Zezé. Ángeles Vicente

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Название Zezé
Автор произведения Ángeles Vicente
Жанр Языкознание
Серия
Издательство Языкознание
Год выпуска 0
isbn 9788412212952



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      ZEZÉ

      Ángeles Vicente

      Kaótica Libros

      © Kaótica Libros es un proyecto editorial de Ana Orantes, Sofía Sánchez y Lidia López.

      Zezé de Ángeles Vicente publicada en España por Librería Fernando de Fe en 1909. La obra original se encuentra libre de derechos.

      © Texto original: Ángeles Vicente

      © Edición de Kaótica Libros basada en la obra original

      © Imagen de cubierta: Vulkanismus (Adobe Stock)

      © Diseño: Kaótica Libros

      kaoticalibros.com

      [email protected]

      Colección Ucronía, 1

      Editado en Madrid, España

      Primera edición: Librería de Fernando Fe: 1909

      Primera edición en Kaótica Libros: octubre, 2020

      Depósito Legal: D.L. TO 250-2020

      Todos los derechos reservados

      All rights reserved

      Impreso en Madrid

      Printed in Spain

      Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares salvo las excepciones previstas por la ley. Si precisa fotocopiar o digitalizar algún fragmento de esta obra contacte con el Centro Español de Derechos Reprográficos mediante el correo electrónico [email protected].

      B I O G R A F Í A

      Ángeles Vicente nació en Cartagena, Murcia, en 1878. Pasó parte de su infancia y su juventud (de 1888 a 1906) en Argentina junto a sus padres. Cuando regresó a España, se instaló en Madrid, donde se casó y comenzó a colaborar en periódicos y revistas. Sobre 1920 se pierde su rastro. Hasta esa fecha publicó dos libros (Teresilla en 1907 y Zezé en 1909) y dos colecciones de cuentos (Los buitres en 1908 y Sombras. Cuentos psíquicos en 1910).

      En Madrid se relacionó con los círculos intelectuales y tuvo trato con autores como Rubén Darío, Álvaro Retana, Miguel de Unamuno, Luis Linares Becerra…

      Su obra está influenciada por las corrientes de pensamiento y literarias americanas lo que le da una seña de modernidad a todos sus escritos. Se acercó a las historias ocultistas, a la literatura fantástica, destacando el relato espiritista y la ciencia ficción. En sus obras la mujer y su papel en la sociedad son de gran importancia. Trató temas sociales de la época remarcando la defensa de derechos de la mujer, su emancipación y su liberación sexual, llegando a narrar relatos eróticos, incluso entre mujeres, como refleja en Zezé, siendo la primera obra en español que describe relaciones lésbicas.

      Injustamente relegada al ostracismo, fue una escritora progresista, librepensadora y de las más avanzadas de principios del siglo XX, en el que emergían también otras autoras como María de Maeztu, Victoria Kent, Carmen de Burgos…

      UNA MUJER EXCEPCIONAL

      ¡Arriesga! ¡Arriesga lo que sea!,

      despreocúpate por las opiniones de los demás,

      por esas voces. Haz lo más difícil del mundo para ti.

      Katherine Mansfield

      Cuando cae en tus manos un texto de principios del siglo XX, escrito por una autora española, no imaginas una historia como la que nos presenta Ángeles Vicente en Zezé. Ángeles fue una escritora de vanguardia en las primeras décadas del siglo XX. A pesar de que sobre el año 1920 se pierde su rastro, nos deja una bibliografía de gran modernidad para la época en la que trata temas sociales, ocultistas, fantásticos, científicos y eróticos, como en este libro. Al pasar una larga estancia en Argentina las corrientes de pensamiento y literarias americanas influyeron en sus escritos y así se manifiestan en Zezé, recordándonos a relatos propios de la literatura victoriana, en los que vemos que el papel de la mujer comienza a desprenderse de las convenciones sociales con personajes libres, que buscan su camino a través de la emancipación y la lucha por sus derechos.

      En Zezé encuentras diálogos que la propia autora califica de anarquistas. En esta época comienzan a utilizarse los términos; feminismo, homosexualidad, nueva mujer…

      La liberación sexual es otro de los puntos particulares de esta obra que nos describe a una mujer sin prejuicios, abierta a experimentar, tanto con hombres como con mujeres, el amor y las diferentes relaciones de pareja o amistad. Es la primera obra en la literatura española que narra experiencias sexuales entre mujeres, lo que le da un contenido erótico que te mantiene enganchado a sus páginas hasta el final. Se manifiesta una fuerte atracción entre mujeres y sobre todo lo que se refleja en las diferentes relaciones entre ellas, que aparecen en el libro; con su profesora sor Ángela, con Leonor, su amiga y amor del colegio, con Doña Pasito y con su compañera de camarote… es una gran sororidad. Intentan ayudarse y sostenerse.

      Permitiéndonos explorar ese término de sisterhood (sororidad) que introdujo más adelante el movimiento feminista en los sesentas donde primó la solidaridad, y cómo a partir de ese reconocimiento entre iguales, se abrió la capacidad de aliarse, compartir y transformar la realidad.

      Por otro lado cabe señalar, la relevancia de los temas que la obra ya cristalizaba entonces con la actualidad, cuando el capitalismo pretende regular la sexualidad, en vez de proporcionar el marco de pensamiento para su liberación, nunca más acorde a este sentimiento, el texto de Ángeles Vicente viene a reafirmar desde el pasado, lo que en textos actuales como el Manifiesto de un feminismo para el 99% (2019, Fraser et al.) también convoca: “Luchamos por liberar la sexualidad no solo de la procreación y de las formas de la familia normativa, sino también de las restricciones de género, clase y raza.”

      La autora nos presenta protagonistas fascinantes que, en el camino hacia su autodescubrimiento, nos muestran nuevas perspectivas de la sociedad que desestabilizan los estereotipos e identidades femeninas imperantes lanzándonos reflexiones sobre el mundo que las rodea.

      Disfruten de su lectura.

      Las editoras

      I

      Oscurecía ya cuando el vapor San Martín ponía sus ruedas en movimiento, y abandonaba pausadamente la dársena Sur.

      Los pasajeros, reclinados en la borda, agitaban sombreros y pañuelos a los amigos y parientes que desde el muelle correspondían al saludo de despedida.

      El Paseo de Colón, el parque de Lezama, la Boca del Riachuelo... todo fue achicándose poco a poco hasta perderse de vista, y la gran ciudad de Buenos Aires quedó envuelta en las sombras de la noche.

      Continué absorta en la contemplación de aquel panorama tan conocido para mí, y el alejarme de él, sin saber por qué, me produjo un pesar indescriptible.

      Todos parecían participar de aquella tristeza mía, encerrándose en sí mismos, y olvidando por un instante que la vida proseguía su febril actividad mecánica.

      La campana, que llamaba a cenar, nos sacó de nuestras íntimas meditaciones.

      El comedor fue invadido por la afluencia de viajeros.

      Estábamos a fines de diciembre, y, como el calor se hacía sentir, la gente emigraba buscando el fresco de las playas.

      La animación y la alegría fueron creciendo en los comensales, a medida que desfilaban los platos de la opípara cena; después, divididos en grupos, unos salieron a la toldilla, poniéndose otros a jugar a las cartas.

      Yo, pensativa, estuve largo rato reclinada en la borda del lado de uno de los tambores, entretenida en mirar los remolinos de espuma que formaba la rueda al sacar sus palas fuera del agua. Más tarde, me retiré al camarote.

      Al entrar en él vi que