fecha de caducidad.

      La crisis de 2009 ha hecho que aumentara el número de inmigrantes que han regresado a su país de origen, con lo que disminuyen los cotizantes al sistema sin que puedan compensar este efecto los nuevos inmigrantes que han llegado. Para empeorarlo, los inmigrantes vienen optando de promedio por los trabajos menos pagados y, por ello, suponen una contribución relativa menor al sistema de la Seguridad Social.

      Además, preveo que en los años venideros muchos jóvenes deberán buscar su propio futuro laboral en países extranjeros con mayores crecimientos del PIB o en países emergentes debido a las grandes dificultades que afrontarán aquí para encontrar un trabajo estable y bien remunerado.

      El problema de las pensiones no es un efecto directo de la crisis, en realidad estaba cantado, pero es cierto que la crisis lo empeora al aumentar la población que no trabaja y que, por tanto, no cotiza.

      Las posibles soluciones que se están barajando, y que habrán de combinarse, para garantizar el cobro de una pensión son:

      1. Sustituir el concepto de edad de retiro por los años cotizados. Se plantea valorar más las carreras largas y que quien cotice 40 años pueda jubilarse antes de la edad legal fijada.

      2. Hacer convivir retiro con trabajar. El flexiretiro supondría hacer convivir una pensión de retiro con un salario de un flexitrabajo. Un retiro parcial (ser trabajador por las mañanas y jubilado por las tardes).

      3. Terminar con el abuso de las preretiros en las que el estado ha de financiar el subsidio de paro, y, además, hacerse cargo de las cotizaciones sociales del trabajador. Y aumentar el mínimo de edad para jubilarse a los 63 años, con su correspondiente penalización.

      4. Alargar la edad de retiro progresivamente de los 65 a los 67 años, y después hasta los 70 años para que el sistema resulte viable. Esta medida es tan impopular que los gobiernos la pospondrán hasta que sea inaplazable, antes de mitad de siglo. De este modo se retrasa la entrada de pensionistas en el sistema.

      5. Ampliar el período para calcular las pensiones de los últimos 15 años a los 20 o quizás a los 25 últimos años cotizados y, paulatinamente, pasar a computar toda la vida laboral, como recomienda la OCDE.

      6. Aumentar los años de cotización mínimos necesarios para poder acceder al cobro de una pensión. Ahora con 15 años cotizados se cobra el 50 % de la pensión, con 25 años el 80 %, y con 35 años el 100 %; pero se propone pasar a 40 años cotizados para poder cobrar la pensión completa.

      7. Aumentar los impuestos de los contribuyentes para pagar la fabulosa factura de la Seguridad Social. Y financiar las pensiones no contributivas con impuestos en lugar de hacerlo con cotizaciones como hasta ahora.

      8. Elevar los máximos de cotización.

      9. Complementar el retiro público con los planes privados de retiro y aumentar las cuantías que pueden invertirse. Mejorar la fiscalidad de las aportaciones de las empresas a los planes de pensiones de sus trabajadores y fomentarlos.

      10. Permitir que más inmigrantes lleguen al país para que coticen al sistema de la Seguridad Social.

      11. Reducir las percepciones de los futuros jubilados a un mínimo esencial de subsistencia.

      12. Bonificar a aquellos cotizantes que salgan más tarde del mercado de trabajo y penalizar a aquellos que anticipen su retiro a la edad mínima legal de retiro. 13. Sustituir el sistema de reparto de la Seguridad Social actual por uno de capitalización.

      Las reglas del retiro han cambiado y lo seguirán haciendo en los años venideros. Habrá que bajarse de la nube en la que estábamos instalados. La reforma buscará mejorar la sostenibilidad y la equidad, dos cosas de las que el actual sistema carece. Lo más probable es que se retrase la edad de retiro o retiro y que se baje la cuantía de la pensión a recibir. Pensiones más reducidas en un sistema menos generoso que el actual (el sistema de pensiones español es, en términos relativos, de los más generosos de Europa: alcanzan el 90 % del último sueldo frente al 60 % en Francia o el 45 % en Alemania). Lo que es seguro es que: edad de retiro, cálculo de la pensión y años cotizados necesarios se van a retocar.

      La generación del baby boom, y las que siguen, retrasarán