La trastienda de la mente. Ana Martos

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Название La trastienda de la mente
Автор произведения Ana Martos
Жанр Общая психология
Серия
Издательство Общая психология
Год выпуска 0
isbn 9788412150308



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       La trastienda de la mente. Claves para detectar los trastornos psicológicos y sanarlos

      © Ana Martos Rubio

      © 2020, Ediciones Corona Borealis

      Avda. Gregorio Prieto, 19 A

      29010 Málaga

      Tlf. 0034-951336282

      www.coronaborealis.es

      Maquetación editorial: Georgia Delena

      Diseño de cubierta: Sara García

      ISBN: 978-84-121503-0-8

      Primera edición: mayo 2020

      Todos los derechos reservados. No está permitida la reimpresión de parte alguna de este libro, ni tampoco su reproducción, ni utilización, en cualquier forma o por cualquier medio, bien sea electrónico, mecánico, químico de otro tipo, tanto conocido como los que puedan inventarse, incluyendo el fotocopiado o grabación, ni se permite su almacenamiento en un sistema de información y recuperación, sin el permiso anticipado y por escrito del editor.

      Prefacio

      Convivir con personas conflictivas es delicado, complejo y requiere grandes dosis de paciencia y de sabiduría. Pero a todos nos puede suceder. En cualquier familia, grupo de amigos, vecindario, empresa o núcleo social podemos encontrarnos con personas difíciles de tratar, que se comportan de manera diferente a lo que esperamos y cuyas respuestas no siempre son agradables.

      La convivencia con ese tipo de personas no es fácil, pero, a veces, es irremediable. El problema mayor se presenta cuando la persona conflictiva forma parte de nuestro núcleo íntimo, ya sea de la familia o de las amistades más próximas. Puede ser un cuñado, un sobrino, la esposa de un amigo íntimo, la madre del marido o alguien que vive dentro de nuestro propio domicilio.

      Quejarse y tachar de raros a los que hacen cosas inexplicables o inesperadas no es la solución, como tampoco lo es en la mayoría de los casos intentar hacerles entrar en razón. Lo más práctico es tratar de comprender a esas personas y ver si es posible ayudarlas de alguna forma.

      Comprenderlas significa tratar de averiguar lo que pasa por su mente cuando se comportan de esa manera o lo que hace que se comporten así. Ayudarlas significa interpretar su respuesta de una forma positiva y recabar la ayuda profesional necesaria para solucionar o al menos paliar el conflicto.

      Eso es lo que vamos a tratar en este libro.

      Describir todos los trastornos psicológicos que afectan al ser humano y recomendar remedios para su mejora precisaría una enciclopedia completa. Por tanto, en este libro describiremos los más sobresalientes, recomendaremos qué hacer en cada caso y ofreceremos datos, bibliografía o direcciones electrónicas o postales en las que encontrar ayuda, recursos o información.

      Capítulo 1 – El estigma

      Cuenta Michael Foucault que, en el siglo XV, la Narrenshiff, la nave de los locos, bogaba por el Rin y por los canales flamencos transportando locos expulsados de las ciudades donde los vecinos los perseguían con varas hasta alejarlos a lugares apartados. En el Paris del siglo XVII, los hospitales para dementes no estaban destinados a curarlos, sino a ocultar lo que se consideraban lacras, mediante estacas, argollas, mazmorras y prisiones. Los tratamientos consistían en purgas acompañadas de dosis de latigazos. En los siglos XVI y XVII, Europa se hallaba repleta de lugares de confinamiento masivo como hospitales, prisiones y casas de fuerza.

      Lo mismo que hizo la Edad Media con los leprosos, hizo el Renacimiento con los locos, los indigentes, los impedidos, los inocentes, los deformes y contrahechos, los violentos e incorregibles, los bribones libertinos, los viejos seniles y los vagabundos. No tenían utilidad social y fueron escondidos en internados y, para evitar los desórdenes que genera la ociosidad, dedicados a trabajos manuales como fabricar hilos o cuerdas.

      Hasta el siglo XIX, los desheredados de la sociedad se mezclaron sin orden ni concierto en los internados, sin signo alguno de diferencia, con fórmulas de internamiento tan ambiguas y arbitrarias como las siguientes: desorden del espíritu, alegador empedernido, pleitista, calumniador, gran mentiroso, espíritu inquieto, depresivo y turbio, hijo ingrato, padre disipado, insensato, prostituida, imbécil, pródigo o furioso, término que aludía a todas las formas de violencia no encuadradas en definiciones legales. En 1811, Samuel Tuke, reformador inglés del concepto de salud mental, describió las condiciones en que vivían aquellos desgraciados como algo escalofriante.

      En España, el estigma se mantuvo hasta muy avanzado el siglo XX. No era infrecuente leer noticias sobre hallazgos de enfermos mentales que vivían como animales encerrados en zulos por sus propias familias, ocultos de la vista del vecindario.

      En abril de 2014, el Diario.es publicó que más de siete millones de personas con trastornos psíquicos se habían sentido discriminadas en nuestro país, es decir, el 75 por ciento de los casos diagnosticados. Y según el Ministerio de Sanidad, aún quedarían unas cuatrocientas mil personas por diagnosticar.

      Estamos lejos, afortunadamente, del estigma con que el mundo marcó durante siglos a los enfermos mentales o a los que simplemente eran o se comportaban de una manera diferente a la generalidad. Pero todavía nos queda mucho camino que recorrer porque, cuando una de esas personas diferentes, difíciles, complejas o incomprensibles se nos acerca, no siempre somos capaces de comprender las razones de su comportamiento y muchas veces volvemos a estigmatizar al que sufre algún trastorno cuyo porqué se nos escapa.

      La frontera entre la salud y la enfermedad mental

      En su libro Postmodernidad y salud mental, el psiquiatra Jesús de la Gándara comenta que es tal la velocidad con la que vivimos actualmente, que cambiamos de era como de coche. La velocidad vertiginosa de nuestro tiempo nos hace inconstantes, volubles y siempre insatisfechos, porque nunca alcanzamos a obtener tantas cosas y tan efímeras como el mundo nos ofrece.

      Libro

      Postmodernidad y salud mental, del psiquiatra y escritor Jesús José de la Gándara, es un libro muy interesante y recomendable que se puede adquirir en formato digital en casadellibro.com o en formato de papel en agapea.com.

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      Vivimos como el protagonista de la fábula que perseguía pompas de jabón y veía expirar aquellos objetos deseables cuando alcanzaba a tocarlos. Corremos tras objetivos que quedan obsoletos apenas los conseguimos. Por eso, las gentes de nuestro tiempo continuamos padeciendo las enfermedades y los trastornos de antaño más lo que la nueva era aporta constantemente, adheridos a su oferta ilimitada de competición y deseo.

      La frontera entre la salud y la enfermedad mental es una línea sutil, apenas definida, dinámica, flexible y que aparece y desaparece en marcos temporales o en situaciones determinadas. Pero es evidente que existe y que la salud y la enfermedad mental no son una misma cosa. Sin embargo, las características personales y las manifestaciones caracterológicas de muchas personas nos hacen dudar con frecuencia de su salud mental.

      Ese vecino nuestro que baja las escaleras cantando a grito pelado y que nos saluda con una amplia reverencia en el encuentro, ¿es un loco? Parte del vecindario lo califica de chiflado, visto su comportamiento. ¿O es simplemente una persona feliz que expresa su alegría de manera notoria y desinhibida? Bien podría ser. Seguramente, otro sector del barrio opinará que, sencillamente, es distinto y que su forma de manifestar júbilo es algo explosiva. Si le preguntamos a un psiquiatra, puede que nos explique que se trata de un cuadro maníaco o de un trastorno bipolar en fase eufórica.

      Para tener una idea inicial, podríamos definir la enfermedad como el estado de alguna parte del cuerpo u órgano cuyas funciones estén perturbadas o desordenadas.

      En el modelo psicológico, que es de lo que vamos a tratar en este libro, la alteración aparece en una conducta