Название | Despertar consciente por la dignidad de un pueblo |
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Автор произведения | Isabel Cortés Tabilo |
Жанр | Социология |
Серия | |
Издательство | Социология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789568675899 |
A las dueñas de casa, que con una cacerola y una cuchara, nos recordaron los inicios de las marchas, cuando Chile exigía libertad.
A las familias creyentes en Dios, quienes desde sus casas, y en todo momento, hicieron oraciones rotativas, rosarios y penitencias, en resguardo de los jóvenes combatientes y manifestantes.
A los universitarios, quienes por años han salido a las calles a exigir una educación gratuita y de calidad para todos, como un derecho social.
A los perros callejeros, quienes como amigos fieles y guardianes, han combatido junto al pueblo en primera línea. Conmemoramos al héroe «Negro Mata Pacos», como símbolo de la revolución chilena y del anti monumento burgués.
Isabel Cortés Tabilo * Mariana Araya Cortés
PRÓLOGO
Ocho enfoques para entender el estallido social
En «Despertar consciente por la dignidad de un pueblo», el lector tiene a su disposición ocho miradas respecto de la crisis social de Chile que se expresó a partir del 18 de octubre de 2019. Estos distintos enfoques al conflicto constituyen el principal aporte de este libro que ya en sus primeras páginas indica: «No fueron treinta pesos, sino treinta años de corrupción».
«Despertar consciente por la dignidad de un pueblo» está constituido por ocho capítulos que representan las distintas miradas de la ciudadanía frente a la llamada crisis social.
En el capítulo «Sistema neoliberal en Chile», se nos explica cómo se ha dado la privatización de todo en el país, generando inequidades. «Este modelo instauró lógicas de dominación que tienen como finalidad hacer perdurar la esclavitud y la riqueza de unos pocos. Cualquiera que se oponga, será fuertemente reprimido por las fuerzas armadas… La razón de las protestas estudiantiles y sociales que se han incrementado durante los últimos tiempos en Chile, (la pandemia solo es un paréntesis de la rebeldía), se vinculan con las consecuencias para la población de las políticas neoliberales impuestas en el país por la dictadura militar de Augusto Pinochet, tras el derrocamiento del presidente Salvador Allende en septiembre de 1973 y continuadas, con matices, por los diversos gobiernos democráticos».
En «Marchas pacíficas, asambleas ciudadanas y gobierno», el autor repasa las últimas siete décadas de la historia de Chile para ir explicando cómo fue que nacieron los diversos movimientos sociales que antecedieron al estallido social. «A nivel nacional, se sumaron como diez millones de personas, quienes reclamaron, fundamentalmente, el cambio de la constitución como base para todas las leyes», relata junto con criticar las expresiones violentas en las protestas y valorar la participación pacífica de la ciudadanía que clama frente a las injusticias.
En «Acontecimientos sociales», la autora nos relata una cronología de los hechos que desencadenaron el estallido social. «Muy pronto, nos daríamos cuenta de que en Chile, el 18 de octubre comenzaría a escribir una nueva historia; fue el despertar de un pueblo que comenzaba a manifestarse con furia, que mostraba su descontento, pues “No solo eran treinta pesos, eran treinta años”. Había comenzado el estallido social». En este repaso cronológico, destaca la gran concentración del 25 de octubre, en la Plaza de la Dignidad en Santiago y en las distintas ciudades del país. «Fue la convocatoria más grande, jamás vista en nuestro país. Se dice que fue un millón de personas».
El capítulo IV, «Labor de la Cruz Roja en la contingencia social», la autora explica cómo funciona esta institución para brindar los primeros auxilios a los heridos, función que también apoyan jóvenes estudiantes de carreras del área de la salud, pero con colores distintos «se identifican con una cruz verde y otros, con una cruz azul».
Este trabajo de los voluntarios se realiza en medio de la represión. «Mientras se realizaban maniobras de RCP a un joven, ABEL ACUÑA LEAL, los carabineros les lanzaron chorros de agua, obstaculizando el trabajo y disparando contra una joven que atendía al herido. Lamentablemente, el joven falleció. Además, en forma muy irresponsable, mojaron los insumos que eran necesarios para curar a los heridos».
Este es el capítulo que revela el accionar represivo de las fuerzas policiales en contra de los manifestantes, destacándose los traumas oculares y, especialmente, la agresión a Gustavo Gatica. Hay testimonios de víctimas de violaciones a los derechos humanos y un listado que enluta a Chile, hombres y mujeres que perdieron la vida a partir del 18 de octubre de 2019.
En «La labor de los bomberos», conocemos la mirada de quienes participaron del estallido social luchando contra el fuego, muchas veces en medio de enfrentamientos, pero cuya labor es reconocida por la ciudadanía, ubicándola como la institución mejor evaluada en la crisis.
«Corrieron los carros de los bomberos por las calles oscuras; únicamente, sus balizas se reflejaban en las paredes de los edificios como una gran bola de discoteca. Dentro de los carros, se planeaban las estrategias para atacar el foco del incendio. De pronto, Pedro observó por las ventanillas gente corriendo perseguida por personal policial, guanacos y zorrillos en franca batalla campal. El aire nauseabundo con el humo de las lacrimógenas que irritaban los ojos y les calaba el alma. El hombre comenzó a divisar en el horizonte la columna de humo que precedía del incendio... Durante los eventos que surgieron después del estallido social del 18 de octubre del año 2019, los bomberos han cumplido un rol importante, aun así fueron apresados y golpeados por las fuerzas represivas», relata el autor.
En «Poesía, contingencia y valores sociales», tenemos una mirada del estallido social desde el punto de vista de lo esencial. Por esto, la autora enaltece conceptos abstractos –quizás puestos en peligro– como respeto, amor, libertad, justicia, tolerancia, equidad, paz, honestidad, responsabilidad y lealtad. Dice que son los diez valores primordiales que una sociedad debe cultivar y cuidar aunque se encuentre viviendo un proceso de lucha por la dignidad. «Para conservar los valores sociales, hay que mantener el equilibrio, la sabiduría y el orden, respetando, como principio fundamental, a todas las personas, independiente de su estatus, credo o política».
El capítulo VII, «Análisis psicológico de la crisis social», la autora realiza un completo análisis del proceso de instauración del neoliberalismo en Chile que se realizó sin oposición, ya que recién en el año 2006 se registraron las primeras manifestaciones masivas que, años más tarde, se expresaron en el estallido del 18 de octubre.
El neoliberalismo ha generado un cambio cultural, en la forma de pensar. «En la actualidad, nos podemos dar cuenta cómo han adoctrinado nuestra mente e instaurado un sistema de creencias por medio del shock y el temor». Esto ha repercutido en un deterioro en la salud mental de las personas. «Durante los últimos años, se ha incrementado la tasa de suicidios, evidenciándose que vivimos en un sistema capitalista y desigual, en el cual se mide un estatus social por medio de lujos, de padecer una vida acomodada, con jornadas laborales extensas; una sociedad que discrimina lo diferente y lo que no se adecua al estatus quo de la mayoría, llamémoslo normalidad».
En este contexto, surgen las discusiones en cuanto a la identidad femenina que cuestiona «el deber ser» de la mujer bajo la óptica del patriarcado, dando paso a una redefinición del rol de género de las mujeres en todos los ámbitos.
«Este movimiento nos mueve hacia una liberación y a trasformar esta sociedad, en una sociedad donde dejemos de ser vistas como objeto sexual, para cumplir los anhelos del deseo masculino… como objetos de reproducción para ejercer la maternidad como único fin en la vida; asimismo, ejercer labores domésticas y conocer el amor romántico como nos dan a conocer las películas de infancia, teleseries, cuentos, historias de amor romántico y programas de televisión… Lo que busca este movimiento es que las mujeres seamos vistas como sujetos de derechos», libres de la violencia machista, en todas sus formas siendo los femicidios la expresión más cruel perpetrada por hombres «que fueron educados como el hombre de la casa, el macho alfa que debe dominar a la mujer, someterla a su merced y que su mujer debe cumplir con sus deseos sexuales» y con todos los roles