Название | Ecuador, un país dolarizado: pasado, presente y futuro |
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Автор произведения | Lawrence H. White |
Жанр | Социология |
Серия | Elementos de Economía |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789978682135 |
2. Algunos críticos de la dolarización utilizan el argumento de la pérdida de soberanía nacional y prestigio al sustituir el sucre por una moneda extranjera y el peligro de aumentar la dependencia de una potencia extranjera. Tal argumento no es válido para el ciudadano común que siente cómo se deterioran sus salarios, sus pensiones de jubilación y se volatilizan sus ahorros. Los detractores denotan un desconocimiento absoluto sobre el rol que una moneda tiene en la sociedad. El dinero es un servicio que las comunidades espontáneamente comenzaron a prestarse a efectos de librarse de los inconvenientes que significaba el sistema de trueque o de cambio directo, y lo peor que pudo ocurrir es que este servicio se convierta en monopolio estatal, con las malas consecuencias que hemos sufrido.
3. Se ha atribuido a la dolarización la subida de los precios y el costo de la vida, el desempleo existente, el aumento de la pobreza y las desigualdades de la sociedad; es decir, la dolarización es culpable de todos los problemas endémicos que afectan al país. Tales críticas no resisten un análisis serio porque el incremento de precios está relacionado con la inflación rezagada y el periodo de ajuste de los bienes no transables a los que hemos hecho referencia. Además de las distorsiones en la economía originadas en las políticas públicas, la pobreza y las desigualdades de ingresos de los ecuatorianos han estado presentes en nuestra sociedad desde antes de adoptar el nuevo sistema monetario. Nadie esperaría que la dolarización vaya a solucionar los problemas socioeconómicos del país. Solucionar estos problemas es una tarea de largo plazo que se cumplirá cuando los ecuatorianos puedan gozar de plena libertad económica y política como las que disfrutan otros países que tienen un alto estándar de vida por haber realizado las reformas institucionales que aún están pendientes en el Ecuador.
4. Algunos economistas y empresarios atribuyen a la dolarización la pérdida de competitividad de las exportaciones aduciendo que su costo de producción aumentará más rápidamente que los precios. Los economistas se refieren a esto como una tasa real de cambio sobrevaluada. Antes de la dolarización el gobierno recurría a continuas devaluaciones para favorecer al sector exportador a expensas del resto de los ecuatorianos. La competitividad es un fenómeno de largo plazo basado en la eficiencia y capacidad tecnológica del sector para competir en el exterior. La reducción de competitividad no se puede atribuir solamente a la apreciación del tipo de cambio. El índice de competitividad elaborado por la Universidad de Harvard coloca a Ecuador en el puesto 68 de 75 países. Toda una década de devaluación no ha ayudado al Ecuador a ser más competitivo. Es importante señalar que la dolarización no perjudica las exportaciones. En primer lugar, cerca del 75 % de las exportaciones del Ecuador son bienes primarios —petróleo, banano, camarones, etc.—. El otro 10 % lo constituyen bienes primarios procesados. Sus precios ya están determinados en dólares en los mercados mundiales. Segundo, los exportadores de productos manufacturados usan bienes importados como materia prima para sus productos. La dolarización estimula las exportaciones al volver los créditos más disponibles a tasas de interés razonables.
5. Es lamentable escuchar varias opiniones al respecto de que si no se concreta un nuevo préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año o si el precio del petróleo cae por debajo de USD 20 los ecuatorianos vamos a tener problemas y la dolarización será debilitada. Este enfoque está concentrado en las finanzas públicas del gobierno mas no en las preferencias y condiciones económicas de los ciudadanos del país. Los grupos de interés que se benefician de los créditos del FMI y del precio inflado del petróleo son quienes tendrán problemas si las estimaciones oficiales no se cumplen. Ningún ecuatoriano está dispuesto a renunciar a sus dólares ahora y mucho menos si el gobierno no pone en orden sus gastos. La dolarización evita que los jubilados y asalariados pierdan capacidad de compra cada vez que el gobierno devalúa. Debe quedar claro entonces que somos nosotros los ecuatorianos quienes elegimos este sistema, el presidente Mahuad solo sancionó lo que ya era evidente.
Es importante recordar que cuando el Ecuador no escuchó el consejo del FMI de aumentar el impuesto al valor agregado al 14 % en el 2001, ni mantener el impuesto a la circulación de capitales, el Ecuador ha tenido la más alta tasa de crecimiento económico entre los países de América Latina. Por lo tanto, debemos ser muy cuidadosos en los compromisos que hagamos con el FMI de manera que no se creen obstáculos al crecimiento económico con sus desastrosas recetas que conducen al fracaso. Con respecto a esto, el señor Forbes ha dicho que “los banqueros del FMI tienen una noción extraña de que la prosperidad causa inflación y que cuando una economía es próspera, los individuos de una nación disfrutan de felicidad y eso los hace infelices a ellos”.
La dolarización cambia la estructura del poder
Los opositores más recalcitrantes de la dolarización tienen sus propias y peculiares interpretaciones para explicar el crecimiento económico alcanzado, señalando que lo que ha apuntalado la dolarización ha sido las remesas de los inmigrantes, los ingresos generados por la venta de petróleo en el mercado mundial, las inversiones del nuevo oleoducto y hasta especulan sobre la contribución de narcodólares y billetes falsos, además del descongelamiento de los depósitos bancarios. Además de ser un argumento mercantilista, se asume que es un prerrequisito para la dolarización mantener flujos positivos de divisas. La argumentación antes referida, desconoce la dinámica propia del proceso dolarizador que estimula la generación de riqueza al liberar la economía y suprimir la capacidad del gobierno para imprimir papel moneda sin valor.
Lo que realmente pasa es que la reestructuración de la economía significa una catástrofe para los intereses creados que se han beneficiado de los privilegios obtenidos de la intervención del Estado en la economía y en mantener una economía cerrada al comercio internacional. Cuando el Estado cesa de operar la imprenta del Banco Central para emitir dinero que causa inflación para financiar el gasto del gobierno, cede su poder sobre la moneda mientras aumenta la libertad y el poder de la gente sobre su dinero.
Tras analizar los hechos ocurridos en el Ecuador con la dolarización, la columnista del Wall Street Journal Mary A. O’Grady, en un reciente artículo publicado en América Economía titulado “Ecuador viene lo difícil”, señala que a partir de la dolarización, el único camino al éxito es la liberalización económica; por lo tanto, hay que cambiar los incentivos inherentes al sistema de economía cerrada y estrictamente regulada que aun tiene el Ecuador. La articulista indica que “tal como los incondicionales del PRI, en México, los protagonistas del establishment en Ecuador —los militares, los oligarcas, los políticos y los sindicatos del sector público— crecieron en un sistema con reglas muy claras, aunque corruptas, y han ordenado sus vidas de acuerdo con ellas. La dolarización cambia la estructura de poder y, por lo tanto, está produciendo un terror absoluto entre los subsidiados”. Falta agregar a esta lista, las organizaciones indígenas, otros grupos étnicos y algunos gremios. En este sentido, escribe la periodista, “no se puede culpar a la élite de Ecuador por sus desesperados intentos de repeler la dolarización y todo lo que implica”.
La pregunta clave que se hacen los inversionistas es si las fuerzas liberalizadoras de la economía impulsadas por la dolarización