Enamorado de la secretaria. Noelle Cass

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Название Enamorado de la secretaria
Автор произведения Noelle Cass
Жанр Языкознание
Серия
Издательство Языкознание
Год выпуска 0
isbn 9788418616105



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cerebro, al decirle:

      —Esta es mi secretaria, la señorita Stacy Petersen. Ella tomará nota de los puntos más importantes de la reunión.

      —Estupendo —dijo Hakim—. Encantado de conocerla.

      —Para mí también es un placer conocerlo, señor Al-Jasser —respondió Stacy.

      —Espero que el viaje haya resultado agradable.

      —Sí, ha sido confortable —respondió Alessandro, y Stacy asintió.

      —Shira nos servirá un refrigerio, y después empezaremos con la reunión, si le parece bien, señor Márquez.

      —Por supuesto, señor Al-Jasser.

      Una hora más tarde, los tres estaban enfrascados en la reunión. Stacy no dejaba de darse cuenta de las miradas de advertencia que de vez en cuando le lanzaba Alessandro. Como si temiera que, en cualquier momento, ella pudiera meter la pata. Pero hasta ahora, no había hecho más que comportarse con profesionalidad, tomando notas, sentada en uno de los mullidos sofás del despacho de Hakim.

      Alessandro intentaba concentrarse en la maldita reunión, pero le estaba costando. Desde que habían entrado en el despacho del jeque, se dio cuenta de cómo este miraba a Stacy, y una ráfaga de celos lo invadió por dentro, pero no tuvo más remedio que controlarse. Como temió en un principio, Stacy había despertado el interés de Hakim. Pero no podía echarle la culpa a Stacy, ella estaba comportándose mucho mejor de lo que hubiera pensado.

      Sobre las tres de la tarde, salieron del despacho y Hakim los condujo hacia una de las estancias más cómodas del palacio. Sentados en mullidos cojines esparcidos por el suelo, comieron una deliciosa comida típica del país, mientras Alessandro y Hakim charlaban de nada en particular. Pero Alessandro se daba cuenta de las veces que el hombre miraba a Stacy intentando disimular, pero miradas que a él no le pasaban desapercibidas. Decidió que no quería a Hakim cerca de Stacy.

      A las seis de la tarde, subieron al coche con la promesa de que, en los próximos días, Hakim los acompañaría a conocer mejor el país. Aunque Stacy no dijo nada, la expresión de sus ojos lo decían todo, estaba más que contenta por la compañía del jeque, mientras Alessandro se estaba volviendo loco, intentando controlar los celos que le invadían. Stacy no era nada suyo, y no tenía derecho ninguno a entrometerse en la vida de ella, pero desde el momento en que la vio en su despacho, decidió que la quería para él, no soportaría ver a Stacy al lado de otro hombre.

      Cuando ya llevaban un rato en marcha, Alessandro la miró y ella al notar el peso de su mirada volvió la cabeza para mirarlo, entonces, él dijo:

      —Tengo que felicitarla, ha estado a la altura de mis expectativas. Pensé que me echaría a perder este negocio.

      —Ya le he dicho que no iba a tener ninguna queja sobre mí.

      Él asintió y continuó diciendo:

      —En cuanto llegue a la oficina, quiero que exponga una buena presentación de las notas que ha tomado de la reunión.

      —Tendré el trabajo listo lo antes posible.

      El silencio volvió a reinar en el interior del vehículo, e hicieron el viaje de regreso en total silencio. A Stacy le estaba resultando agobiante, aunque llevaban puesto el aire acondicionado, ella se sentía acalorada, y la presencia de Alessandro a su lado, no ayudaba demasiado. Intentó olvidarse de su presencia, pensando de nuevo en Hakim, aparte de que era un hombre muy atractivo, era amable y encantador, todo lo contrario de Alessandro, que siempre la hacía sentirse inferior.

      Llegaron al hotel cuando ya estaba anocheciendo, bajaron del coche y entraron en el edificio. Stacy fue directa hacia los ascensores para subir a la habitación, deseaba darse un buen baño, cambiarse de ropa y descansar. En cambio, Alessandro se dirigió al restaurante del hotel a tomarse una copa, necesitaba quitarse de la mente a Stacy. Pero sentado en la barra y con su segunda copa de whisky doble, se dio cuenta de que le iba a ser imposible. Su aroma lo seguía volviendo loco y no podía dejar de pensar en ella. No había ayudado el hecho de tenerla a su lado casi todo el día. Menos mal que ella estaba en la habitación y esperaba que para cuando él subiera ella estuviera durmiendo, era temprano, pero debía estar agotada.

      Pero aún permaneció en el local varias horas, no quería arriesgarse a subir y encontrársela, intentaba ser fuerte y evitarla, pero le estaba costando un esfuerzo sobrehumano resistirse a Stacy. Su cuerpo la deseaba y él no podía hacer nada al respecto por mucho que luchara contra ese deseo.

      CAPÍTULO 5

      Dos tardes después, Alessandro estaba hecho una fiera y no dejaba de dar vueltas como si estuviera enjaulado. En los tres días que llevaban en El Cairo, Hakim había sacado a Stacy a enseñarle algunos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad como: las Pirámides de Guiza, el Museo Egipcio de El Cairo y la Ciudadela. Cuando Stacy regresaba al hotel no dejaba de contarle fascinada lo bien que se portaba Hakim con ella, y eso molestaba a Alessandro, y mucho. A él le parecía que Stacy disfrutaba desafiándolo, pero tampoco quería que el jeque se enfadara porque ella no accediera a acompañarlo. Alessandro seguía temiendo que el contrato no se fuera a llevar a cabo.

      Pasada la medianoche, Stacy hizo acto de presencia por fin en la habitación. Su enfado fue todavía mayor al verla sonriente y con las mejillas arreboladas, era evidente que se lo había estado pasando más que bien con Hakim. Por unos instantes, en su mente se conjuró la imagen de Hakim y Stacy besándose y el enfado de Alessandro se hizo todavía mayor.

      Stacy se llevó un susto de muerte al ver a Alessandro aparecer de repente y con cara de muy pocos amigos. Pero ella no dejó que su mirada la afectara, ese hombre no tenía derecho a dirigir su vida, al contrario, debía estar encantado porque Hakim quisiera pasar tiempo con ella, eso significaba que el negocio que tenían entre los dos hombres no corría peligro y Stacy temía que, si se negaba a hacerle compañía a Hakim, este pudiera romper el contrato millonario que tenía con Alessandro.

      Stacy ahogó un grito al ver a Alessandro en la oscuridad de la habitación y dijo:

      —¡Me ha dado un susto de muerte! Pensé que ya estaría durmiendo.

      Alessandro no hizo caso de las palabras de Stacy y fue avanzando hacia ella sigilosamente.

      —Estas no son horas de llegar al hotel, ¿tengo que recordarle que está aquí para trabajar?

      —Claro que no lo he olvidado —respondió, desafiándolo con la mirada.

      —¡Le he dicho que se mantuviera alejada de Hakim y está haciendo todo lo contrario! —estalló Alessandro, cada vez más cerca de Stacy.

      Stacy se quedó paralizada al escuchar el tono de voz de Alessandro; al instante, el vello del cuerpo se le erizó por temor a que él le pudiera hacer daño. Todavía estaba al lado de la puerta e instintivamente dio un paso hacia atrás hasta quedar acorralada contra la puerta, mientras Alessandro seguía acercándose peligrosamente a ella.

      —Le gusta desafiarme, ¿verdad?

      —No… no tiene derecho a interferir en mi vida, señor Márquez. —Stacy seguía con la mirada clavada en Alessandro—. Nuestro… nuestro trabajo ha terminado y Hakim me invitó a conocer algunos de los monumentos de la ciudad.

      Él se fue acercando todavía más mientras Stacy hablaba. Ya a su lado, Alessandro aspiró su olor. Ella olía a sol y a flores exóticas, haciendo que el deseo de Alessandro despertara. Con una mano cogió uno de los mechones de ella y lo enroscó entre los dedos, con la otra mano fue enmarcando el rostro de Stacy. Ella cerró los ojos mientras disfrutaba de la sensación de la piel de Alessandro sobre la suya. Nunca se había imaginado que una simple caricia pudiera afectarla tanto. Un escalofrío de placer la recorrió de los pies a la cabeza.

      —¿Me tienes miedo, Stacy? —preguntó Alessandro, con la mirada brillante y tuteándola.

      —No, no te tengo miedo, Alessandro —ella también lo tuteó.

      —Entonces, ¿por