Pedacitos de tu alma mujer. Patricia Ramírez Aranda

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Название Pedacitos de tu alma mujer
Автор произведения Patricia Ramírez Aranda
Жанр Языкознание
Серия
Издательство Языкознание
Год выпуска 0
isbn 9786078773244



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sumamente especial, y aun sin conocerlo, sabe que lo amará más que a sí misma. Cederá su tiempo, energía, cuerpo, alma y corazón al servicio de una nueva vida.

      Ya es tiempo de que su carrera y otras cuestiones pasen a segundo término. Eso no le preocupa en lo más mínimo, pues ya les ha dedicado bastantes años y siente que su reloj biológico le envía mensajes que es preciso atender.

      Sabe que su cuerpo cambiará, así como sus estados de ánimo, y a pesar de que siempre estuvo muy preocupada por cuidar peso y figura, los kilos que seguramente ganará son insignificantes; igual que las varices, estrías y todos los cambios que ello implica. Anhela verse con su pancita; platicarle y ponerle música prenatal de Mozart a ese bebé, que anhela traer a su vida.

      No logra explicarse por qué el tema de la maternidad le despierta ahora tanta emoción y curiosidad, lo cierto es que se descubre ilusionada y se percata de que “casualmente” su atención, día con día, se centra más en las criaturas que encuentra a su alrededor, incluidos los del supermercado, el cine, la televisión y el vecindario.

      Está motivada y ansiosa por vivir esa nueva, desconocida y fascinante experiencia; de seguro la realidad ni siquiera se acerca un poco a lo que en libros y revistas podría leer, pero presiente que está a punto de ser protagonista del capítulo más significativo y emotivo de su historia.

      Parece que en ese momento amigas, diversión, estudios, reconocimiento y trabajo dejan de figurar. Ansía vivir y comprobar lo que tanto ha escuchado sobre náuseas, antojos, pataditas, pero sobre todo, tiene la ilusión de tomar entre sus brazos a un hijo. Está consciente de que, conforme pasa el tiempo, pierde vitalidad, fuerza y juventud, y comprende —además— que los bebés requieren energía, tiempo y paciencia, por tanto, hay que tomar decisiones. Así, tras un par de pláticas con Edmundo, empiezan a darse a la tarea de buscar al anhelado bebé. Ella cambia hábitos y el gimnasio por el yoga, comienza a tomar ácido fólico y las escapadas a los bellos rincones de la Riviera Maya se convierten en frecuentes encuentros eróticos, llenos de placer.

      Están viviendo su mejor momento como pareja. Lo mismo disfrutan salir de viaje que hacer tándem el domingo por la mañana, en la bici-ruta por el Paseo Montejo, pedaleando junto a niños, jóvenes y familias en bicicleta, con el monumento a la bandera como vista y a sus costados, los restaurantes de diferentes estilos y especialidades, que engalanan la avenida principal de esa hermosa ciudad.

      También pueden enclaustrarse un fin de semana completo en la casa, viendo películas y haciendo el amor día y noche; con un delicioso espagueti a la boloñesa cocinado por Edmundo, acompañado de un vino tinto, tienen alimento suficiente. O se regocijan de salir a correr por las mañanas al parque Alemán, que está cerca. Lo importante es pasar juntos la mayor parte del tiempo. Es motivante saber que comparten la misma ilusión: formar una familia.

      En pocos días, el interior de su casa comienza a abrir espacio para objetos nuevos. Su librero, además de múltiples enciclopedias y libros de ventas, administración y economía, incluye publicaciones y revistas que hablan del cuidado del bebé y la mujer.

      Disfrutan las pláticas acerca de cómo lo educarán y los valores que van a transmitirle. Edmundo ya tiene la experiencia de ser padre de una joven adolescente, pero siempre se preguntó cómo sería educar a un varón y como ama la pesca, dice que si es niño lo llevará con él a pescar, cuando vayan a Progreso se escaparán en su lancha y le enseñará todos los secretos del mar. Ya se ve enseñándole, primero, a tener cuidado con los anzuelos para evitar accidentes; después, enseñándole a armar su primera caña y a colocar el señuelo, además de explicarle las características de las diferentes especies y los meses ideales para capturar robalos o jureles, así como los horarios recomendables para la captura: entre las cinco y seis de la mañana, o bien por la noche. Y mientras él se visualiza instruyendo a su pequeño, Catalina lo desconcentra con preguntas: ¿y si no le gusta la pesca o… es niña?

      Es típico que esas pláticas terminen en carcajadas o discusiones. Aparentemente resulta absurdo que hablen sobre la vida de un bebé que ni siquiera existe, pero ya habita en sus mentes y corazones, donde siempre nace el amor.

      En su imaginación, ella recrea la imagen de Edmundo como futuro papá de un hijo de ambos. Habitualmente él platica con singular admiración de su padre. “Mi viejo tenía una sabiduría muy particular”, dice, “a través de sus dichos me enseñó los valores de la vida. Para cada ocasión se sabía un proverbio. Fue un hombre estricto, pero gracias a eso aprendí a ser responsable y disciplinado. Desde niño siempre me dijo: ‘Lo único que vale la pena de un hombre, es su palabra, por eso cuando no tiene palabra no vale nada’. Era íntegro e incorruptible”.

      Ella no tuvo oportunidad de conocer a ese gran hombre. Pero sabe que fue ejemplo para su fiel compañero. Y se dice a sí misma “hizo un excelente trabajo”. Aun cuando para Edmundo volver a ser papá implica un reto, ambos sienten que tienen mucho que ofrecer a una criatura, además de su estabilidad económica. Son un par de adultos que emocionalmente viven en armonía el uno con el otro; tienen objetivos y metas en común, se aman y se respetan.

      Los días y semanas comienzan a transcurrir. Saben que para que un bebé llegue hacen falta cuatro grupos de fuerzas: las de él, las de ella, las de un Ser Superior y las del bebé. Así que ellos hacen lo que les corresponde y ponen su confianza en que llegará cuando tenga que llegar.

      En un par de ocasiones, Edmundo le ha comentado que una mujer es hermosa por naturaleza, pero embarazada posee una belleza especial, incluso a él le parece sexy. Por lo tanto, Catalina sueña con verse encinta, y en secreto se dice: “Me mandaré a hacer un terno bordado a mano y será el que porte para hacer mi autorretrato”, se sentirá muy orgullosa de vestir tan bello atuendo para un momento tan significativo y es parte de lo que enseñará a su bebé, el amor por sus raíces.

      Existen muchas expectativas alrededor de tan esperado momento. Cada noche, antes de dormir, piden al cielo porque ese nuevo integrante llegue a sus vidas y confían en recibir la buena noticia que transformará su existencia en cualquier momento.

      Meses más tarde, Catalina aprende y confirma el porqué esperar demasiado es la raíz del sufrimiento.

      Ambos lo comprenden cuando sus planes y proyectos se convierten en una dolorosa realidad que les tenía deparada el destino y para la que no se habían preparado.

       II. UN CORAZÓN ROTO

      12 de abril 2012.

      Dicen que todo en la vida tiene un tiempo. Tiempo para crecer, para amar, estudiar, trabajar y también para procrea, en el caso de las mujeres.

      Nunca pensé ser madre a temprana edad, ni tampoco consideré la posibilidad de ser madre soltera; me tocó acompañar a diferentes amigas, primas, compañeras de trabajo y vecinas, a vivir ese momento de sus vidas y pude ser testigo de cómo algunas lo disfrutaban, otras realmente sufrían y para otras parecía no estar pasando algo precisamente extraordinario, nunca pude entenderlo; lo único que sabía, aún sin haberlo vivido, es que se trataba de un momento único de transformación en la existencia de una mujer; paradójicamente, nunca supe con exactitud en qué momento también cruzó por mi mente, o tal vez en mi corazón, un presentimiento; algo en mi interior me decía que, a diferencia de mis congéneres, yo no viviría esa experiencia y que tendría que aprender a vivir con eso.

      Lo cierto es que conforme pasaban los años, me resistía también a aceptarlo, pero después de conectar con el dolor, supe que sería huérfana de hijos, y la última gota de esperanza se derramó, la vez que llegó a mi mente la idea de escribir una carta de despedida al hijo que no había dado a luz.

      Así comienza el diario que Catalina hojea hoy, que ha decidido emprender el viaje que la ayudará a cerrar el duelo y a reencontrarse consigo misma, con su esencia femenina, para hallar respuestas y sanar la fractura que aún lastima la fibra más sensible de su ser.

      La mañana del 17 de marzo del 2012 resulta un parteaguas para ella y para Edmundo. Escogen la playa de Puerto Progreso para vivir unos segundos de privacidad. Ese veraniego