Название | Callejón Sin Salida |
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Автор произведения | Блейк Пирс |
Жанр | Зарубежные детективы |
Серия | |
Издательство | Зарубежные детективы |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9781094304076 |
Entonces se dio cuenta de que él quizás supiera algo de su historia familiar. Cuando fue a investigar sobre ello al final de su entrenamiento, estaba muy consciente de que era algo comentado en los pasillos de la academia.
–Sí, he oído un poco sobre ello…
Dejó el comentario en el aire. Chloe creyó que eso significaba que si ella quería contárselo, él la escucharía. Pero si ella prefería no hablar de ello, también estaría de acuerdo con eso. Y en ese momento, con todo lo que tenía en mente, pensó que era ahora o nunca. No tiene sentido esperar, pensó ella.
–Aunque te voy a evitar los detalles para más adelante, supongo que debería decirte que hoy vi a mi padre.
–¿Así que ya salió?
–Sí. Y creo que es sobre todo por los descubrimientos que hice sobre la muerte de mi madre en los últimos meses.
A Moulton le tomó un momento saber cómo continuar después de eso. Él también bebía sorbos de su cerveza como un método para tomarse un tiempo. Cuando dio un largo sorbo, contestó con lo mejor respuesta posible.
–¿Estás bien?
–Creo que sí, fue muy inesperado.
–Chloe, no teníamos que salir esta noche. Lo habría entendido si lo hubieras cancelado.
–Casi lo hago. Pero no le di el control de incluso otra parte de mi vida.
Él asintió y ambos tomaron el silencio que le siguió a ese momento como un tiempo para mirar sus menús. El silencio permaneció hasta que volvió la misma camarera para tomar sus órdenes. Cuando se fue, Moulton se inclinó un poco sobre la mesa y preguntó:
–¿Quieres hablar de ello o lo ignoramos?
–¿Sabes? Creo que preferiría ignorarlo por ahora. Sólo ten en cuenta que puede haber momentos de esta noche en los que podría estar distraída.
Sonrió y lentamente se levantó de su silla.
–Me parece justo. Pero déjame intentar algo, si te parece bien.
–¿Qué…?
Dio un gran paso hacia ella, se inclinó un poco y la besó. Ella retrocedió al principio, insegura de lo que estaba haciendo. Pero cuando se dio cuenta de su intención, dejó que sucediera. No sólo eso, sino que le siguió el beso. Era suave, pero con la urgencia suficiente para dejarle saber que de él había estado pensado en esto probablemente tanto tiempo como ella.
Él cortó el beso antes de que fuera incómodo, después de todo; estaban sentados en un restaurante, rodeados de personas. Y a Chloe nunca le han gustado las demostraciones públicas de afecto.
–No es que me queje –dijo ella–, pero, ¿por qué fue eso?
–Dos cosas. Era yo siendo valiente… algo que rara vez puedo ser con una mujer. Y también era yo dándote otra distracción… espero que pueda superar la distracción de tu padre.
Su cabeza daba vueltas y el calor subía por todo su cuerpo, ella suspiró.
–Sí, creo que eso pudo haber sido suficiente.
–Bien –dijo–. Además, supongo que eso anula el hecho de que se supone que debemos besarnos al final de la cita, cosa que siempre arruino.
–Oh, después de ese beso, será mejor que lo hagamos –dijo ella.
Y, como Moulton esperaba, los pensamientos sobre la repentina aparición de su padre parecían muy lejanos.
***
La cena fue mucho mejor de lo que ella esperaba. Una vez que pudieron superar el tema de la aparición de su padre y continuaron luego del inesperado beso de Moulton, todo salió muy bien. Hablaron de aprender los pormenores de la oficina, música, películas, conocidos e historias de sus épocas de la academia, sus intereses y pasatiempos. Se sentía natural de una manera que no esperaba.
Tristemente, le hizo desear haber terminado con Steven antes. Si esto era lo que se había estado perdiendo al salirse del mundo de las citas por él, se había perdido demasiado.
Habían terminado de comer, pero se quedaron a tomar unas copas más. Fue otra oportunidad para que Moulton mostrara su cuidado y afecto, ya que se detuvo en el segundo trago mientras Chloe se tomaba un tercero. Incluso le preguntó si ella se sentiría más cómoda tomando un taxi, por si se sintiera incómoda con él conduciendo.
La llevó de vuelta a su apartamento, llegando a su calle un poco después de las diez. Ella estaba lejos de estar borracha, pero estaba un poco alegre, lo suficiente como para preguntarse acerca de cosas que de otra manera no consideraría.
–La pasé muy bien –dijo Moulton–. Me gustaría hacerlo de nuevo muy pronto si no crees que se interpondrá con el trabajo.
–Yo también, gracias por finalmente invitarme.
–Gracias por decir que sí.
Nunca fue una maestra en el arte de la seducción, ella respondió a esa comentario acercándose a él y besándolo. Al igual que el beso del restaurante, comenzó lentamente, pero luego comenzó a crecer. De repente la mano de él estaba en su rostro, deslizándose hasta la nuca para acercarla. El apoyabrazos estaba entre ellos y se encontró a si misma inclinando su cuerpo para poder apoyar su mano en el pecho de él.
No estaba segura de cuánto tiempo había durado el beso. Fue lento y salvajemente romántico. Cuando se separaron, Chloe se encontraba sin aliento.
–Como ya hemos cubierto el hecho de que nunca he salido en citas –dijo–, tendrás que perdonarme si hago mal la siguiente parte.
–¿Qué parte?
Ella dudó por un momento, pero los tres tragos la animaron.
–Quiero invitarte a entrar.. Diría que es para tomar café u otra bebida, pero eso sería una mentira.
Moulton parecía genuinamente sorprendido. Era una mirada que la hizo preguntarse si la había malinterpretado.
–¿Estás segura? –preguntó.
–Eso sonó mal –dijo ella, avergonzada–. Lo que quise decir es que… me gustaría hacer esto sin un apoyabrazos entre nosotros. Pero no voy a… no voy a acostarme contigo.
Incluso en la luz tenue, ella pudo ver como él se sonrojaba con ese comentario.
–Nunca hubiera esperado que lo hicieras.
–Entonces… ¿quieres entrar?
–En realidad, realmente quiero.
Y dicho esto, la besó. Esta vez, fue un poco más juguetón. En el medio del beso, le dio un codazo al apoyabrazos en broma.
Ella se separó de él y abrió la puerta. Mientras caminaban hacia la entrada de su edificio, ella no podía recordar la última vez que se había sentido tan… tan en el aire.
En el aire, pensó sonriendo. Era una palabra que Danielle había usado una vez para explicar lo que se sentía al bajar de la altura física en que un orgasmo provocaba. El recuerdo de repente hizo que Chloe sintiera calor por todo el cuerpo, tomando la mano de Moulton al entrar al edificio.
Tomaron el ascensor y cuando las puertas se cerraron, Chloe se sorprendió a sí misma al llevarlo contra la pared del ascensor y besarlo. Ahora, siendo capaz de ponerle las manos encima, lo agarró por la cintura y lo acercó a ella. Este beso fue un poco más apasionado, insinuando lo que ella quería hacerle en ese momento.
Él estaba igual de ansioso, sus manos estaban en la parte baja de la espalda de ella. Cuando él la apretó más cerca de él y sus cuerpos se encontraron, ella soltó un pequeñísimo jadeo. Fue un poco embarazoso.