Historia de Venezuela, Tomo II. Pedro de Aguado

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Название Historia de Venezuela, Tomo II
Автор произведения Pedro de Aguado
Жанр Историческая литература
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Издательство Историческая литература
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al gouernador Barrionueuo que echase los españoles de Cartajena de la tierra de Uraba; y sobre ello hizo tanto, que el gouernador Barrionuevo le ouo de encargar a el propio Julian Gutierrez la enpresa, y dalle gente con que fuese a uerse con Alonso de Heredia y con la gente que con el estaua, y a echallos del pueblo y de la tierra, y para este efecto se enbarco con la gente que pudo juntar el Julian Gutierrez, y vino sobre la costa y tierra de Uraba, en la qual echo su jente, apartado de donde Alonso de Heredia estaua, quatro leguas, con desinio de no ponerse en bentura de batalla, sino poblar vn pueblo en aquella parte, y despues, mediante el parentesco que su muger, la qual traia alli consigo, tenia68 con el casique de Uraba, juntar asi toda la tierra y hazer que los yndios no siruieran a Heredia, lo qual pudiera muy bien hazer, y lo puso por hobra.

      Mas turole poco tiempo, porque luego que Alonso de Heredia supo como Julian Gutierrez estaua en tierra de Uraba y lo que pretendia y aun hauia enpezado a hazer, enbio a Cartaxena por jente española que fuese en su ayuda y fauor, para por fuerza o como pudiese echar de la tierra a la jente del gouernador Barrionueuo.

      Llego el mensaje de Alonso de Heredia a Cartaxena a tienpo que se acauauan de mitigar las sediciones de entre el gouernador Heredia y los de Madrid, por lo cual le convino al Gouernador allanarse mas para juntar y atraher a si mas jente e ir en socorro de su hermano y de su pueblo, y mitigado todo, junto y tomo los soldados que pudo y metiose con ellos en dos uergantines y otros barcos, y fuese la buelta de Uraba, donde hallo a su hermano vcupado en hazer rrequirimientos a Julian Gutierrez que se saliese de la tierra y que no le alborotase ni ynquietase la jente y naturales de su jurisdiccion, y otras cosas que entre hellos auian pasado, mas tocantes a la pluma que a la lanza.

      Llegado el gouernador Heredia a Uraba y junta la jente que lleuaua con la que con su hermano estaua, saco cien honbres de a pie y de a cauallo por tierra y los uergantines por mar y se fue a uer con Julian Gutierrez, questaua alojado junto a la mar y a la rriuera de un rrio caudaloso que por alli cerca pasaua.

      Alojose el gouernador Heredia con su gente en la parte y rriuera contraria del rrio, de suerte questauan a uista los unos de los otros. El gouernador Heredia tomo el termino de su hermano, y comenzo a hazer rrequirimientos a Julian Gutierrez, el qual, asi mesmo, rreplicaua por papeles, aunque mezclados con muchas pelotas de algunos versos69 que consigo tenia, pero no hazia ningun daño con ellas en el alojamiento de Heredia, por estar ssituado en lugar bajo e yr a esta causa por alto las pelotas, y demás desto estauan rreparados con cierta montaña o arcabuco que los defendia. Obo tratos de paz, de suerte que los soldados de un capitan y del otro se juntaron y hablaron, pero no se efetuo cosa ninguna de lo que se pretendia, y de todas partes auia alguna perplexidad en los capitanes, de suerte que casi no se determinauan de uenir sobre esto a las manos ni lo que harian, pero pronosticando Queuedo, natural de Hamusco, soldado de la parte de Julian Gutierrez, que auia juntadose con el capitan Heredia para los medios y conciertos, lo que auia de suceder, dijo hablando con Martin Núñez Tafur: abracame, amigo, porque yo ueo estos negocios de suerte y en terminos que an de parar en las manos, y por uentura haziendo yo el deuer abre de morir el primero. Lo qual paso a la letra como luego se dira.

      Auia sido este Queuedo, antes destas rrebueltas, soldado de Heredia muchos dias antes, y auiendose partido el y otros soldados con el capitan Cesar para el Piru, encontraron con este Julian Gutierrez que les aprometio grandes aprouechamientos de oro en aquella tierra, porque lo siguiesen, y ellos hicieronlo asi, y allavanse obligados a pelear en fauor de Julian Gutierrez contra sus amigos y conocidos, y asi lo hizieron.

      El gouernador Heredia viendo que los rrequirimientos heran de ninguna utilidad y que por ellos no hazia cosa alguna, comenco a dibulgar que se auia de boluer a Cartaxena y de alli yrse a España a dar quenta de lo que pasaua al Rrey, para que le anparase en la gouernacion que le auia dado, y asi lo dio a entender, de suerte que lo entendiesen en el alojamiento de Julian Gutierrez, para con esta ynuencion descuidallos algo del auiso que tenian. El propio dia, en la noche que estas cosas auian pasado, el gouernador Heredia junto asta beinte soldados de los principales de su conpañia para tentar y ber lo que hen ellos tenia, y les dijo, rrindiendoles las gracias del seruicio que le auian echo en seguille hasta alli con muestras de tan entera boluntad, que el no pretendia ni queria, por ynteres de toda la gouernacion, auenturar la uida de un solo soldado ni poner su justizia en manos de la fortuna, que tanto consistia en la lealtad de muchos soldados de los que consigo traia, cuya fee el tenia por dudosa y doblada, como en el buen hado del capitan; que su yntento hera dejallo todo y rretirarse a Cartaxena, y que los que quisiesen boluer al Zenu con el capitan Alonso de Heredia, su hermano, lo hiciesen, y cada qual siguiese su libertad, porque demas de que, como auia dicho, que queria yr a dar noticia al Rrey de lo que pasaua, pretendia principalmente boluer a bengarse a Cartaxena de los de Madrid, que lo avian querido matar; y ciertamente estaua temeroso el gouernador Heredia de sus soldados por su gran auaricia y escaseza70 con que auia retenido en si todo el oro que de las sepulturas del Cenu se auia sacado.

      Los soldados con quien el Gouernador trataua estas cosas eran, como e dicho, los mas principales del canpo, y asi tenian gran presuncion de hazer cosas que ygualasen con su onor, por lo qual le rrespondieron que a que auia sido su uenida de Cartaxena á Uraba; y como el Gouernador les dijese que a hechar de su gouernacion á Julian Gutierrez y a los que fuesen de su opinion, le rreplicaron todos de conformidad que no boluiese de su pretension atras, sino que diese hen ella la horden que le paresciese y mas saludable les fuese, porque hellos y los demas soldados que deuajo de su bandera estauan, perderian el dia siguiente las uidas en el canpo echos pedacos o el quedaria por señor de aquella tierra como lo era. Tuuo en mucho el Gouernador este ofrecimiento destos soldados, y rrindioles muy particulares gracias por ello, y luego comenzo dar horden en lo que auia de hazer para amanescer otro dia sobre el alojamiento de Julian Gutierrez y rrepresentalle la uatalla.

      CAPITULO OCHO

      De como el gouernador Heredia, con solos beinte y cinco honbres, peleo con Julian Gutierrez y lo uencio y prendio y lo hecho de la tierra, y el se boluio a Cartaxena.

      Viendo el gouernador Heredia la boluntad que los soldados que con el estauan hablando, mostrauan de querer poner por su seruicio las uidas, paresciendole que todos heran hombres de suerte y que cumpliran71 enteramente lo que prometian y proponian, luego alli les dio parte de la horden que en acometer a su henemigo pensaua tener, diciendoles que el propio dia en la noche, con hasta beinte y cinco honbres, se meteria al tocar del quarto de la prima en un vergantin y yria a tomar vna punta e promontorio que hazia la tierra en la mar, de la otra uanda del alojamiento de Julian Gutierrez, para de alli dar por las espaldas en los enemigos quando el capitan Alonso de Heredia, que con la demas jente auia la propia noche de pasar el rrio por cierto uado que pocos sauian, estuuiesen rrebueltos con ellos y anduuiesen peleando.

      Los soldados con quien el gouernador Heredia trataua estas cosas, le rrogaron luego alli que no buscase ni escojiese otros para lleuar en su conpañia, porque hellos querian ser los que con el se hallasen y morir a su lado defendiendo su persona. Heria72 hacepto su ofrecimiento y se lo agradescio, y despues de llegada la hora señalada, dando horden en todas las cosas que se avian de hacer, asi por mano del capitan Alonso de Heredia, su hermano, como de los demas de la conpañia, se metio en el bergantin con sus beinte y cinco soldados, y nauegando la uia del promontorio señalado, aunque se apartaron bien de tierra por no ser sentidos de los nauios de Julian Gutierrez, questauan surtos casi en el propio camino, las corrientes del rrio Darien heran tan grandes que los hizieron descaer tanto que pudieron ser sentidos de la gente de los nauios, los quales para dar auiso a los de su parcialidad que estauan en tierra alojados, soltaron un tiro de artilleria, de suerte que ya no podia ser oculta la pasada e yda del Gouernador a lugar donde yba, que hera muy señalado, y asi tenia en el puestos treinta hombres y dos uerosos73 Julian Gutierrez, temiendose que por alli se auian dentrar los enemigos.

      El uergantin en que el Gouernador yba, aunque sintio que auia de tener rresistencia al saltar en tierra, no por eso dio la buelta, porque los soldados y capitan que en el yban no se les auia enflaquecido punto el animo y brio con que auian salido de su alojamiento, y asi con gran temeridad



<p>68</p>

En la edición de Caracas: la cual traía allí, tenía consigo.

<p>69</p>

Pelota significa también bala de plomo ó hierro con que se cargaban los arcabuces, mosquetes, cañones y otras armas de fuego, y verso es aquí pieza de artillería antigua, que en tamaño y calibre era la mitad de la culebrina. – En la edición de Caracas se pone una interrogación, que demuestra no se ha entendido lo que dice el autor.

<p>70</p>

Esto no tiene sentido; pero tampoco lo tiene con la palabra escasez, que se lee en la edición de Caracas.

<p>71</p>

Debe querer decir cumplirían. Así se lee en la edición de Caracas.

<p>72</p>

Así dice, por error material, sin duda. Debe leerse Heredia. En la edición de Caracas, herida.

<p>73</p>

Uerosos no significa nada. El autor ha debido querer escribir versos; es decir, que Gutiérrez tenía allí treinta hombres y dos piezas pequeñas de artillería.