Desde otros Caribes. Raúl Román Romero

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Название Desde otros Caribes
Автор произведения Raúl Román Romero
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9789587464405



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¿La geopoética de la devastación permite un diálogo con otras artes/disciplinas? 357

       Conclusiones 357

       Referencias bibliográficas 358

       Capítulo 13

       Identidades colectivas: experiencia mítica y acto narrativo en The Ventriloquist’s Tale (1997) 361

       Susana Carolina Barradas Rosado

       “One who works in the dark” 365

       “The Master of Fish” 376

       Referencias bibliográficas 382

       Capítulo 14

       “En el fondo del caño hay un negrito”: la plena del aislamiento 386

       Adriana María García Mendiola

       Los elementos plenarios en “En el fondo del caño hay un negrito” 387

       La isla en el caño 391

       Los alimentos diluidos 396

       Conclusiones 399

       Referencias bibliográficas 400

       Capítulo 15

       Caliban chicanizado 402

       Tomás Ramos Rodríguez

       Caliban chicanizado 409

       Richard Rodriguez, el arielista 414

       La chicana 419

       El mexterminator 422

       Caliban más allá de la frontera 426

       El español, Modernidad 433

       Addenda 440

       Referencias bibliográficas 441

       Sobre los Autores 446

      Prólogo

      Mapeo de unos —y otros— Caribes

      Enrique Camacho Navarro

      Universidad Nacional Autónoma de México

      Figura 1. Mapa de las West Indies & Mexico or New Spain, Hermann Moll, c. 1729

      La mayor parte de la superficie se distingue con un fuerte color rosado, que corresponde a las posesiones del viejo Imperio español. Allí se encontrarían las zonas de la Florida, las islas de Cuba, La Española (hoy República Dominicana) y Puerto Rico. Además, delinea toda la Nueva España (que, curiosamente, ya desde esos tiempos fue nombrada en el mapa como “México”), pasando por la península de Yucatán, luego por Centroamérica, y hasta llegar a la zona de “Tierra Firme”, hoy Venezuela, en la parte norte de la América del Sur. En un color amarillo se señala la parte costera de Carolina y Virginia, correspondiente a las entonces colonias británicas y que hoy son Estados sureños en la parte este de la Unión Americana; además de algunos pequeños puntos que conforman las Islas Bahamas y, un poco más distante, la isla de Jamaica, marcada también con el mismo tinte. La tonalidad azul se usó para el territorio que en aquel tiempo se mantenía bajo dominio francés; es decir, el correspondiente a La Luisiana y a la otra parte de La Española: Haití. En el litoral venezolano, casi imperceptible, se aprecia el color verde jade que señala las posesiones que hasta el día de hoy viven un vínculo histórico-político con los Países Bajos —como Curação, Aruba, Bonaire y Surinam—, pero también marcada con ese matiz se puede apreciar a la Isla Margarita y a Trinidad y Tobago.

      Aunque las líneas coloridas se encargan de manera especial de señalar los bordes continentales y antillanos, algunas de ellas se aventuran al interior continental, dejan las costas y se adentran por medio de ríos que limitan el empuje de las fuerzas imperiales, o bien crean fronteras artificiales, las cuales no correspondían a accidentes geográficos ni a determinaciones étnicas o culturales. La ilustración cartográfica iría ligada, no hay otra explicación, a los alcances del variopinto expansionismo económico imperial y al subsecuente potencial bélico que se había logrado implantar en algunas partes de todo ese territorio, extensión todavía virgen en muchos de sus espacios y que, por esa misma condición, era motivo de disputas.

      Si se observa con cuidado la iconografía dentro del mapa, incluyendo una atención a los iconotextos, los caminos seguidos por aquellas líneas de colores hacia el interior entonces recorrían