Название | Sermones actuales sobre Pablo |
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Автор произведения | Kittim Silva |
Жанр | Религиозные тексты |
Серия | Sermones actuales |
Издательство | Религиозные тексты |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9788417131777 |
Ananías afirmó a Saulo de Tarso, al dejarle saber que había sido el mismo Señor Jesucristo quien se le apareció por el camino por donde venía a Damasco; quién también lo envió a él para imponerle las manos y que recibiera el milagro de la vista y para que fuera lleno del Espíritu Santo (Hch. 9:17).
Saulo de Tarso, aunque con la experiencia tenida «camino a Damasco» con el Mesías resucitado, necesitaba ser «lleno del Espíritu Santo» (Hch. 9:17). ¡Las experiencias no llenan del Espíritu Santo! ¡Se debe buscar esa llenura! No te quedes en el ‘estruendo’ ni en el ‘viento recio’ de pentecostés, tampoco en la fiesta de pentecostés, busca que el Espíritu Santo de pentecostés te llene.
La señal. A Saulo de Tarso se le formaron «como escamas» en los ojos al quedarse sin visión física. Por la oración de Ananías las mismas se le cayeron de los ojos. Y él recibió la vista de manera doble, la natural y la espiritual.
«Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado» (Hch. 9:18). En la Traducción En Lenguaje Actual se dice: «Al instante, algo duro, parecido a las escamas de pescado, cayó de los ojos de Saulo, y éste pudo volver a ver. Entonces se puso de pie y fue bautizado».
No se dice que eran ‘escamas’, sino que es un símil ‘como escamas’. Muchas clases de ‘escamas’ se tienen que caer de los ojos mundanos: la ignorancia, el orgullo, las dudas. Esas ‘escamas’ se caen siempre de la visión afectada de aquel que tiene un encuentro con Jesucristo.
Saulo de Tarso a los cuatro días de ser convertido fue bautizado por el mismo Ananías. ¡Ese fue un bautismo inmediato! ¡Creyó y fue bautizado! Con el bautismo, Saulo se identificó con la nueva fe que acabó de abrazar. ¡Un laico bautizó al futuro apóstol a los gentiles! En esos primeros días de la iglesia primitiva, el bautismo cristiano era aplicado por cualquier discípulo cristiano. El mismo era la profesión de fe.
Luego Saulo de Tarso gustó alimento, ya que llevaba tres días en ayuno, y las fuerzas le regresaron (Hch. 9:19). Así se cumplió el cuarto día de su conversión cristiana. Después se quedó «con los discípulos que estaban en Damasco» (Hch. 9:19). Saulo o Pablo entró a un proceso de discipulado. Empezó haciendo vida de redil. El recién convertido debe crear buenos hábitos en su nueva vida cristiana.
Conclusión
Saulo de Tarso fue discipulado para un día discipular a muchos. Aquel gigante de la fe, fue primero tomado de la mano por Ananías, para ser ayudado a crecer espiritualmente.
005
El cambio en Pablo
Hechos 9:20, RVR1960
«En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios».
Introducción
El nuevo convertido que es llamado a trabajar por Jesucristo, si proviene de un pasado oscuro, dudoso, anti-social, muchos lo mirarán bajo la lupa de la sospecha. Enfrentará las críticas y el rechazo humano.
1. El mensaje de Pablo
«En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios» (Hch. 9:20).
El tiempo. El llamado a Pablo de Tarso para ministrar y predicar fue «enseguida» y de inmediato. El don puede llegar antes de la preparación o la preparación puede llegar después de la manifestación del don. Antes o después se necesita el don para predicar.
El tema de las predicaciones de Pablo fue: «Cristo era el Hijo de Dios». Su mensaje afirmaba la deidad de Jesús como el Cristo o el Mesías. ¡Era una predicación revolucionaria en un mundo judío! Con eso declaraba que el Cristo o Mesías era anunciado y proclamado como el que había llegado, y se había manifestado en la persona del Jesús histórico. Si no tienes tema para predicar, predica a Cristo. Aunque tengas un tema para predicar, predica a Cristo. Si no sabes qué predicar, predica a Cristo. Si estás nervioso y se te hace difícil predicar, predica a Cristo.
Muchos predican mensajes que a los oídos les gusta escuchar. Pero no predican el evangelio completo, ni predican todas las doctrinas bíblicas. El mensaje que muchos predican no necesita que Cristo haya muerto por los pecados de la humanidad. No predicamos para que la gente se sienta bien, predicamos para que la gente sea cambiada.
Toda predicación cristiana tiene que estar anclada en la persona de Jesucristo. Él es sujeto y predicado, verbo y sustantivo. La predicación cristiana no se basa en revelaciones privadas o personales, sino en la revelación de Jesucristo, en la Palabra Escrita.
Él, Jesucristo, es la suma de su nombre y misión, es la presentación y aplicación de nuestras predicaciones. Él es la ilustración y conclusión de nuestros sermones. La «Gran Comisión» es la proclamación de una «gran noticia» acerca de una «gran salvación» para un «gran pecador» por el cual murió un «Gran Salvador». El mensaje es cristiano porque se habla de Jesucristo.
«Ustedes vayan y hagan más discípulos míos en todos los países de la tierra. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he enseñado. Yo estaré siempre con ustedes, hasta el fin del mundo» (Mt. 28:19-20, TLA).
La pasión. Pablo de Tarso «predicaba a Cristo en las sinagogas». El que es llamado a un ministerio, desde el principio da muestras de una pasión hacia el ministerio. Con o sin ayuda humana lo hace. Con o sin recursos humanos lo desarrolla. Con o sin palancas humanas se mueve. ¡No necesita tráfico de influencias! ¡Esa es la gran diferencia entre uno que es llamado y uno que no es llamado!
La pasión era lo que movía a los profetas. La pasión era la fuerza que animaba a los mártires para enfrentar con audacia y valor el suplicio de sus vidas. La pasión era lo que hacía que los reformadores defendieran la verdad de Dios y la autoridad de las Sagradas Escrituras.
Dijo Juan Huss ante el tribunal religioso en Bohemia, Checa, que lo sentenció a la hoguera y ante los verdugos inquisidores que lo quemarían: «Hoy queman a un ganso, mañana resucitará un cisne».
La pasión movió a Juan Wesley, para recorrer montado a caballo 4,500 millas. En una ocasión Wesley recorrió en un día 30 millas. Esa pasión movió a Charles H. Spurgeon a publicar 3,561 sermones, además de otros libros. Esa pasión movió a los pioneros pentecostales del 312 en la Calle Azusa en Los Ángeles a exportar esta experiencia pentecostal a muchos rincones dentro y fuera de los Estados Unidos de América.
La pasión con amor y misericordia se transforma en compasión. El Buen Samaritano al ser «movido a misericordia» por la condición del hombre asaltado y herido, lo hizo lleno de compasión. Pierdes la pasión en tu vida y lo pierdes todo.
En Lucas 10:30-35, la Traducción En Lenguaje Actual dice: «Entonces Jesús le puso este ejemplo: ‘Un día, un hombre iba de Jerusalén a Jericó. En el camino lo asaltaron unos ladrones y, después de golpearlo, le robaron todo lo que llevaba y lo dejaron medio muerto’. Por casualidad, por el mismo camino pasaba un sacerdote judío. Al ver a aquel hombre, el sacerdote se hizo a un lado y siguió su camino. Luego pasó por ese lugar otro judío, que ayudaba en el culto del templo; cuando este otro vio al hombre, se hizo a un lado y siguió su camino. Pero también pasó por allí un extranjero, de la región de Samaria, y al ver a aquel hombre tirado en el suelo, le tuvo compasión. Se acercó, sanó sus heridas con vino y aceite, y le puso vendas. Lo subió sobre su burro, lo llevó a un pequeño hotel y allí lo cuidó. Al día siguiente, el extranjero le dio dinero al encargado de la posada y le dijo: ‘Cuídeme bien a este hombre. Si el dinero que le dejo no alcanza para todos los gastos, a mi regreso yo le pagaré lo que falte’».
El Dr. Martin Luther King dijo sobre esta parábola: «¿Quién es mi prójimo? No sé su nombre, dice en esencia Jesús. Es cualquier persona que está junto a ti. Es el que se encuentra necesitado junto al camino de la vida. No es judío ni gentil; no es ruso ni americano; no es blanco ni negro. Es un hombre –cualquier hombre