Название | Camino al Armagedón |
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Автор произведения | Marvin Moore |
Жанр | Документальная литература |
Серия | |
Издательство | Документальная литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789877019629 |
Habiendo ideado una estrategia, Satanás convocó una reunión con sus seguidores y compartió su plan con ellos. Escucharon, pero “no todos estaban listos para unirse con el fin de llevar a cabo ese arriesgado y terrible plan”.78 Después de haber pasado cientos, y quizá miles, de años en el cielo, estaban muy conscientes de la sabiduría y el poder de Dios, y dudaban de que Satanás lograra contar con el apoyo de Adán y de Eva. Así que, Satanás les dijo que quería que “consideraran el asunto mientras él los dejaba con el fin de estar solo para madurar sus planes. Trató de convencerlos de que esa era su única y su última esperanza”.79
Satanás estaba muy consciente del riesgo que estaba tomando. “Temía que sus propósitos no se cumplieran”, y “aunque tuviera éxito al inducir a Adán y a Eva a desobedecer los mandamientos de Dios [...] de todo ello él no recibía ningún beneficio, su propia situación no mejoraría; su culpa, en cambio solo aumentaría”. Y, como señalé hace un momento, él “se estremeció al pensar en sumergir a la santa y feliz pareja en la miseria y el remordimiento que él mismo debía soportar. Parecía indeciso: a veces firme y resuelto, otras dubitativo y vacilante”.80 A nosotros nos resulta fácil pensar que cuando Dios echó a Satanás del cielo, lo siguiente que hizo Satanás fue tentar audazmente a Adán y Eva. No obstante, Elena de White nos ayuda a entender que a Satanás le costó mucho tomar esa decisión.
Sin embargo, mientras Satanás reflexionaba sobre qué hacer, sus ángeles lo buscaban “para informarle acerca de la decisión que habían tomado. Se unirían a Satanás en sus planes, para compartir con él la responsabilidad y las consecuencias”. Con esto, “Satanás ahuyentó sus sentimientos de desesperación y flaqueza y, como dirigente de ellos, se revistió de valor con el fin de afrontar la situación y hacer todo cuanto estuviera a su alcance para desafiar la autoridad de Dios y de su Hijo”.81
Dios sube a sus ángeles a bordo
Inmediatamente Dios “reunió a la hueste angélica para tomar medidas con el fin de evitar el mal que amenazaba”.82 Para entonces, estoy seguro de que la Trinidad había celebrado su propia reunión para decidir cómo responder a la decisión de Satanás y de sus ángeles malvados de tentar a Adán y a Eva, y encuentro muy significativo que una de las acciones que tomaron fue involucrar a los ángeles del cielo en la trama de proteger a Adán y a Eva de Satanás. Dios creó seres inteligentes, tanto ángeles como humanos, que pueden pensar, razonar y tomar acción sobre lo que conocen. Y la Trinidad no dejó a sus inteligentes ángeles sentados sin nada que hacer. En este particular caso, la Trinidad involucró a los ángeles de dos maneras. Primero, en el desarrollo del plan para proteger a Adán y a Eva de Satanás. Segundo, les dieron responsabilidades para ayudar a llevar a cabo dicho plan.
Sabemos que, después de la creación de Adán, “mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gén. 2:16, 17). Las dos palabras hebreas para “Jehová Dios” son Yahweh Elohim. La traducción en castellano de Yahweh es “Jehová”, que es Dios en el sentido más elevado; mientras que la traducción de Elohim es “Dios”, en plural.
La declaración bíblica de que Jehová ordenó a Adán que no comiera del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal revela lo que a primera vista parece ser una aparente contradicción de un comentario de Elena de White. Ella dijo que una de las decisiones del concilio celestial fue que los ángeles visitaran el Edén para “advertir a Adán que estaba en peligro por la presencia del enemigo. Dos ángeles se apresuraron a visitar a nuestros primeros padres”.83 ¿Fue Dios o los ángeles quienes advirtieron a Adán y a Eva?
Una solución simple a este problema es señalar que fue Jehová Dios quien ordenó a Adán que no comiera el fruto del árbol. Sin embargo, la conversación de los ángeles con la pareja edénica fue en respuesta a la orden de Dios. Se les dijo que compartieran con Adán y Eva “la triste historia de la rebelión y la caída de Satanás”. Ellos fueron a informarles a Adán y a Eva que “Satanás se había propuesto hacerles daño, y que era necesario que los protegieran, porque podrían llegar a relacionarse con el adversario caído”.84 Por lo tanto, no hay contradicción entre las declaraciones de la Biblia y las de Elena de White. Dios le dio a Adán la orden. Los ángeles siguieron con la historia de la rebelión de Satanás y con una advertencia para que Adán y Eva estuvieran en guardia contra él.
Adán y Eva se unen a Satanás
Una vez que Satanás decidió involucrar a Adán y a Eva, y a toda la raza humana, en la misma miseria que estaba experimentando, planificó su estrategia cuidadosamente. Sabía que “Si se acercaba audazmente a Adán y a Eva para quejarse del unigénito Hijo de Dios, no lo escucharían en absoluto; por el contrario, estarían preparados para repeler ese ataque. Si tratara de intimidarlos con su poder –hasta hacía poco había sido un ángel provisto de gran autoridad–, tampoco podría lograr nada. Decidió que la astucia y el engaño lograrían lo que no fuera posible por la fuerza”.85
Ya que el único lugar donde podía contactar a Adán y a Eva era en el árbol del conocimiento del bien y del mal, Satanás probablemente tuvo que esperar algún tiempo para tener la oportunidad de acercarse a ellos. En ocasiones, suelen preguntarme cuánto tiempo estuvieron Adán y Eva en el Edén antes de caer, y una respuesta simple es que no tengo idea. Lo más cercano que la Biblia llega a contestar esa pregunta es que el hijo de Adán y Eva, Set, nació cuando Adán tenía 130 años (Gén. 5:3), y para entonces Caín y Abel, y quién sabe cuántos otros niños, también habían nacido. Adán y Eva pudieron haber estado en el Edén solo unas pocas semanas o meses antes de su caída. Por mucho tiempo que fuera, Satanás sin duda pasó una cantidad significativa de su tiempo observando a la pareja antes de concretar su estrategia. Probablemente, desde el principio, decidió acercarse a uno solo, y tuvo que pasar un tiempo observándolos para decidir a cuál atacar. Entonces, una vez que decidió que Eva sería su objetivo, puede que haya tenido que sentarse en el árbol del conocimiento del bien y del mal por quién sabe cuánto tiempo, esperando a que se paseara sola.86
¡Entonces, un día sucedió! Eva se acercó al árbol, sola. ¡Esta era la oportunidad de Satanás! Puedo imaginarme que su corazón se detuvo un instante (asumiendo que los ángeles tienen corazón como los seres humanos). Rápidamente encontró una serpiente (o tal vez ella la estaba esperando) y entró en ella. Respiró hondo y dejó que Eva se detuviese un poco, admirando el árbol y preguntándose por qué Dios les dijo que no comieran de su fruto. Entonces hizo su jugada.
Hay que reconocérselo a Satanás. Era muy sutil y muy inteligente, y la forma en que se acercó a Eva muestra que, de hecho, pasó bastante tiempo en la planificación cuidadosa. Apareció disfrazado de serpiente, de la que había tomado posesión. Hablando a través de la serpiente, Satanás dijo:
–Hola, Eva.87
Probablemente ella se giró y miró hacia un lado y al otro, tratando de descubrir de dónde venía la voz. Satanás pudo haber tenido que hablarle varias veces:
–Aquí arriba, Eva, en el árbol. Soy yo, la serpiente en el árbol.
¡Eso llamó su atención! Tal vez pensó: Mmm, una serpiente parlante... ¡Qué inusual!
Esto también debió de ser una advertencia para Eva de que algo no estaba bien. Sin embargo, ten en mente que Adán y Eva todavía estaban descubriendo muchas cosas acerca de su nuevo mundo. Así que, mientras que la idea de una serpiente parlante habría impresionado a Eva como algo inusual, ella probablemente llegó a la conclusión de que quizás era así como Dios había creado a las serpientes, y eso despertó su curiosidad. Satanás planeó cuidadosamente su estrategia para evitar que las campanas de advertencia sonaran en la mente de Eva, y así despertara su curiosidad. Y funcionó. En vez de huir, Eva se quedó y escuchó. ¡Victoria número uno para Satanás!
Luego trabajó la siguiente