Las teorías literarias y el análisis de textos. Adriana Azucena Rodríguez

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Название Las teorías literarias y el análisis de textos
Автор произведения Adriana Azucena Rodríguez
Жанр Документальная литература
Серия Programa Universitario del Libro de Texto
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9786070280542



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a continuación, el yo lírico analiza lo que significaba el mundo que ha mostrado mediante detalles, para continuar con la reflexión sobre el mundo de la infancia, lo que representaría la cuarta estrofa.

      Junto con el individuo que crecía en la sociedad barcelonesa, ésta se deterioraba por inmovilidad de la “pax burguesa”; en reacción, los recuerdos de infancia son elevados a una mitología que conduce a la voz poética a ver el pasado como las ruinas de un imperio: confesión velada de que él mismo, el poeta, es heredero de la pareja en particular y de su clase social en general. Al terminar la reflexión sobre la infancia, el yo lírico sale de su ensimismamiento: percibe la presencia de “los murcianos” que irrumpen en la soledad del yo lírico pero que también representan la primera imagen del futuro.

      Siguiendo el mismo procedimiento de descripción y posterior reflexión, inicia la sexta estrofa y último: los jóvenes son despreciados y explotados; pero la voz poética plantea la posibilidad de que su ímpetu les permita sobreponerse a sus condiciones y sustituyan a la burguesía decrépita que ya sólo representa el pasado al que el poeta se aferra por la nostalgia.

      Fase V. Análisis de la forma partiendo del tema: es la parte del análisis en la que se justifica cada rasgo formal del poema como una exigencia del tema. Así, por ejemplo, se evidencia que, en el segundo y tercer versos, “pasaron por aquí, seguramente, / más de una vez”, se elude el sujeto, generando el enigma sobre la identidad de las personas a quienes se refiere el yo lírico. También constituye éste el sitio para evidenciar el manejo de los tiempos verbales en los primeros versos: predominan los verbos en pretérito imperfecto: “era”, “tenían”; mientras que el único verbo en primera persona del presente es “imagino”.

      En cuanto a las figuras retóricas, destaca la adjetivación metafórica: “la capota del coche salpicada de sol” que percibe los rayos del sol como líquido sobre un objeto poco poético que alude a la industria como soporte de la clase social referida continuamente. Un proceso similar se desarrolla a propósito de la descripción del lugar o de la pareja.

      También cabe mencionar aquí la idea de “mitología” manejada en el poema: “Oh mundo de mi infancia, cuya mitología / se asocia —bien lo veo— / con el capitalismo de empresa familiar”: el término no tiene, para Gil de Biedma, la concepción tradicional de conjunto de mitos de un pueblo o una cultura, ni la definición semiótica; parece, en cambio, tratarse de una noción individual; en otras palabras, cada individuo conformaría su propia “mitología” del pasado.

      Asimismo, en este pasaje se hace notar el conjunto de influencias del poeta: Rodrigo Caro, poeta barroco, época también de deterioro oculto tras la opulencia de España, pero principalmente, se evidencia, en los últimos versos, la presencia de Antonio Machado y el poema “Una España joven”: “El hoy es malo, pero el mañana… es mío […] Tú, juventud más joven, si de más alta tu cumbre / la voluntad te llega, irás a tu aventura”. Sin embargo, Gil de Biedma, para cerrar el poema, evita dirigirse en segunda persona a los jóvenes, de los que se muestra ajeno:

      Sean ellos sin más preparación

      que su instinto de vida

      más fuerte al final que el patrón que les paga

      y que el salta-taullels que les desprecia:

      que la ciudad les pertenezca un día.

      Fase VI. La conclusión: es el balance de las observaciones del crítico y su impresión personal. Se omite aquí para no intervenir en los resultados que pueda inferir el lector.

      Comentario al poema: “Barcelona ja no es bona,

      o mi paseo solitario en primavera”

      La obra forma parte del libro Moralidades, publicado en 1966. Anteriormente el poeta había publicado Versos a Carlos Barral (1952), Según sentencia del tiempo (1953) Compañeros de viaje (1959) y A favor de Venus (1965). El libro contiene una serie de poemas “sociales”: alusiones a la situación de España en relación con la República, la Guerra Civil y la dictadura. El tema del poema son los recuerdos que derivan en la visión desesperanzadora del paso del tiempo. Esta hipótesis de tema puede comprobarse en las declaraciones del poeta: “En mi poesía sólo hay dos temas, el paso del tiempo y yo” (Entrevista con Federico Campbell, Infame turba).

      El primer apartado, desde la propuesta del tema, se enmarcaría entre los primeros 24 versos, ya que se describe a una pareja, una imagen idílica del pasado representada por ambos jóvenes relacionados con el poeta, en un tiempo de prosperidad, comodidades y expectativas en el futuro, en un época cuyos referentes están marcados por la guerra y el capitalismo. En este sentido, el apartado siguiente está compuesto por los siguientes cuatro versos: “Así yo estuve aquí / dentro del vientre de mi madre”, se revela la relación entre el poeta y la pareja del poema: son sus padres. Él se encuentra en el mismo lugar descrito en la estrofa anterior. Ahora, sin embargo, el escenario idílico está deteriorado por el efecto del tiempo: “y es verdad que algo oscuro, que algo anterior me trae / por estos sitios destartalados”. Si el apartado I está determinado por un pasado idílico, el II se caracteriza por mostrar un presente arruinado, pero real, del que escribe.

      Una vez que se reveló el enigma del vínculo entre el yo lírico y la pareja descrita, continúa la exposición del contraste entre el tiempo pasado y el presente, el resumen de la vida del yo lírico: su gestación en una época que se consideraba feliz por la abundancia económica. En el presente de la escritura, el enunciante poético se reconoce viejo; por último, hace un balance de su edad adulta, en que desarrolla una conciencia de clase aun en contra de su propia clase social. Aquí termina el apartado III porque termina la descripción del lugar; a continuación, el yo lírico analiza lo que significaba el mundo que ha mostrado mediante detalles, para continuar con la reflexión sobre el mundo de la infancia, lo que representaría el apartado IV.

      Junto con el individuo que crecía en la sociedad barcelonesa, ésta se deterioraba por inmovilidad de la “pax burguesa”; en reacción, los recuerdos de infancia son elevados a una mitología que conduce a la voz poética a ver el pasado como las ruinas de un imperio: confesión velada de que él mismo, el poeta, es heredero de la pareja en particular y de su clase social en general. Al terminar la reflexión sobre la infancia, el yo lírico sale de su ensimismamiento: percibe la presencia de “los murcianos” que irrumpen en la soledad del yo lírico pero que también representan la primera imagen del futuro.

      Siguiendo el mismo procedimiento de descripción y posterior reflexión, inicia el apartado VI y último: los jóvenes son despreciados y explotados; pero la voz poética plantea la posibilidad de que su ímpetu les permita sobreponerse a sus condiciones y sustituyan a la burguesía decrépita que ya sólo representa el pasado al que el poeta se aferra por la nostalgia.

      La forma y el tema se complementan para lograr un efecto estético. En el segundo y tercer versos, “pasaron por aquí, seguramente,/ más de una vez”, se elude el sujeto, generando el enigma sobre la identidad de las personas a quienes se refiere el yo lírico. También constituye éste el sitio para evidenciar el manejo de los tiempos verbales en los primeros versos: predominan los verbos en pretérito imperfecto: “era”, “tenían”; mientras que el único verbo en primera persona del presente es “imagino”.

      En cuanto a las figuras retóricas, destaca la adjetivación metafórica: “la capota del coche salpicada de sol” que percibe los rayos del sol como líquido sobre un objeto poco poético que alude a la industria como soporte de la clase social referida continuamente. Un proceso similar se desarrolla a propósito de la descripción del lugar o de la pareja.

      También cabe mencionar aquí la idea de “mitología” manejada en el poema: “Oh mundo de mi infancia, cuya mitología/ se asocia —bien lo veo—/ con el capitalismo de empresa familiar”: el término no tiene, para Gil de Biedma, la concepción tradicional de conjunto de mitos de un pueblo o una cultura, ni la definición semiótica; parece, en cambio, tratarse de una noción individual; en otras palabras, cada individuo conformaría su propia “mitología”