Название | Maestros de la música |
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Автор произведения | Nadia Koval |
Жанр | Современная русская литература |
Серия | |
Издательство | Современная русская литература |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9785448506536 |
George creció en la calle y era un muy mal alumno. «Señor, ¿qué va a pasar con este chico?», exclamaba con desesperación su padre. Todo cambió de repente, cuando un día se encontraba jugando en el patio de la escuela y escuchó la música de un violín que lo hechizó. Era el joven Maxie Rosenzweig, que estaba ensayando la Humoresque de Dvořák. Lo esperó en la puerta una hora y media, aunque llovía y tenía frío. Pero Rosenzweig salió por otra puerta. Entonces, George averiguó su dirección y se presentó en su casa. Ellos se hicieron amigos. «Max me introdujo en el mundo de la música», recordaba el compositor. En la casa de Rosenzweig, George aprendió a tocar el piano, recogiendo canciones populares de oído. Sus padres varias veces intentaban reclutar profesores para él, pero entre ellos nunca se instalaron buenas relaciones, por eso Gershwin permaneció como autodidacta. A los 15 años encontró un trabajo de pianista-acompañante en la editorial Remick y Kº. En 1918, introdujo su primer musical en Broadway. A pesar de que el asunto terminó en un fracaso, el joven no se desanimó; al contrario, comenzó a mandar más y más obras a los productores de Broadway. Finalmente, en 1924 tuvo suerte: su musical Lady, Be Good se convirtió en un verdadero éxito de Broadway; la canción The Man I Love de esta obra se considera la mejor balada de amor del siglo XX. El musical Lady, Be Good y Rhapsody in Blue le aportaron a Gershwin fama y mucho dinero, que le permitieron a su familia mudarse de un distrito provincial a su propio edificio de cinco pisos en 103-Street y a George realizar un viaje por Europa. En París conoció a Igor Stravinski, al que trataba de persuadir para darle algunas lecciones de composición.
– ¿Pero para qué quiere estudiar usted si ya es famoso? ¿Cuánto dinero ganó el año pasado?
– Doscientos mil dólares – contestó Gershwin.
– ¡Increíble! – exclamó Stravinski‒. Entonces, ¡yo tendría que tomar lecciones de usted!
Después de su viaje por Europa, Gershwin regresó con un bosquejo del poema sinfónico Un Americano en París. La película con el mismo nombre sigue siendo una de las mejores cinco primeras comedias musicales de todos los tiempos, con otro hit, la canción The Foggy Day. En 1925 arribó su otra composición famosa, el Concierto para piano en Fa. Gershwin era un hombre alegre, amoroso, frívolo y, además, un brillante narrador. Por supuesto, no puede dejar de mencionarse que era un Don Juan. Sus romances con la actriz Paulette Goddard, la francesa Simone Simon y la bella bailarina Margaret Manners fueron los principales temas de los chismes de la época. No obstante, a Gershwin no le gustaba ninguna mujer hasta tal punto como para casarse con ella. Su viejo amigo Oscar Levant dijo una vez: «Escucha, George, si tuvieras que empezar una vida desde cero, ¿otra vez te amarías sólo a ti mismo?». A finales del siglo XX, escribió el musical Funny Face. El papel principal lo interpretó Fred Astaire. En 1957, el director de cine Stanley Donen filmó la película Funny Face, donde la compañera de Fred Astaire era Audrey Hepburn.
Recordando la obra maestra de George Gershwin Porgy and Bess, muchas personas todavía discuten sobre el género de la obra: «¿Qué es, una ópera o un musical? ¿O tal vez algo más?» El mismo compositor dijo acerca del asunto: «Lo principal es que al público le gusta, y en cuanto al género… El género no es importante». Todo empezó aquella noche cuando el compositor sufría de insomnio y decidió leer un poco. Entonces, sus ojos se cruzaron con la obra de teatro de DuBose Heyward. Más tarde, luego del estreno de la ópera el 30 de septiembre de 1935, los críticos caracterizaron a la nueva obra de Gershwin como una mezcla infernal de blues, jazz, música clásica y melodías de vendedores ambulantes de la calle. El otro reproche al compositor consistía en su simpatía y respeto hacia los héroes negros en su ópera. La tremenda tensión durante el trabajo sobre Porgy and Bess llevó a Gershwin a tal situación que no podía ni comer, ni dormir. En febrero de 1937, George estaba tocando el piano en un concierto cuando de repente se desmayó. Los análisis que le realizaron no revelaron ninguna causa aparente, pero en el verano experimentó mareos, fuertes dolores de cabeza y se ponía de mal humor con facilidad, cosa inusual en él. Un día fue llevado al Hospital de Los Ángeles y le hicieron una serie de exámenes. Nuevamente, no habían encontrado nada. Todos pensaban que era exceso de trabajo.
El 9 de julio, George cayó en coma y los médicos descubrieron que tenía un tumor cerebral. Trataron de operarlo, pero ya era tarde. Murió el 11 de julio de 1937 a los 38 años de edad. Su música hoy día suena tan bella y emocionante como cuando la compuso.
Revista QUID N° 39, abril 2012
GEORG FRIEDRICH HÄNDEL. el genio del barroco
Georg Friedrich Händel (1685—1759)
El lejano año de 1685 dio la bienvenida al mundo a tres grandes músicos: Johann Sebastian Bach, Georg Friedrich Händel y Domenico Scarlatti. Cada uno de estos flamantes y exitosos representantes del barroco merece ser recordado una y otra vez, pero esta vez hablaremos de Händel, a razón de que se han cumplido 250 años de su muerte.
Lo llamaban «gran oso» gracias a su gigantesca altura, manos grandes, enormes antebrazos y caderas. Cuando caminaba, ponía las piernas en forma de arco. Sus pasos eran pesados pero el cuerpo siempre permanecía derecho. Mantenía la cabeza orgullosamente erguida y los rulos de su voluminosa peluca rebosaban sobre sus anchos hombros. Tenía la cara larga, la nariz gorda y el mentón doble. Todo su aspecto era imponente pero alegre. Cuando sonreía, su robusta y severa fisonomía se lucía de inteligencia y bondad, parecida al sol que sale entre las nubes.
Nació el 23 de febrero (calendario juliano) de 1685 en Halle, Alemania, en el seno de una familia sin tradición musical. Según la difundida opinión, debía tener algún don especial, proviniendo de padres mayores. Su padre en aquel momento tenía 60 años. Era cierto: su particular talento musical se manifestó antes de que cumpliera los diez años. Comenzó a estudiar música al principio solo y luego con el organista local Friedrich Wilhelm Zachau. Hay que subrayar que estas clases fueron las únicas a las que había asistido durante toda su vida. Su primer trabajo, a los 17 años, fue como organista en la catedral de Halle. En 1703 se trasladó a Hamburgo, el centro operístico de Alemania por aquel entonces, donde fue admitido como intérprete de violín y de clave en la orquesta de la ópera. Al año siguiente, aceptó una invitación para viajar a Italia, donde vivió más de tres años. En Italia perfeccionó el método de combinar su música con los textos en italiano. Conoció a importantes músicos de la época como Scarlatti, Corelli y Marcello. En 1700 Händel regresó de Italia y se convirtió en director de orquesta de la corte de Hanóver.
Su necesidad de componer era tan intensa que lo obligaba a llevar una vida casi ascética. No permitía que lo distrajesen con visitas insignificantes. Su cabeza no terminaba de trabajar durante todo el día con la música y no le interesaba lo que pasaba a su alrededor. Tenía la costumbre de hablar consigo mismo en voz alta, por eso los que se encontraban cerca podían conocer sus pensamientos perfectamente. La exaltación en los momentos de creación musical muchas veces lo hacía llorar. El criado, que por las mañanas le traía una taza de chocolate caliente, observaba a menudo a su amo escribiendo y dejando caer sus lágrimas sobre los pentagramas.
En el año 1711 se estrena su obra Rinaldo en Londres con un considerable éxito. En vista de ello, Händel decide establecerse en Inglaterra. Allí recibe el encargo de crear un teatro real de la ópera. Desde 1720 y hasta su muerte, siendo la persona principal de la Royal Academy of Music, sintió la importancia de reformar los gustos del público ingles. Pero él nunca tenía las posibilidades de Jean Baptiste Lully, que fue el monarca absoluto de la música francesa de la misma época. Händel vivía en un país donde a los