Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva. Gonzalez R. Rosenstock Yael

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Название Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva
Автор произведения Gonzalez R. Rosenstock Yael
Жанр Личностный рост
Серия
Издательство Личностный рост
Год выпуска 0
isbn 9788835403135



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Dominación y sumisión

      S: Sadismo

      M: Masoquismo

      El sexo vainilla (o la gente vainilla) hace referencia a aquellos que se involucran en lo que se consideran prácticas sexuales tradicionales o convencionales. Al igual que ocurre con el sexo kinky, puede haber intimidad y amor, o puede tratarse de una experiencia principalmente física. La del misionero es probablemente la posición sexual más reconocida dentro del sexo vainilla y con frecuencia se asocia con parejas heterosexuales. Sin embargo, desafío la idea de que el sexo vainilla sea la norma porque imagino que existe un gran porcentaje de personas que pueden describirse como «avainilladas» o ligeramente «kinksters». Esto incluiría a las personas que disfrutan vendando los ojos de su(s) pareja(s) o incorporando bondage, alimentos, juegos de temperatura, lugares inusuales, etc., a sus experiencias sexuales. Lo que se considera sexo kinky suele abarcar un amplio rango, pero tiende a ser un término genérico para quienes tienen algún tipo de fetiche identificable y/o están interesados en los juegos de poder.

      Mucha gente asume que al BDSM lo practican personas que han sufrido traumas sexuales y que lo que hacen no es saludable, pero las tendencias hacia el BDSM no implican necesariamente un trauma previo. Mi propio fetiche de sumisión sexual y nalgadas surgió antes de que ocurrieran mis experiencias negativas y por lo tanto habría existido independientemente de lo que viví. El BDSM puede también ser una forma saludable y segura para que las personas que han experimentado un trauma aprendan a lidiar con él. En particular, participar en juegos de dominación y sumisión puede crear espacios en que los sobrevivientes de un trauma conviertan las experiencias negativas en oportunidades para reclamar el control sobre su propia sexualidad después de que el abuso los haya dejado en una posición vulnerable. Leamos, por ejemplo, la historia de Rita R.

      [AA – Incesto / Agresión sexual]

      El Viaje de Rita R. hacia la Sexualidad

      Siempre fui consciente de sufrir agresión sexual, pero lo negué porque el abusador era un miembro de la familia. Así que, durante años, tuve problemas con mi sexualidad y con mi cuerpo en general. No quería que nadie me mirara y decidí ser «modesta» para afrontar la situación (es decir, elegía formas modestas de vestir y evitaba los encuentros sexuales que sentía que podían ponerme en una posición sumisa). Esto dio paso a un hábito algo obsesivo en el que estaba permanentemente preocupada por controlar mi cuerpo de múltiples maneras, como comer y arreglarme de forma restrictiva, por ejemplo, afeitándome el vello corporal de manera constante. Estos comportamientos se fueron acumulando hasta crear una avalancha y durante un año sufrí de agitación, ataques de pánico, crisis de nervios y arrebatos.

      Finalmente, logré conseguir atención profesional a través del apoyo de mi pareja. Mientras las sesiones de terapia me permitían hacer las paces con los demonios emocionales que me atormentaban, mi relación de pareja me permitió hacer lo mismo con los demonios físicos. Siendo que la intimidad física es generalmente un aspecto significativo de una relación romántica, mi pareja y yo exploramos formas de intimidad que no solo nos proporcionaran placer a los dos, sino que también me permitiesen sentirme segura y, por lo tanto, empoderada. Fue durante ese tiempo de exploración y experiencia que me di cuenta de que el juego de sumisión con alguien en quien confío es en realidad una forma de juego sexual placentera y terapéutica para mí. La confianza entre nosotros alivia la ansiedad que siento en relación a los conceptos de sexo y sexualidad, mientras que el juego de sumisión me permite suprimir la compulsión de controlar mi cuerpo.

      [F-AA]

      Preguntas de reflexión

      1. Si no formas parte de la comunidad BDSM, ¿cuáles son tus suposiciones como alguien que la mira desde fuera? ¿Te ha dado la historia de Rita, o la mía propia, una nueva perspectiva con respecto a disfrutar del sexo kinky? ¿Existen situaciones en las que seas un poco kinky de las que no te hayas percatado previamente?

      2. Si eres miembro de la comunidad BDSM, reflexiona sobre el camino que te llevó a donde te encuentras. ¿Te sientes bien con tus identidades y gustos o estás avergonzado/a de ellos? Si se trata de lo último, ¿considerarías desarrollar una percepción positiva de ti mismo/a en relación con el BDSM?

      Si te interesa identificar tus fetiches, te recomiendo que vayas a bdsmtest.org para que encuentres la categoría en que te clasificas (de momento el sitio está solo en inglés). Al igual que con la orientación sexual, hay quienes pueden ser completamente de una u otra forma, pero a menudo hay partes de nosotros que caen en diferentes categorías, de modo que cuando reconocemos dichas partes, tenemos la oportunidad de explorar todas las identidades relacionadas a ellas.

      El Bondage se refiere a cualquier técnica de restricción. Esto puede incluir cuerdas, bufandas, corbatas, etc. Las siguientes tres reglas son importantes para jugar de manera segura:

      1. Realizar nudos que se puedan deshacer con facilidad. En caso de una emergencia, es importante que la persona que está atada pueda confiar en que la persona que la sujeta podrá liberarla de manera rápida y eficiente. Si se hace correctamente, esto no afectará el proceso de amarre ya que hay nudos que se mantienen bien hasta que se tiran de manera específica.

      2. Investigar en cuáles partes del cuerpo, y con cuánta presión, puedes atar a alguien. Si no sabes lo que estás haciendo, se corre el riesgo de provocar daño a los nervios a corto plazo, así como de forma permanente. Esto puede ocurrir sin que el individuo se dé cuenta.

      3. Nunca dejes a nadie atado durante demasiado tiempo, porque siempre existe el peligro de que requiera algo de inmediato y no pueda escapar. Esto puede traer como consecuencia un daño potencial a los nervios, del que no pueda hacerse nada al respecto si la persona está sola e inmóvil, así como otros posibles problemas de salud física y mental.

      También es posible estar mentalmente atado a alguien, como ocurre con algunas de las siguientes dinámicas.

      La disciplina incluye los métodos físicos y mentales utilizados para dominar a los sumisos. Esto puede tomar la forma de castigos físicos, privilegios reducidos o humillación.

      La dominación / sumisión se refiere a las relaciones de poder. Hay diferentes grados de compromiso que van desde «escenas», en las que se representa esta dinámica, hasta condiciones de vida permanentes. La dinámica de amo / esclavo