Entre la belleza y lo sublime hay un espacio del que brota lo maravilloso, fenómeno arborescente que despliega sus flores fascinantes en el escenario de nuestra conciencia y forma parte de las corrientes movedizas y diversas de la existencia. Permanecemos expectantes a la espera de acontecimientos que nos conmuevan, que lleguen hasta nosotros como 'accidentes'. Mientras esperamos ese alineamiento extraordinario entre el objeto maravilloso y nuestra disposición anímica, el discurso estético se erige en espacio natural para la fascinación. Admirable, irracional, exaltación del espíritu, esencia o exceso, por su carácter 'ilusorio' ha sido relegado en el pensamiento sistemático a los ámbitos perceptivos de la naturaleza y las artes, pero los trasciende. Este libro explora nuestra cultura y traza una historia, no tanto lineal como 'poiética', de tendencias o modelos de representación.
Wagner, más que un músico y un poeta con nombre, fue también un notable escritor y pensador, así¬ como un ensayista prolífico. Sus ideas y sus propuestas son imprescindibles para captar las relaciones entre la música y la filosofí¬a, o si se quiere, entre la musicología y la historia de las ideas, un aspecto fundamental de la teoría estética. La meta a la que apuntan estos escritos wagnerianos es un nuevo arte que ha de sumar y potenciar las diferentes modalidades artísticas en creaciones multidisciplinares, en dramas mítico-ejemplares que otorguen permanencia al recuerdo y a la significación de los héroes, una especie de tragedias griegas revividas y nuevamente musicales, que se escenificarán en los teatros especialmente diseñados para estos espectáculos totales.
Las incursiones de Fichte, a diferencia de sus compañeros de generación (Kant, Schelling, Hegel, Schelegel, Schiller?), en el territorio de la estética son, comparativamente, exiguas. Pero estas contadas intervenciones fueron decisivas para comprender los derroteros que seguirá la estética en el idealismo y el romanticismo. La controversia entre los dos grandes filósofos alemanes, iniciada en la revista Las Horas, hacía referencia, en primer lugar, a la forma expositiva de los escritos fichteanos y, por extensión, de la filosofía en general, y en segundo, al par conceptual espíritu y letra, que exige una elucidación de sus significados en aquel contexto cultural. Los textos que se traducen en esta obra dejaron su impronta en la filosofía de la época y abonaron incipientes estilos de pensamiento.
Este libro pretende ilustrar el debate sobre la cultura de masas en su momento inaugural y sin duda más apasionado: el periodo de entreguerras del siglo pasado. Los textos elegidos, todos inéditos hasta ahora en español excepto uno, vienen comentados y anotados por especialistas en la materia para acercarlos al lector de hoy. Se reúnen en este volumen textos que pertenecen a pensadores, críticos y creadores que reflexionaron sobre el auge de la cultura de masas, sus causas y sus efectos. No es exagerado decir que se trata de textos donde se gestan las categorías que ordenarán durante el siguiente medio siglo la reflexión sobre la cultura, así como el papel que juega en ella el «intelectual»: ocio de masas (Kracauer), reproductibilidad del arte y la cultura (Collingwood), perfiles y niveles culturales (Priestley y Woolf), incluso una teoría del receptor y los efectos (Adorno).
Aquest llibre acull, sota el títol Al voltant del color, dos textos diferents: Observacions sobre els colors de Ludwig Wittgenstein i La pregunta «què és el color?», la ciència, la filosofia, i la resposta de Wittgenstein de Jacques Bouveresse.
La estética ha sido siempre –y aun hoy parece que sigue siendo– una rama algo peculiar, incluso en relación a las demás especialidades filosóficas mejor establecidas. El rasgo que con mayor nitidez la distingue de ellas es, posiblemente, esa rara ambigüedad que deriva de su incierta posición entre la filosofía de la práctica y las disciplinas teoréticas clásicas, como la epistemología o la ontología. Sucede así que, aun cuando su objeto pueda parecer a primera vista relativamente bien determinable, es decir, teóricamente abarcable, la realidad es que las solicitaciones y los compromisos a que se ve sometida acaban por resultar tantos y tan dispares, que ha tendido a discurrir históricamente diluida en un irregular conjunto de consideraciones bastante heterogéneas.
El presente libro tiene por objeto dar a conocer al lector en castellano una pequeña parte de la obra de Jacques Bouveresse y, al mismo tiempo, un aspecto poco conocido del pensamiento de Ludwig Wittgenstein. El texto que da origen a éste corresponde a los dos últimos capítulos de Wittgenstein: la rime et la raison (Paris, Les Éditions du Minuit, 1973) de J. Bouveresse. Los editores son los responsables de la traducción y de la edición crítica del original francés, así como de esta introducción.
He aquí un libro que posee dos virtudes: la primera, el hecho de tratar en profundidad las particulares cuestiones heideggerianas acerca del arte; la segunda, el abrirnos la posibilidad de apreciar la trayectoria de su autor, Gianni Vattimo, una de las figuras más destacadas y a la vez más polémicas de la llamada posmodernidad. Poesía y ontología es un libro heideggeriano, de modo que Heidegger está presente en todas sus páginas, explícitamente en la primera parte y más implícitamente (aunque el capítulo VII está totalmente dedicado a él) en la segunda. Esta introducción quiere abordar el sentido de esa omnipresencia. Pero además, y a pesar de que Poesía y ontología pertenece a un período anterior al pensamiento débil propugnado por Vattimo, busca identificar las claves que en su interior ya lo anuncian.
Probablemente, el compositor francés Hector Berlioz desaprobaría la publicación de un libro que tratase sobre su propio sistema filosófico, por el sencillo motivo de que él mismo jamás mostró interés alguno por la filosofía. Berlioz fue un hombre de acción y lo que aquí presentamos como posicionamientos estéticos, para él no era más que la aplicación, a través del sentido común y de la creencia en la «música expresiva» como arte superior, de una defensa radical del arte verdadero. Berlioz no sólo es el mejor escritor de entre los compositores de toda época, sino que, a partir del presente trabajo, puede ser considerado un filósofo poseedor de un pensamiento concreto en estética musical y absolutamente digno de pasar a formar parte de los manuales de esta disciplina, junto a Rameau, Rousseau, Kant, Hegel o Wagner.
Para Schopenhauer, la única estética posible es aquella que posee un carácter existencial, que parte del sujeto humano. Sus Lecciones intentan reproducir in abstracto, «traducir» a conceptos, las intuiciones y los sentimientos que produce la experiencia estética y la contemplación del arte. Una traducción, sin embargo, incapaz de sustituir a la verdadera emoción de la contemplación estética.