Название | Islas griegas |
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Автор произведения | vvaa |
Жанр | Книги о Путешествиях |
Серия | Petit Futé |
Издательство | Книги о Путешествиях |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9782305001746 |
Período helenístico (300 a 214 a. C.)
La unidad de las ciudades griegas no sobrevivirá a Alejandro Magno. El mundo griego entra en un período de decadencia del que los romanos se aprovechan. Rivalizando entre ellos, los generales de Alejandro crean nuevos reinos en los que resplandecen ciudades como Alejandría y Pérgamo. Hay una gran cantidad de centros en pleno apogeo que atraen a numerosos hombres de ciencia y artistas, al tiempo que disminuyen los recursos humanos del país. Es la época de Epicuro, de Zenón, padre del estoicismo, y de las estatuillas de Tanagra.
Período romano (214 a. C. al 200 )
Los conflictos internos y la emigración a los colonias de Asia Menor han dejado a Grecia debilitada, una presa fácil para el nuevo poder emergente, Roma. Corinto, último bastión, cae el 146 a. C., pero la civilización griega atrae a los nuevos conquistadores que la aceptan, la adoptan y contribuyen a su expansión. En particular, el emperador Adriano ayuda de forma esencial al apogeo del país, mientras que los mecenas, como Herodes Ático, construyen monumentos importantes.
En el año 50, el apóstol Pablo visita Grecia e introduce el cristianismo en el país. Los Evangelios, escritos en lengua griega, rápidamente destronarán al panteón olímpico.
Período bizantino (330 a 1453)
Fundador de Constantinopla en el año 330, el emperador Constantino establece las bases del gran Imperio Bizantino que, durante casi once siglos de existencia, tendrá que enfrentarse a muchos enemigos: persas, árabes, turcos, hunos, eslavos… Punta de lanza de este imperio, la Iglesia Bizantina —su ruptura con Roma data de 1054— es muy poderosa y sus monasterios sorprendentemente prósperos. A lo largo de los siglos, los legisladores bizantinos adoptarán algunas medidas favorables a las mujeres: les garantizaránn, sobre todo, poder disfrutar de sus bienes, prohibirán el repudio, y otorgarán a la madre los mismos derechos que al padre sobre los niños. También se fomentan las obras sociales con la creación de hospitales, hospicios y orfanatos. En el siglo VI, Justiniano y su esposa Teodora contribuyen al desarrollo de las artes y las letras (se le debe a Justiniano la construcción de la magnífica iglesia de Santa Sofía, en Constantinopla). Se inicia una segunda edad de oro para Bizancio con la dinastía macedónica (867-1056). El comercio, la artesanía, las ciencias y las artes prosperan, y el fasto de la corte, a pesar de sus intrigas, hace soñar a los europeos, mientras que el peligro permanente de las invasiones búlgaras hace que la sociedad de Constantinopla sea apasionada y creativa. En el año 972, la princesa Teófano, hermana de Basilio II, se casa con el emperador alemán Otón; se lleva con ella a eruditos, permitiendo establecer un contacto fructífero entre la civilización bizantina y Occidente. En 1204, durante la cuarta cruzada, los cruzados toman Constantinopla y fundan un Imperio Latino que durará hasta 1261. Estos años bastarán para destruir la cohesión de la civilización bizantina y crear las circunstancias propicias para su decadencia. El debilitamiento del Imperio Bizantino será percibido rápidamente por los otomanos: en 1453, Constantinopla cae en manos de los turcos, un acontecimiento que hoy en día muchos griegos todavía sienten como una tragedia.
Ocupación turca y resistencia (1453 a 1830)
En 1669, con la conquista de Creta, Grecia está ocupada por los turcos. A partir de este momento, dueños del país durante casi cuatro siglos, los turcos imponen elevados impuestos y practican una política de reclutamiento forzoso de niños para convertirlos en unos temibles soldados, los jenízaros. Sin embargo, demuestran una gran tolerancia hacia la religión ortodoxa, lo que explica, quizás, que la identidad nacional griega haya podido sobrevivir durante tan larga ocupación. De hecho, son las iglesias las que, en el siglo XVIII, organizan las primeras «escuelas secretas», mientras que en las montañas, unos bandidos, los kleftes, hacen el papel de Robin Hood contra los turcos. En 1814, los comerciantes griegos de Odesa fundan la Filikí Etería, una sociedad secreta para liberar el país. El 25 de marzo de 1821, en el monasterio de Agia Lavra, en Kalavryta, el patriarca ortodoxo Germano alza la bandera revolucionaria, dando la señal que incia los combates por la independencia. Los enfrentamientos son sangrientos y el destino de varios héroes es trágico, como el de Athanasios Diakos, que muere ensartado después de haber luchado contra el ejército turco con solo cuarenta hombres. Cuando estas hazañas logran llegar a la opinión pública europea, varias personalidades muestan su apoyo a la causa griega: el poeta inglés lord Byron visita el territorio y Chateaubriand, Lamartine, Hugo y la duquesa de Plaisance toman partido públicamente a favor de la Grecia independiente. Lord Canning, convertido en Primer Ministro en Londres, persuade a Francia y a Rusia para intervenir junto con Inglaterra y poner fin a la guerra. En junio de 1827, las tres potencias firman un tratado que reconoce la autonomía de Grecia. Tras otros dos años de guerra, en 1829, los rusos, vencedores ante los otomanos, obligan al sultán a firmar el Tratado de Adrianópolis que garantiza la independencia griega.
El nuevo estado griego
Ioannis Kapodistrias, primer gobernador de la Grecia independiente, murió en Nauplia en 1831. Dos años después comienza el reinado de Otón de Baviera. Pero la vida política del país sigue bajo la influencia de las grandes potencias, lo que crea descontento y conduce a la destitución de Otón en 1862. Su sucesor es Jorge I, príncipe de Dinamarca. Tras su elección, Inglaterra cede a Grecia las Islas Jónicas. En 1878, el Tratado de San Stefano devuelve la Tesalia y a una parte del Epiro a Grecia. En 1911, Venizelos, un hombre de fuerte personalidad que marcará la historia del país y al que sus seguidores adoraban, es nombrado Primer Ministro. Durante la guerra de los Balcanes (1912-1913), el ejército griego liderado por Venizelos libera Macedonia y el Epiro, Creta y las islas del mar Egeo. Al final de la Primera Guerra Mundial, Grecia, que estaba del lado de los Aliados, recibe la Tracia y Esmirna. En 1922, las fuerzas griegas son derrotadas por el ejército turco en Asia Menor, y este acontecimiento adquiere dimensiones catastróficas: los turcos obligan a una gran cantidad de refugiados a regresar al continente, masacrando a todos los habitantes de origen griego de Esmirna. En 1940, las tropas italianas avanzan en la región de Epiro. Grecia resiste y, tras una lucha heroica, repelen a las fuerzas fascistas en Albania. Bajo la ocupación alemana, se organiza la resistencia.
En 1947, el Tratado de París devuelve a Grecia Rodas y al Dodecaneso. El país no ha terminado con su sufrimiento, ya que inmediatamente comienza la guerra civil entre liberales y comunistas cuyas consecuencias serán trágicas. Esta guerra civil durará dos años (1947-1949). Con la ayuda de los británicos, el ejército griego vence al ejército comunista, el ELAS. Sus partidarios serán exiliados o encarcelados, pero la división del país dejará las secuelas que influirán considerablemente en la vida política del país hasta la actualidad.
De la inestabilidad a la dictadura de los coroneles
En 1952, el Primer Ministro Constantinos Karamanlís debe afrontar una situación difícil para modernizar la economía del país. Este período está marcado por el comienzo de la emigración de las poblaciones rurales hacia las grandes ciudades, sobre todo Atenas. En la capital, el boom inmobiliario provoca la destrucción de varios barrios antiguos. En 1963, la Unión del Centro llega al poder. Es el inicio de un período de inestabilidad política que desembocó, en 1967, en