" El Apóstol Pedro, más conocido como el Apóstol sanguíneo, fue el primero de los discípulos en hacer una confesión mesiánica del Señor Jesucristo, cuando le dijo: «Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente» (Mt. 16:16). En otras palabras le expresó: «Tu eres el Mesías y eres Hijo del Dios que vive». Y Jesús lo tuvo que alabar: «Bienaventurado eres, Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos» (Mt. 16:17). Pedro se parece a muchos de nosotros. En él nos retratamos en nuestras ligerezas, nuestras fallas, nuestras oportunidades; y sobre todo en el deseo de querer agradar a nuestro Señor Jesucristo. ¡Es todo un personaje en el colegio apostólico! Uno con el cual reímos y también lloramos."
Después de Jesucristo el «autor y consumador de la fe», Pablo de Tarso, es el desarrollador de la fe cristiana. Aún los críticos seculares ven a Pablo de Tarso como «El Teólogo del Cristianismo». Fue defensor de la inclusión de los gentiles a la fe cristiana, abogando a favor de estos para que fueran parte de la iglesia sin pasar por los rituales judíos. De esa manera libró a los gentiles de judaizarse. Este libro presenta una serie de sermones expositivos-textuales que combinan la exégesis contextual, la exégesis histórica y la exégesis lingüística con la aplicación práctica y devocional.