El misterio del Atlas de Oliva. Borja Galmés Belmonte

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Название El misterio del Atlas de Oliva
Автор произведения Borja Galmés Belmonte
Жанр Книги для детей: прочее
Серия
Издательство Книги для детей: прочее
Год выпуска 0
isbn 9788418499166



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      Diez Suricatos illustration

      © del texto: Borja Galmés Belmonte

      © corrección del texto: Equipo BABIDI-BÚ

      © de esta edición:

      Editorial BABIDI-BÚ, 2020

      Fernández de Ribera 32, 2ºD

      41005 - Sevilla

      Tlfn: 912.665.684

       [email protected]

       www.babidibulibros.com

      Primera edición: noviembre, 2020

      ISBN: 978-84-18499-16-6

      Producción del ebook: booqlab

      «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra»

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      Índice

       1 El primer día de clase

       2 El Atlas de Oliva

       3 Un secreto inesperado

       4 Agosto de 1501

       5 La pandilla se pone en marcha

       6 La investigación de Tania

       7 La visita al museo

       8 La búsqueda se reinicia

       9 Otra vez en el museo

       10 Bajo la cruz de Santiago

       11 Arcetri 1636

       12 Los dos genios

       13 A los pies del caballo

       14 Cónclave en el centro comercial

       15 La real acequia (1575)

       16 La clave del caballo

       17 Nochebuena

       18 De nuevo en clase

       19 Un sencillo paseo

       20 El abuelo

       21 El ojo del Rey Jorge

       22 Real observatorio astronómico de Madrid: diciembre de 1808

       23 Roam

       24 La persecución

       25 Los pliegos

       26 El destino final

       27 Un guiño del destino

       28 Su legítimo dueño

       Epílogo

       A mis padres que tanto me enseñaron.

       A mis hijos a quienes tanto quisiera enseñar.

      1

      El primer día de clase

      Cuando Tania oyó el despertador de su madre, ya llevaba un buen rato despierta. Por lo menos media hora. Y eso, para alguien a quien le gusta dormir, era un tiempo más que notable. Pero aquel día no era un día como los demás. No solo terminaban las vacaciones de verano, lo que suponía el inicio de un nuevo curso escolar, sino que, además, ella y su hermano Guille estrenaban instituto. Sus padres habían decidido, ya a mediados del curso anterior, cambiarlos al colegio del barrio. Por tanto, tendrían que esforzarse para hacer de nuevo amigos, tratar con profesores diferentes, etc. Ella ya estaba mentalizada desde hacía tiempo, pero para Guille fue un duro golpe cuando se enteró. El único consuelo para este era que seguirían juntos, pues, a pesar de que el hermano de Tania aún no tenía edad para ir al instituto, resultaba que el centro del barrio era lo que llamaban un CEIPSO, es decir un centro de educación infantil, primaria y secundaria.

      Al escuchar los pasos de su madre, Tania se levantó de la cama de un respingo, se calzó sus zapatillas de estar por casa y se dirigió a la cocina con la intención de preparar su desayuno y el de su hermano. Aunque Guille ya tenía diez años, cuatro menos que ella, seguía preparándole el desayuno. Quizás era una costumbre adquirida desde hacía tiempo, seguramente fruto del sentido de la responsabilidad que siempre había mostrado Tania desde pequeña. Alguien le había comentado alguna vez que eso era el síndrome del hermano mayor. Sea como fuere, no le importaba hacerlo, y hasta le gustaba la sensación que experimentaba al ver la cara de su hermano sintiéndose cuidado y protegido por ella. Lo cierto era que, desde muy pequeñitos, siempre se habían llevado muy bien. Bueno, a veces se peleaban, como todos los hermanos, pero se querían mucho.

      Guille se levantó bastante más adormilado que Tania, y llegó hasta la cocina junto con su madre.

      —Vamos, chicos, que hoy es el primer día y no podemos llegar tarde —dijo esta.

      Tras un par de vasos de leche, unas tostadas y algunos gritos y carreras, ya estaban listos para afrontar el gran reto que se les planteaba por delante.

      Al llegar a la entrada de su nuevo centro escolar, ambos no pudieron evitar pararse en seco y compartir una mirada