Название | Contemplación del cuerpo para sanar la mente |
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Автор произведения | Yoli Vigil |
Жанр | Общая психология |
Серия | |
Издательство | Общая психология |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9786078676293 |
El que permite este tipo de experiencias se está alejando de su entorno íntimo que no alcanza a detectar que su enfermedad se debe al actual proceder en sí mismo y no en el otro que incluye en su sendero, al descuido de estar integrando lo que no se está sugiriendo desde el más interno recurso espiritual.
Exploras lo que es útil para comprobar que existes
La forma más actual de ser lo que gustas de ver en ti, es en cualidad de estar invirtiendo el tiempo en espacios que atraen en un prestigiado y elocuente impedimento de lo que significa ser en lo interno fiel a tu destino, pero lo cuidas como si fuera el mayor tesoro y lo inviertes a veces sin darte cuenta.
Quiero decir que, lo que sitúas como referencia vincula un estado perdido de lo que sí hubieras sido en este tiempo, en el cuerpo que compone el tener estimulando a un porvenir que no es más que un engaño propio de tu existir, para integrar lo que sí es tuyo, por el entender qué haces.
Emites un juicio sobre si andas o no por el real destino que conviene para ti, y no para el que está a tu lado en un cuidado de lo que no es suyo sino lo que a otros les atañe seguir y, aun así, se impulsa queriendo ver realizados los sueños de otros en sí mismo.
La cuestión es que cuando estás en el papel de otros, te conviertes en actor de un sincero progresar, pero no al intento del que sería tu plan de vida, llevando a la práctica el plan que otros comprometen en ti mismo, para complicar el cuidado de un ser sincero de cualidades propias, al cumplir las que otros aportan a la vida común en un plan familiar.
Fijas la atención en lo que puede ser tu destino, pero descuidas lo que sí te concierne y potencias esfuerzos por lograrlo cuando estás esmerando en lo que no es tuyo, por lo que atiendes lo que sí es un preocupante estado de infeliz estancia, que te lleva a logros inmersos en lo que asoma una forma inadecuada de asistir a lo único que debes estar propiciando para bien personal.
Por tanto, desatiendes lo que te incumbe y tiendes a atormentar tu intención de impedir el descuido de lo que ni es tuyo. Puede ser que hayas dicho: “No, no quiero eso para mí”, transformando todo el porvenir en un logro que puede hacer un feliz encuentro con otros, pero un infeliz e inútil esfuerzo en ti mismo.
Conviertes tus logros en un real fomento del cuidado de los que te aconsejan qué hacer, pero no fomentas eso que puedes realizar como tuyo, en un contener lo que sí invitas a tu destino, al implicarle lo que sí realizas con gusto y sin tanto esfuerzo.
Te vuelves un pleno y sincero ser al estar inmerso en asuntos de un propio convenir con la realidad, al importar mucho el logro de objetivos propios y no ajenos, deseando quedar satisfecho en ti y no en el posible intento de complacer a los demás.
Esto aportará más a tu vida un futuro real, de benevolencia y cordialidad; siendo así contemplarás un estado de salud tanto físico como mental de cuidado y amor en ti como en los demás.
Portas lo que ha unido a todos los que quieren ser intento de cualquier circunstancia, que apenas en almas puras están cuidándose estos instintos y luego culminas haciendo lo que a otros les parece benévolo en cuidado, intención que puedes agradecer y no cumplir.
Hay intenciones ajenas y propias que se refieren a todos, menos a ti, como esos haceres que imponen los adultos y que luego vienen a culminar en el poder dañar tu ternura de hacer algo tan genuino, tan auténtico, en el afán de concederte un milagro al ver realizado un sueño real y útil en la vida de todos. Ese es el intento que pierdes a veces a pronta edad, desatendiendo lo que fuera útil a la vida social y al descubrimiento de ti mismo.
Comprende que cuidar de otros en su feliz estar con tu entonación, puede cambiar y transformar tu destino a tal grado que puedes perderte de ti y llegar a un riesgo imposible de resguardar.
Ten en cuenta que por medio de esas desentonaciones que puedes realizar en tu ser, cambias también ese poder curativo que añade a un total desequilibrio con la salud física, y que además trae consigo un manejo desordenado de situaciones emotivas.
Las emociones y sentimientos que traen consigo resguardado un poder negativo, te van perdiendo del rumbo de lo que es un sano cuerpo, trayendo posibilidades de dar cualquier motivo a la enfermedad.
Cuidarte así de elocuente, con lo que haces, te rescata de una posible tragedia al desempeñar papeles distintos a lo que augura tu verdadero ser, imponente de cualidades. Por el puro intento de ser tú, cambias el hecho de ser infiel, y acostumbras al estilo propio y no al ajeno para vivir feliz; eso cambiará la total información genética de tu parte para regenerar y dar salud a la vida misma.
Contemplas a veces que caminar unido a esas personas que te traen un buen gusto de vivir en ellos, conlleva a una enfermedad que tiene qué ver con el otro. Todo tiene qué ver con un solo estado que es el de mantenerte unido a ellos por descuidos en ti y quedar diciendo que por ellos estás en circunstancias deplorables.
Pero ahora te das cuenta de que estás unido para más que cuidar de continuar en ese poder, de creer que debes seguir uniendo y manipulando a un antojo que no concierne más que a un entorno de engaños en otros como en ti mismo, si sigues creyendo que el otro es el responsable de lo que se dice en tu ser.
Formas de caminar por esta vida
La caminata de tu vida se refiere al cuidado de mantener esas emociones inculcadas para un beneficio o un perjuicio; entonas con lo que se forma en carácter de lo que fuiste en pequeña edad y transformas con todo aquello que trae consigo la ternura de tus padres.
Como todo ser, aquellos que te cuidaron cuando fuiste pequeño se pudieron haber equivocado y alertado o inducido a un descenso de tu verdadero acomodo de situaciones, que por lo menos contienes para, a veces, aunque sea sobrevivir, como se suele decir.
Cuando entusiasmas a lo que pudo ser y no fue, cambias tu estrategia de vida y comienzas a tener el descuido de olvidar lo que antes fuiste, trayendo contigo el pasado al caminar. El pasado ya fue, y no existe el modo de transformar lo que ya fue. No es posible que ahora el pasado sea tu vida; para qué portar ese contenido de emociones que te vienen destruyendo al caminar por la vida.
Traes ese entorno grabado en el inconsciente y cuidas de no olvidar, ya que así has impedido un regreso al duelo que traes oculto; muy impropio desde luego, y lo refiero así de impropio porque no es que debas traer la cantidad de desórdenes en el pie cuando das el paso. Así es como proyectas tus tragedias o virtudes.
Limpias el alma rota al procurar un perdón, pero a veces ni eso sabes definir como un proceso de recuperación en lo que es tu enseñanza y ahora la quieres aplicar, pero al descubrir que no sabes hacer esa empatía con tu vida, entonces da por hecho que quizá no hay un aprendizaje.
Al seguir un camino puedes apreciar que tal vez así fue que pudiste estar en la completa y desatendida estancia con los demás, al traer un pie más alto que el otro; traes un desorden, con lo que puedes estar creyendo lo que tanto has querido que sea al cambiar el paso, elevando más un pie, haciéndose muy notorio al descender, lo que refiere el contenido de emociones y sentimientos en tu ser al cuidado de papá y de mamá.
Estoy diciendo en estos asuntos que por lo menos ignoras a aquel ser como en realidad es o fue y que ahora lo beneficias creyéndolo muy propio y no lo es o no lo fue, porque todos traen un proceso que descuidar o comprometer al dañar al ser que creen amar.
Sea cual sea el concepto de amar, siempre se trae con él un sentido de cuidado, de ser útil en la vida de quien amas, de procurarte en bien de todos y aun así te puedes equivocar en ese hacer en el amor al prójimo.
Portas la anatomía de todo ser humano natural al nacer y la vas corrigiendo de tal modo, que piensas que todo ese cambio puede borrar lo que eres. Proteges una identidad que tal vez la desbordaría un terapeuta al descubrir en un momento dado todo tu ser real.
Para