ríos y los lagos (en particular el lago Chad), también albergan numerosas especies de peces. Además, se organizan excursiones de pesca en piraguas tradicionales que permiten observar muy de cerca a otros de los habitantes de los cursos de agua: los hipopótamos.
Elefante. El animal mítico de la sabana africana está bien representado en Camerún, especialmente en el parque de Waza, donde no es raro cruzarse con grandes manadas. En efecto, los elefantes suelen vivir en pequeños grupos familiares de entre diez y veinte individuos, que se agrupan regularmente alrededor de los puntos de agua (como la charca de los elefantes en el parque de Waza) o las zonas de alimentación para formar manadas mucho más importantes.
La vida social de los elefantes se rige por el matriarcado, es decir, son las hembras las que lideran el grupo. Un elefante tiene una esperanza de vida de entre sesenta y setenta años, pesa entre 5 y 6,5 toneladas e ingiere unos 250 kilos de comida al día. Es una especie protegida en Camerún, al igual que en otros lugares, pero lamentablemente también es abatido aquí por los cazadores furtivos en busca de marfil. Conviene remarcar que la legislación muestra una cierta laxitud respecto a los cazadores, ya que solo prohíbe la caza con arma de fuego, pero a menudo sigue tolerando la práctica tradicional —lanza, arco y flechas— para los cazadores locales. Así pues, la ley no impide el comercio fruto de esta caza y que se multipliquen las capturas, sobre todo teniendo en cuenta que se permite matar a los elefantes que causan daños a los cultivos… Un pretexto utilizado demasiadas veces.
En Camerún, se pueden ver elefantes de sabana en el parque de Waza, el más concurrido por los visitantes, y elefantes de bosque en el parque de Lobeke.
Jirafa. Este mamífero de largo cuello y elegancia indolente es un animal tranquilo y tímido que se puede admirar en la sabana y en las estepas arboladas del norte del país. Se alimenta de las hojas de acacias, unos árboles espinosos con los que se cruzará a menudo si visita el parque de Waza. Una jirafa adulta mide, por término medio, más de 5 metros de altura y pesa entre 900 y 1400 kilos. Su nombre deriva del árabe xirapha, que quiere decir « la que avanza rápidamente ».
Hipopótamo. Es un gran mamífero anfibio de más de dos toneladas que se puede observar en varios ríos y mares del país, en particular en los ríos de Benue, Noun y Sanaga. De apariencia pacífica, es capaz de emitir unos bramidos impresionantes cuando se trata de conquistar a una hembra o de demostrar su autoridad. También es sorprendente ver a qué velocidad puede correr en tierra firme, por lo que debe ser muy prudente si se encuentra con uno fuera del agua, puede ser muy agresivo y cargar contra usted, sobre todo si se da cuenta de que le ha cortado el paso para regresar al agua: cada año se notifican varios ataques de hipopótamos, a veces mortales. Es sorprendente que sea considerado, a día de hoy, el animal más peligroso para el hombre y no se suela desconfiar de él.
Manatí. Se trata de un gran mamífero herbívoro, más conocido como la « vaca marina », que se puede ver sobre todo en los alrededores del lago Ossa, en torno al cual se han creado algunas leyendas extrañas debido al tamaño del animal y a sus aterradoras apariciones cuando sale del agua: sería el origen del mito de las sirenas. También recibe el nombre de mamy wata, la « mamá del agua ».
León. Este felino, a menudo considerado como el rey de la jungla, es un habitual de la sabana y de las estepas arboladas, donde suele dar la impresión —falsa— de no hacer otra cosa que sestear a la sombra. Por supuesto, es una gran atracción turística en los grandes parques del norte del país: Waza, Bénoué, Boubandjida y Faro. Un león adulto pesa de promedio 240 kilos, mientras que la hembra pesa 160 kilos. El león pasa gran parte de la noche cazando, jugando y realizando rondas por su territorio. Vive en manadas de unos treinta individuos, de los cuales, de cuatro a doce permanecerán en el grupo toda su vida.
Los leones protegen a las hembras contra los machos de otros clanes y están muy apegados a su territorio de caza y reproducción, de una superficie que oscila entre 50 y 400 km2, que defienden ferozmente. A la edad de dos o tres años, los jóvenes machos son expulsados del grupo y comienzan una vida nómada que termina en general hacia la edad de cinco años, cuando son capaces de pelear por ponerse al frente de su propio clan.
Serpientes. Hay muchas especies de serpientes, algunas de ellas muy venenosas. En efecto, el Centro Pasteur estima en 600 el número de muertes al año por mordeduras de serpientes (5% de todos los casos de mordeduras), en particular de la pequeña víbora cornuda del desierto, muy presente en el Gran Norte del país. Entre las especies más peligrosas cabe citar: la víbora de Gabón, la mamba verde (una serpiente arborícola cuyo veneno es fulminante) y la cobra escupidora (presente en la sabana seca y capaz de proyectar su veneno a más de tres metros a los ojos de un agresor, provocando así una ceguera pasajera y fuertes dolores). Las serpientes tienden a huir de los humanos y en general solo muerden para defenderse. Viven en bosques o en la sabana, pero a veces pueden arriesgarse en terrenos más abiertos después de una tormenta. Por supuesto, hay que ser especialmente cuidadosos si se aventuran en este tipo de ambientes.
Cayor (gusano). Un parásito perjudicial que se desarrolla plenamente bajo la piel de quien lleva ropa donde la mosca ha puesto sus larvas (generalmente ropa húmeda de algodón). Las manifestaciones cutáneas consisten en forúnculos con un punto negro que provocan más picazón que dolor.
Hormigas legionarias. En Camerún, las magnans son hormigas rojas con unas potentes mandíbulas, capaces de despedazar cualquier cosa que encuentren a su paso (un insecto muerto, pero también el cadáver de un pequeño roedor o de un pájaro). En cuanto al hombre, no tienen de qué preocuparse, aunque a veces pueden ser muy invasivas.
Moscas. Existen muchos tipos en Camerún, pero hay que destacar dos especies nefastas: la mosca tsé-tsé, responsable de la terrible enfermedad del sueño (tripanosomiasis), y la mosca de la filaria, que produce filariosis, una afección causada por un gusano minúsculo que se pasea bajo la piel, las articulaciones y la comisura de los ojos. La mosca tsé-tsé, de color negro y un poco más grande y larga que las moscas normales que conocemos, es especialmente resistente y a menudo se necesita algo más que una manotada para deshacerse de ella, ya que es muy insistente hasta que consigue picar. La única forma es aplastarla bajo el calzado después de haberle arrancado las alas (nunca se es demasiado prudente). Sin embargo, gracias a las medidas adoptadas por el Gobierno, la especie ha desaparecido prácticamente de Camerún. Lo mismo ocurre con la mosca de la filaria, pequeña y rayada, de color amarillo y negro, que busca sobre todo los tobillos y las muñecas.
Mosquitos. No necesitan presentación. Por supuesto, los mosquitos están muy extendidos en Camerún —sobre todo en la parte sur del país, caliente y húmeda—, y algunos pueden transmitir la malaria.
Es del todo necesario protegerse bien contra estos insectos, con mosquiteras por la noche o con los diversos productos antimosquitos que existen, y adoptar las medidas de prevención adecuadas para reducir el riesgo (que nunca se elimina del todo) de contraer dicha enfermedad.
Migalas. Estas arañas velludas, que pueden medir hasta diez centímetros y ser muy agresivas, son generalmente discretas. Están presentes sobre todo en los bosques