Praxis de la poesía. Jean-Clarence Lambert

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Название Praxis de la poesía
Автор произведения Jean-Clarence Lambert
Жанр Языкознание
Серия Pùblicaensayo
Издательство Языкознание
Год выпуска 0
isbn 9786078636822



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Huichol, Lacandón, Maratino, Maya Peninsular, Mazateco, Mixe, Mixteco, Náhuatl, Otomí, Qucihé, Seri, Tarahumara, Tarasco, Tzotzil, Yaqui, Zapoteco, Zoque– que recogió por vez primera en esa antología.

      Otra referencia complementaria para enmarcar el proyecto etnopoético es la Anthologie des mythes, légendes et contes populaires d’Amérique publicada en 1960 por Benjamin Peret un año después de su muerte. Los vasos comunicantes entre poesía, etnología y culturas antiguas se propagan por todo el cuerpo del proyecto surrealista al cual pertenece sin duda Jean-Clarence Lambert.

      XVI

      Praxis de la poesía es un libro en el cual confluyen las distintas estribaciones del Monte Análogo (para no dejar de citar a René Daumal) que encierra el proyecto de Lambert: desde la convivencia intensa con las artes plásticas y los artistas hasta la lectura incisiva de la historia en el capítulo titulado “Lengua de palo, contra-actualidades” en esta Praxis que hace eco y retoma el tramo final de Código (1971) en el cual se reiteran las obsesiones, ideas fijas, cifras, personajes, actitudes, ética y estética de Lambert. Véanse, por ejemplo, en Código, las “Tesis para una poesía abierta” (número 23). Estos enunciados bien podría haberlos compartido Octavio Paz:

      Revuelta y Aventura: los dos movimientos de la poesía de hoy, su doble tarea.

      Sublevación contra el uso, el mal uso del lenguaje, el debilitamiento continuo del lenguaje. En el curso más y más acelerado de los años que acabamos de vivir y de heredar, uno de los fenómenos menos discutibles es el del debilitamiento continuo del lenguaje. Nuestro léxico de base se ha transformado en un repertorio de mistificaciones en el que las palabras disfrazan nociones extranjeras a su acepción primitiva y auténtica. En verdad, nos dejamos dominar por las seudopalabras, las antipalabras, es decir la propaganda, bajo todas sus formas –religiosa, política o literaria… La historia de la poesía en Francia, desde el Simbolismo, es la de su revuelta contra la entropía del lenguaje. Simplificando, si se me permite, puede decirse que ha seguido dos líneas principales: una, destinada a preservarla en su ley interna, buscar la recuperación, por formas exigentes, de algunos poderes de los que ella disponía en el momento de su plenitud; la otra, que es el recurso y el abandono a la imagen, la condensación en las palabras de un máximo de significaciones atestiguadas –para salvar a estas palabras de la banalización. En suma, a las antipalabras y a las seudopalabras del lenguaje en crisis, la poesía ha opuesto superpalabras deslumbrantes, pero peligrosas, dado su alejamiento de la “verdadera vida”. En cierto modo, la poesía se ha encerrado en su revuelta y su rechazo.

      Para poder respirar, desde entonces, toma vuelo, a fuerza de alas, y de estrofas, hacia los grandes espacios jalonados del Mito y de la Historia; o bien, perdiendo aliento, se va a habitar las grietas, las lagunas –he aquí la discontinuidad que tanto irrita en tantos poetas actuales…

      Voy a citar el testimonio objetivo de un compositor, Pierre Schaeffer (los poetas, por su parte, se justifican demasiado cómodamente): “Se ha hecho un consumo tan grande de poesía, como de música, desde hace algunas décadas, que el agotamiento del terreno es semejante, y que la poesía agoniza, parece, porque los poetas ya no nos interesan, salvo cuando son inventores.”

      XVII

      Esta cita de Código sitúa el horizonte contra el cual se recorta el proyecto profundo de Praxis de la poesía, y deja ver de paso los ejes desde los cuales está escrito el libro, así como el terreno conceptual compartido con sus amigos de la vanguardia.

      XVIII

      Toda poesía impresa implica una distancia en relación con el parloteo habitual. El experimentalismo sonoro y verbal, la dilatación semántica, el placer fonético (si es cierto que es primero en la boca donde se rumia –para retomar un verbo de Nietzsche– una cierta poesía) sólo indican sus posiciones ideológicas en el blanco de la página, entre líneas: donde está en juego el blanco de la página, lo cotidiano es refutado –lo cual es una manera de cuestionarnos sobre sus insuficiencias.

      Pero se sabe también hasta qué punto es difícil la divulgación de tales páginas: existe un ghetto de la lectura poética. Al abrir una recopilación de poemas, es precisamente eso lo que espero: que de una cierta forma el barullo utilitario se detenga, y que encuentre yo asilo en una palabra peculiar, particular en la que pueda poner entre paréntesis nada menos que el mundo mismo. Existe una cierta connivencia preestablecida entre el poeta y su lector: a partir de ese momento el impacto del texto, sus efectos de ruptura, sus puestas en guardia no explicitadas, ¿no corren el riesgo de perder su poder?

      Si uno se queja hoy de cuán pocos lectores tiene la poesía, ¿no es también eso lo que está como desplazado?: ¿que esa palabra de libertad no toca más que a los que ya están convertidos, que no alcanza más que muy difícilmente a aquellos a quienes podría en un sentido propio conmover? Tal vez ha sido para salir de esta situación que Jean-Clarence Lambert ha compuesto esta última recopilación tal y como nos la da a leer. No por ello es menos cierto que estas Armes parlantes, sintomáticamente subtituladas, Práctica de la poesía, tocan a su modo el núcleo de este problema. Basta con hojear este libro con pasar unos ojos distraídos sobre su tipografía para adivinar en qué difiere de los títulos precedentes: Código y Laborinthe. Mientras que estos últimos solamente recogían poemas que eran inmediatamente perceptibles como tales, Les armes parlantes combinan de manera muy sutil la prosa más o menos narrativa o descriptiva, los poemas en prosa y los versos. La articulación de un lenguaje más prosaico (notas de viaje, recuerdos, diario, esbozo para un retrato, etcétera) y poemas abisma (met en abime) la relación general entre la poesía y la lengua –o más particularmente entre el ensueño y el saber, el de lo cotidiano tanto como el del especialista–

      La fajilla que ciñe al libro anuncia: “La poesía contra la historia”. Ese "contra" es felizmente ambiguo pues no se trata tanto de una elección que eliminaría a la historia (también: el peso del presente, lo vivido) como de una poesía que se sitúa en las márgenes de la historia, manteniendo su proximidad al tiempo que marca su diferencia. La proximidad se da, en particular, cuando la historia es pretexto (el diario de una dramaturgia es por ejemplo “un retrato” de De Gaulle, pero tratado como personaje dramático para ser integrado en una “tragedia-bufa”, tal como esa que antes Jean Clarence Lambert ha consagrado a Stalin: tentación de la cual solamente se puede desprender mediante exorcismos, contra actualidades donde el Che Guevara, John Wayne, el Presidente de los Estados Unidos o los marinos del Acorazado Potemkine, son enrolados forzosos en aventuras que son por lo menos desconcertantes: la historia entonces se descarrila, la palabra poética muestra su revés no realizado –aquello que hubiese podido ser, y esta reescritura es una forma de tomar posesión de ella, de marcar en ella la huella de un deseo no satisfecho. Así (mal) tratado el pasado-presente se ve reactivado por el porvenir y por ende mediante lo imaginario que no deja de escarbar en las galerías de sus minas. [nota 1: El deseo mira hacia atrás; repara los daños. El sueño pinta lo que habría sucedido si tal estupidez hubiese sido evitada, si tal sabia medida hubiese sido tomada” Ernst Bloch El principio esperanza, t. I, p. 43] La diferencia es otra historia, o la historia de lo otro. No es casualidad que esta recopilación se abra con una evocación de Octavio Paz, cuyo primer traductor en Francia fue Lambert. Octavio o el no occidental, el no atrapado en el Occidente, el escritor contemporáneo que ha sabido desmontar todos los etnocentrismos en beneficio de una puesta en perspectiva de las diferentes culturas. Introducida por tal figura, Les Armes Parlantes aspira a ser una recopilación que apunta a la cuestión de una salida fuera del presente occidental. Un presente que tiene una quincena de años –o sea el plazo sobre el cual se extiende la redacción de los textos aquí reunidos. Un presente en el curso del cual la actualidad contra la cual se levanta insurgente el poeta fue la necesidad de una toma de conciencia ecológica (Blason d’une riviere) “¿la transformación del mundo no es entonces su destrucción?”) tanto como la Guerra de Vietnam y el poder del Pentágono (Lengua de