Название | Camino al Armagedón |
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Автор произведения | Marvin Moore |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789877019629 |
Desgraciadamente, en nuestro planeta, todos estamos infectados con el egoísmo, y la mayoría de la gente actúa bajo ese principio la mayor parte del tiempo. Es francamente difícil imaginar una sociedad entera que actúe bajo la ley del amor todo el tiempo sin excepciones. Algunos de nosotros tratamos de actuar de acuerdo con esa ley, pero tenemos problemas para hacerlo. Hay muchos tipos de celos, odios y problemas de ira. ¡Incluso la iglesia está infectada con estos defectos!
Consideremos por un momento esa ley del amor. ¿Significa que los ángeles siempre están de acuerdo en todo? ¡Absolutamente, no! Aunque ninguno de nosotros ha estado antes en el cielo, el simple hecho de que la gente más amorosa de este planeta a menudo tenga fuertes desacuerdos me dice que ocurre lo mismo con los ángeles en el cielo. El amor no significa que todo el mundo tiene que estar de acuerdo. De hecho, ¡qué sociedad tan aburrida sería! Amor significa que estamos en desacuerdo respetuosamente. El apóstol Pablo tenía esto en mente cuando escribió a los cristianos en Éfeso: “Yo pues [...] os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efe. 4:1-3).
Nota, sin embargo, que Pablo tuvo que exhortar a estos creyentes a ser humildes, gentiles, pacientes, y a soportarse unos a otros en amor. Y tuvo que hacerlo porque no estaba sucediendo eso en la iglesia de aquel momento en la medida en que debería de haber sucedido, ni está sucediendo hoy. Vivimos en un mundo dominado por el reino de las tinieblas, donde el egoísmo todavía se apodera de todos, incluso de los que están en la iglesia. Pero lo que Pablo tuvo que exhortar a los cristianos en Éfeso también podría aplicarse a los ángeles en el Reino de la Luz antes de la rebelión de Lucifer. De hecho, así como nos resulta difícil imaginar un cielo donde la humildad, la gentileza, la paciencia y la tolerancia sean una parte tan natural de la cultura como el agua que fluye colina abajo, los ángeles habrían encontrado imposible imaginar una cultura donde estas cualidades no existieran. Lo que para nosotros es un consejo inspirado, porque lo necesitamos tanto en nuestra sociedad pecaminosa, a ellos les hubiera parecido absurdo. ¿Instar a las personas a ser humildes, gentiles pacientes y tolerantes? ¿Por qué alguien tendría que decir eso?
El amor era la característica dominante en el Reino de la Luz que la Trinidad creó. Sin embargo, otras tres características también fueron muy importantes. A continuación, examinaremos la Ley.
La ley
Ya se ha mencionado a la ley en relación con la Ley de amor de Dios, pero hay más acerca de la ley que debemos analizar.
La ley es la base del gobierno. El propósito del gobierno es crear una sociedad estable y, para lograrlo, es necesario crear leyes que las personas deban obedecer.
Nosotros, los seres humanos, tenemos dos tipos de leyes. Un tipo de ley nos mantiene organizados y a salvo de daños, como las leyes de tránsito y las normas de construcción. Las calles de sentido único mantienen el tráfico en movimiento sin problemas y las normas de construcción evitan que las estructuras colapsen. El segundo tipo de ley es la ley moral, que protege nuestras vidas y nuestra propiedad de los delincuentes que nos roban y nos hieren o matan. La ley moral es nuestra preocupación aquí. Esta solo puede funcionar cuando los seres creados tienen dos características mentales: un alto nivel de inteligencia y un sentido moral. Entonces, examinemos cada una de estas características con un poco más de detalle.
Inteligencia. Los animales tienen conciencia e inteligencia limitadas, las cuales necesitan para observar el mundo que los rodea y cuidar de sus necesidades básicas a fin de sobrevivir. La inteligencia de los ángeles y de los seres humanos es de un orden mucho más elevado. Dios nos ha dado la habilidad de procesar ideas abstractas, tales como filosofía, matemáticas y música. Podemos investigar, entender conceptos y crear tecnología extremadamente compleja; nada de lo cual los animales pueden hacer. La era científica, que comenzó hace unos quinientos años, ha producido herramientas asombrosas para la comunicación, los viajes y la vida cotidiana. Los teléfonos, las máquinas de fax e Internet han transformado la manera en que nos comunicamos, y estas herramientas están trayendo cambios dramáticos incluso a las zonas en vías de desarrollo del mundo.2 Los automóviles nos han hecho posible viajar a velocidades de 80 a 120 kilómetros por hora o más en autopistas,3 y los aviones han sobrepasado la velocidad del sonido en el aire. El agua corriente, la electricidad y el aire acondicionado han hecho la vida mucho más confortable; y los avances en la tecnología médica al menos han duplicado la esperanza de vida de las personas en los lugares más desarrollados del mundo. Todo eso ha sido posible gracias a nuestra inteligencia.
Sentido moral. Los animales tienen un deseo instintivo de protegerse, por eso los leones y los tigres gruñen cuando se sienten amenazados y no dudan en atacar y herir, o incluso matar, si la amenaza se intensifica. Nosotros, los seres humanos, tenemos el mismo deseo instintivo de autoprotección, pero la parte moral de nuestra naturaleza nos dice intuitivamente que está mal robar, matar y violar. Una parte importante de nuestro sentido moral es la culpa que sentimos cuando la infringimos. Incluso si nos sentimos obligados a herir o matar a otro ser humano para protegernos del daño, probablemente nos sentiremos culpables por hacerlo. Aunque no puedo entrar en la mente de los animales, creo que no se sienten culpables cuando atacan y matan porque no tienen nuestro sentido moral innato.
Desafortunadamente, los avances en la ciencia y la tecnología que mencioné hace un momento no han mejorado nuestra conciencia moral. Por el contrario, nos han permitido producir armas que pueden mutilar y matar a unas cuantas personas con un arma y a un millón de personas con una bomba nuclear o dos. La fotografía e Internet se han combinado para producir una industria de pornografía masiva y global. Y la industria alimentaria está produciendo una generación de personas cuyos problemas médicos están paralizando nuestro sistema de salud. Claramente, los avances de la ciencia y la tecnología no necesariamente conducen a una mejora de la moral.
Nuestras percepciones del bien y del mal también pueden variar ampliamente. Los cristianos creen que es pecaminoso tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, y la violación de ese principio puede causar una intensa culpabilidad. Sin embargo, millones de personas en el mundo de hoy juegan con múltiples parejas sexuales sin pensarlo dos veces. Luego están el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), y Boko Haram en África, que creen que es su deber moral imponer su versión de la religión a todos los demás y que no dudan en mutilar y matar a los que se interponen en su camino. Y pueden ser terriblemente brutales al respecto, como quemar a personas vivas en jaulas cerradas con llave o tirarlas desde las azoteas [de un edificio]. Ambos grupos han secuestrado a mujeres y niñas, y las han violado. Su sentido moral está terriblemente distorsionado. Mientras que los seres humanos nacen con un aspecto moral de su naturaleza mental y emocional, no existe tal cosa como una “zona de Dios” en el cerebro que guíe instintivamente la comprensión de la moralidad de todos. Aprendemos sobre los valores morales a través de la interacción entre nuestra naturaleza intelectual y moral y lo que nos enseñan, especialmente cuando somos niños. Y, por supuesto, la Biblia nos proporciona la fuente más exacta del mundo sobre instrucción moral.
Afortunadamente, no tenemos que adivinar lo que constituye el bien y el mal. Dios nos ha dado su Ley, los Diez Mandamientos, que expresa los principios fundamentales del buen pensamiento y comportamiento moral; el resto de la Biblia elabora sobre esa ley, especialmente la vida y las enseñanzas de Jesús.
Una tercera característica del Reino de la Luz es la autoridad.
La autoridad
¿Cómo te sentiste la última vez que miraste por el espejo retrovisor y viste esas luces rojas y azules intermitentes? Si tú eres como yo, probablemente tu corazón saltó momentáneamente en tu garganta y dijiste: “¡Oh, no!”, entonces echaste un vistazo a tu velocímetro para ver qué tan rápido habías estado conduciendo. Así es como nosotros, que vivimos en el reino de las tinieblas, a menudo reaccionamos ante la autoridad.