Intensement. Alejandro Arze Rico

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Название Intensement
Автор произведения Alejandro Arze Rico
Жанр Языкознание
Серия
Издательство Языкознание
Год выпуска 0
isbn 9788419092359



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lo de ayer,

      sin atadura ni ligamento,

      solo quédate con el recuerdo de un amanecer.

      4

      Escribo a tu recuerdo, a tu aroma, a tu piel,

      como flor incandescente no dejas de brillar.

      Le canto a la libertad, a la ausencia de lo efímero,

      a tus labios con sabor a alcohol.

      Ovaciono tu encanto cada día al caminar.

      Me apasionas, conquistas

      y mueves sin piedad.

      Eres justa, agua, clara y mi piel.

      Con tu ausencia en el camino,

      la distancia cada día es más.

      Le escribo a tu recuerdo,

      al encanto del ayer

      por haberte conocido a inicios del desdén,

      por la causa, el fruto y el humo de tu voz.

      Me encandilas y alumbras,

      me empujas al andar.

      Los pétalos guardados del ramo peculiar

      ya son parte del recuerdo que quedó en el ayer.

      «Sin miedo a nada», citas a Ubago.

      Firme y elocuente te abrazas sin prisión.

      Eres firme y endeble,

      te agudizas, elevas y empiezas a volar.

      Me abrazas y besas con la mente limpia,

      y ya es tiempo de partir,

      ¡de partir acongojada por tu estado marital!

      5

      Como nota pasajera siempre

      se hace tarde para entrar.

      Vivo en equilibrio imperfecto de verdad.

      Con el juego de la vida siempre empieza

      todo de cabeza una vez más.

      No tienes norte, nunca sabes dónde vas,

      cómo salir y querer vivir echando todo al azar

      con el tiempo que te juega

      las traviesas aventuras del disturbio del rodar y rodar.

      Como que no sabes por dónde salir,

      porque no hay nadie que te espere

      en un silencioso adiós.

      Con la ausencia del disturbio,

      una vez más dices adiós.

      6

      Confinados a vivir en el recuerdo,

      retirados de toda locación emocional.

      Con frecuencia miras alto, pero nunca logras ver.

      La fatiga y el ocaso te aventajan

      ante impíos sofocantes del presagio del ayer.

      Tu mirada es furtiva

      y tu aliento a alcohol

      marcado por cada estación.

      Las palabras son hechizos

      que viajan en el tiempo,

      poseyendo las praderas

      que despeinan tu sosiego.

      Son miradas de cemento

      y abismos de quietud,

      caucásicos y tibios por el eje de tu piel,

      consanguíneo arbitrario,

      juez de lo eterno y pasajero

      que por ti agachas la mirada.

      Con el trono ante tus pies

      y la mirada devastada,

      haces claro el horizonte,

      tiempo en el que juegas al azar

      con las trampas del destino,

      que ya huyen otra vez.

      7

      Conectados con la vida

      y el equilibrio que nos da;

      conectados con el alma,

      te siento cada día más eterna;

      conectados con la luz

      que ilumina nuestro andar en la tiniebla;

      conectados por un cable,

      para cada día estar a tierra;

      conectados por la piel

      cada día te extraño más;

      conectados por el sonido de tu voz

      que hace eco en la habitación.

      Estamos conectados por tu esencia,

      ya que cada día te recuerdo con más exactitud;

      conectados por la vía.

      Y tú estás aquí, mi hermosa compañera,

      mi silueta, mi presencia,

      que añoro con tanta exactitud.

      8

      Con piedad te pido:

      dame habilidad,

      la ofensiva de ilusión

      y el conjuro de tu voz.

      Vivo al pie del caudal,

      siempre dando oportunidad.

      Caí en cuenta del eterno pasajero

      que llevo rodando en mi interior.

      No sé dónde encuentro la salida,

      rogando en el pilar de la cruz

      que goza por verte partir.

      Aún eres el miembro exacto que descuadra

      mi amplio espíritu de quietud,

      mamífero insatisfecho e intuitivo que avanza

      imperante al discurso de ovación,

      con las canas pituitarias que cantan al brotar,

      con la luz que apenas logras divisar.

      Buscas la locura, y no los círculos que se van,

      sigues haciéndolo todo mal.

      Los seis ejemplos de quietud,

      las seis historias de tu vida,

      como caja preciosa que no se puede ni tocar,

      y las seis terapias que desbocan en lujuria

      y la respuesta es la historia,

      es que vuelves para atrás.

      9

      Con una lágrima sutil pero perfecta,

      demandas atención de lo inusual.

      Con tu mirada taciturna y triste tratas de brillar.

      Con tu silencio y el eco de tu ausencia

      tratas de disimular tu enojo.

      Con mi aullido negativo,

      tras dos copas de verdad,

      te veo auténtica una vez más.

      Con