Название | ¿Podemos adelantar la Segunda Venida? |
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Автор произведения | Marcos Blanco |
Жанр | Религиозные тексты |
Серия | |
Издательство | Религиозные тексты |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789877981131 |
Evaluación
Douglass se basa en la perfección del carácter cristiano como una de las condiciones para que se produzca la parusía. Considera que ha habido una demora. Esta demora en la “cosecha” de este mundo no ha sido causada por un cambio de planes por parte de Dios. Por el contrario, la demora se ha dado porque el fruto en la vida del cristiano, el testimonio personal que reproduce el carácter de Jesús en el pueblo de Dios, aún no ha madurado. Toda su posición se sustenta en esta cita: “Cristo espera con un deseo anhelante la manifestación de sí mismo en su iglesia. Cuando el carácter de Cristo sea perfectamente reproducido en su pueblo, entonces vendrá él para reclamarlos como suyos”.24
No obstante, algunos han criticado a Douglass por elaborar toda su teología a partir de la cristología, la antropología y la soteriología.25 Al tener como centro de su pensamiento la humanidad de Jesús, y considerar que el ser humano puede llegar a ser perfecto como Jesús, Douglass llega a la escatología: Dios esperará hasta que un considerable número de cristianos llegue a desarrollar un carácter igual al de Cristo antes de venir por segunda vez. Justamente, su posición cristológica y soteriológica condiciona su visión escatológica.
Más allá de que varios teólogos han reconocido la falta de apoyo bíblico para las teorías de la naturaleza caída de Cristo y de la perfección humana sin pecado,26 al saltar de la cristología y la soteriología a la escatología, Douglass pareciera no tener en cuenta toda la dimensión bíblica de la providencia.27 Branson señala que la posición de Douglass se basa en la perfección del carácter cristiano como la gran condición para que se produzca la parusía.28 En este sentido, Douglass parece desestimar todo los demás factores que deben darse en forma concomitante antes de la Segunda Venida. Así, Douglass pareciera tener una visión monocondicional de la providencia.
Así, para Douglass, el único detonante de la Segunda Venida es el pueblo de Dios, cuando refleje fielmente el carácter de Cristo. No tiene una visión integral de la providencia divina, sino que enfatiza solo lo que atañe al pueblo de Dios. Incluso llega a afirmar que la purificación que Cristo está haciendo en el Santuario solo terminará cuando el pueblo de Dios en el tiempo del fin alcance el estado de perfección a semejanza de Cristo.29 Esto lleva a una visión perfeccionista de la salvación, y hace depender de esta perfección impecable no solo la Segunda Venida, sino también la salvación personal.
Para Douglass, el único detonante de la Segunda Venida es el pueblo de Dios, cuando refleje fielmente el carácter de Cristo. No tiene una visión integral de la providencia divina, sino que enfatiza solo lo que atañe al pueblo de Dios.
De este modo, pareciera que M. L. Andreasen, principal arquitecto de la Teología de la Última Generación, desplaza el carácter de Dios del centro del Gran Conflicto hacia la posibilidad o no de poder guardar la Ley. En otras palabras, Andreasen desplaza la gran pregunta del Gran Conflicto: “¿Es Dios un Dios de amor?”, y la reemplaza por la pregunta: “¿Es posible guardar perfectamente la Ley de Dios?”30 En este sentido, desplaza a Dios del foco para centrarse, en este caso, en el ser humano. Este desplazamiento del eje central tiene profundas consecuencias teológicas, y el perfeccionismo es solo una de ellas.
La pregunta es: ¿No podría haber otra serie de factores que intervengan en la decisión de Dios de poner un punto final a la historia de este mundo? La Segunda Venida ¿depende únicamente de que el pueblo de Dios decida reflejar fielmente el carácter de Cristo? Pareciera que existen otros factores que intervienen en los eventos que anteceden a la Segunda Venida. Aun cuando la decisión del pueblo de Dios de reflejar fielmente el carácter de Cristo sea un evento fundamental, los demás eventos del tiempo del fin ¿no podrían de alguna manera impactar en la condición del pueblo de Dios, sin que esto necesariamente implique que Dios coarte la libertad del ser humano?
La visión de monocondicionalidad del concepto de la providencia lleva a Douglass a hacer depender todos los eventos del tiempo del fin únicamente del carácter del pueblo de Dios. Llega a decir que “el fin del mundo, la terminación de la comisión evangélica, el regreso de Jesús, todo depende” de que la última generación demuestre fielmente el carácter de Cristo en su vida.31
De esta manera, podría decirse que, si bien Douglass trabaja con el presupuesto bíblico de la providencia divina como marco de referencia, pareciera no elaborar su posición acerca de la demora a partir de este presupuesto bíblico. En lugar de ello, hace un salto desde el ámbito de la cristología y la soteriología al de la escatología. En lugar de elaborar su posición escatológica acerca de la Segunda Venida a partir del presupuesto bíblico de la providencia –además de otros presupuestos bíblicos necesarios para tal construcción–, pasa de la cristología y la soteriología a la escatología.
En este sentido, Douglass no sigue el carácter sistemático del conocimiento. Este exige coherencia entre los contenidos. Tal como se ha planteado, las construcciones teológicas no funcionan sin presuposiciones. Ahora, a partir de ellas, la razón extrae en forma consecuente nuevos conocimientos. Las presuposiciones guían y fundamentan toda la actividad racional teológica. Y la razón se encarga de que todos los nuevos conocimientos que se van obteniendo sean consecuentes con las presuposiciones y con el conjunto de conocimientos que se posee. En otras palabras, la razón exige que, en todas las áreas, las nuevas posiciones teológicas no estén en contradicción con las premisas fundamentales teológicas que ya se han adoptado. Esto significa que el conocimiento humano es una estructura sistemática formada por presuposiciones y consecuencias derivadas de ellas en forma coherente.32
Como se mencionó, Douglass no sigue el carácter sistemático del conocimiento. En lugar de plantear los presupuestos bíblicos para una correcta comprensión de la escatología, sustenta su posición acerca de la demora en la Segunda Venida únicamente en sus presuposiciones cristológicas, antropológicas y soteriológicas, pero no tiene en cuenta todas las dimensiones de la providencia divina.
Es más, no solo no las tiene en cuenta, sino tampoco se percata de que el tema de la demora pertenece al nivel de la providencia, no al de la cristología, antropología o soteriología; todas se incluyen dentro del marco general de la providencia. Tiene el presupuesto bíblico de la providencia divina como marco de referencia, pero no elabora su posición a partir de ella siguiendo el carácter sistemático del conocimiento, y por lo tanto deja en el camino aspectos importantes de la providencia divina que desempeñan un papel trascendente en el tiempo del fin, en relación con el tema de la Segunda Venida que está abordando.
Conclusión
En su postura acerca de la demora de la Segunda Venida, Douglass parece tener el presupuesto bíblico de la providencia divina como trasfondo, sobre todo a la hora de elaborar el concepto de la condicionalidad de la profecía, aceptando que Dios lleva a cabo sus planes históricamente, dentro de la contingencia y el riesgo que caracterizan la historia humana. No obstante, tener el presupuesto bíblico de la providencia divina como horizonte no supone que haya elaborado su posición acerca de la demora a partir de este presupuesto.
Su visión monocondicional de la providencia divina, en la que el único elemento determinante de la Segunda Venida