Название | Maestros de la música |
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Автор произведения | Nadia Koval |
Жанр | Современная русская литература |
Серия | |
Издательство | Современная русская литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9785448506536 |
Entre las composiciones de Nielsen se destacan seis sinfonías que reflejan una gran preocupación por el contrapunto, el cromatismo, combinados con armonías no cromáticas en los puntos culminantes, y la tonalidad progresiva (utilizada también en cierta medida por Gustav Mahler), es decir que la música comenzaba en una tonalidad y evolucionaba hasta finalizar en otra diferente, algo que en el siglo anterior había sido considerado como contrario a las características del género sinfónico. Además de las sinfonías, otras piezas populares de Nielsen son las compuestas para el drama del poeta Adam Oehlenschläger Aladdin, las óperas Saúl og David y Maskarade, los conciertos para flauta y clarinete, así como también su Quinteto de viento. Además, es autor de numerosas canciones populares danesas. Asimismo, escribió dos grandes libros de canciones destinados a la escuela y a la familia.
Se casó con Anne Marie Brodersen, y su matrimonio duró hasta la muerte del compositor. Su esposa se dedicaba a la escultura, tenía una mente liberal y se desentendía del hogar y de los hijos; Nielsen tenía que criarlos y además atender sus obligaciones como músico. Sus problemas familiares y profesionales, así como la Primera Guerra Mundial, lo afectaron mucho y marcaron el carácter serio y algo sombrío de su Cuarta y Quinta sinfonía, consideradas por algunos críticos como las mejores. Anne Marie creó una serie de esculturas en memoria de su marido. Una de ellas es un joven tocando la flauta de Pan. En Odense, desde 1980 se celebra una competencia internacional musical en nombre de Carl Nielsen.
En este año del 150° aniversario del compositor, presentamos algunos hechos interesantes sobre Carl Nielsen que les permitirán completar su retrato personal y artístico:
1. Dicen que Nielsen fue un violinista regular: durante varios años de trabajo tocó en segundos violines de la orquesta del Teatro Real. En 1905, un año antes del estreno de su ópera Maskarade, cuando ya dirigía la orquesta regularmente, fue humillado al ser informado por la dirección del Teatro que para la próxima temporada tenía que volver a los segundos violines o renunciar.
2. Las opiniones de Nielsen sobre otros compositores podían ser muy maliciosas: Richard Strauss, por ejemplo, para él era «una persona muy antipática; un escalador social que trataba de mostrar su grandeza». Tampoco tenía miedo de ser provocativo: «Beethoven, a pesar de su gran poder compositivo, en realidad era sólo un letrista». «Weber será olvidado después de 100 años», escribía. «Hay algo gelatinoso en muchas de sus obras que el tiempo no va a soportar».
3. Siempre encontraba un modo para poder acomodarse a cualquier situación. Por ejemplo, en su visita a Londres para dirigir la Orquesta Sinfónica local en la interpretación de su Concierto para violín y la Cuarta Sinfonía, les dijo a los músicos en broma: «Señores, me alegro de verlos. Espero también estar contento de oírlos». En la misma visita, fue a tomar el té con la Reina Alejandra de Dinamarca en donde dejó desabrochado el primer botón de sus pantalones durante todo el evento para hacer espacio para los ricos pasteles.
4. Le gustaban mucho los bares. De hecho, tuvo la inspiración para su Segunda Sinfonía «Los Cuatro Temperamentos» mientras estaba sentado en uno. Él mismo explicaba: «En la pared de la taberna donde estaba bebiendo un vaso de cerveza con mi esposa y unos amigos, había una foto en color muy cómica, dividida en cuatro secciones en las que estaban representados los diferentes temperamentos: colérico, sanguíneo, melancólico y flemático. Mis amigos y yo estábamos divertidos por la ingenuidad de las imágenes, su expresión exagerada y la seriedad cómica. No obstante, algún tiempo después, empecé a trabajar en el primer movimiento de mi nueva sinfonía».
5. Era un hombre de gran energía y del «yo lo puedo lograr». Tenía unos 60 años y ya sufría de enfermedades del corazón cuando participó en los ensayos para una nueva producción de Maskarade en Copenhague. Cuando hubo problemas con las cuerdas sujetadoras en el escenario durante el ensayo, se ofreció a solucionar los inconvenientes con sus propias manos. Al día siguiente tuvo una serie de ataques al corazón, pero siguió viniendo a ver todas las presentaciones. A los pocos meses, en octubre de 1931, murió de un paro cardíaco.
Revista QUID N° 61, diciembre 2015
SERGEI PROKOFIEV. «El aire extranjero no conviene para mi inspiración»
Sergei Prokofiev (1891—1953)
No existe ningún compositor moderno que no haya pasado por una experiencia de dodecafonismo. Sin embargo, entre los oyentes existía y existe una fuerte resistencia hacia el lenguaje atonal. Había algo diferente, algo más atractivo y perdurable en la música de Prokofiev, a pesar de que componía en el mismo período que los compositores de la Segunda Escuela de Viena. Por algo sucede, que hasta el día de hoy, la música de Romeo y Julietta, sus conciertos para piano y violín, la Marcha de El Amor por Tres naranjas y otras composiciones del compositor, no desaparecen de los conciertos. Su música, que algunos de sus contemporáneos consideraban como un ejemplo de caos y destrucción, ahora se percibe como un modelo de originalidad y belleza emocional. La soleada naturaleza de Prokofiev era una poderosa fuente de atracción. Sus obras son unas de las más populares en la práctica musical actual.
La vida de Sergei Sergéievich Prokofiev podría ser dividida cronológicamente en tres partes. Y no solamente en los períodos que estamos acostumbrados a observar en cualquier biografía: la infancia, la juventud y la vejez de una persona. Más allá de esto, el caso particular de Prokofiev obtiene un fraccionamiento estrictamente ligado a los importantes acontecimientos históricos, políticos y sociales. Hay pocos ejemplos en los que un hombre con sólo 61 años experimenta la vivencia de tres épocas históricas distintas. Los primeros 26 años Prokofiev los vivió en la Rusia zarista, los siguientes 19 años en los Estados Unidos y Francia, y los últimos 17 años en la Unión Soviética. Ya con sólo imaginar toda la complejidad del panorama de las condiciones y los cambios sociales nace un gran interés por la personalidad y las cualidades artísticas de Prokofiev. En su Autobiografía Prokofiev escribe: «Nací en 1891. Borodín murió hace cuatro años, Liszt hace cinco, Wagner ocho y Músorgski diez. A Tchaikovski le quedaban todavía dos años y medio de vida. Había completado la Quinta sinfonía, pero todavía no empezaba la Sexta. Rimski-Korsakov recién había terminado su Scheherezade y estaba preparándose para revisar la ópera Boris Godunov de Músorgski. Debussy tenía veintinueve años, Glazunov veintiseis, Skriabin diecinueve, Rachmaninov dieciocho, Ravel dieciséis, Stravinski nueve y Hindemith no había nacido aún. Alejandro III gobernaba en Rusia; Lenin tenía veintiún años y Stalin once. Yo nací el miércoles 11 de abril (calendario gregoriano), a las cinco de la tarde».
El pueblo natal de Sergei Prokofiev se llamaba Sontsovka. Actualmente es el pueblo Krásnoye, situado en el distrito de Donetsk. El talento musical de Prokofiev se reveló a muy temprana edad, probablemente a los cuatro años. La madre pasaba varias horas estudiando piano. Comenzaba los estudios con los ejercicios de Carl Czerny. Sergei se acomodaba arriba de una