El reconocimiento de las violencias contra niñas, niños y adolescentes como un problema social, de salud y un asunto de derechos humanos es históricamente muy reciente, y en los estudios relacionados con el hogar, con frecuencia se les considera víctimas secundarias. En esta investigación, realizada en tres ciudades de Chiapas, México, se analizan con detalle la magnitud, características, ámbitos de expresión y relaciones ligadas a las violencias contra menores, en tanto víctimas primarias, considerando la vulnerabilidad asociada a su edad, género e indefensión, dentro de ámbitos específicos como la casa, el barrio o colonia y la ciudad, a los cuales subyacen diversas condiciones que dan lugar a dicha vulnerabilidad.
El hogar resulta clave, no solamente como punto de ocurrencia o generación de situaciones críticas, sino de articulación y mediación entre otros espacios y normas socioculturales, pero siempre en el contexto de violencia estructural y el abandono del Estado. La condición socioeconómica, la desorganización social, la tolerancia, normalización e invisibilización de la violencia física y sexual, además de las desigualdades de género y étnicas, vinculan las problemáticas en entornos de cambio social, económico y sociodemográfico que complejizan la crianza y la protección de niñas, niños y adolescentes.