Los textos que componen esta publicación fueron presentados por sus autores al I Concurso de relatos cortos sobre violencia de género organizado por la Fundación Luz Casanova. Recogen el infierno que viven muchas mujeres, los usos y costumbres que perpetúan la discriminación por cuestión de género, el silencio cómplice del entorno o cómo los hijos se convierten también en «víctimas colaterales». Pero las lágrimas derramadas por estas situaciones, son también lágrimas de esperanza confiada en la capacidad organizativa, la fuerza y la resiliencia de las mujeres para romper los círculos de la violencia. La Fundación Luz Casanova, entidad convocante del concurso, lleva muchos años trabajando por el desarrollo personal y la inclusión social de las personas que viven situaciones de desprotección y exclusión, entre ellas, mujeres y menores víctimas de la violencia de género dentro de una relación de pareja o expareja, y también en la prevención de esta violencia.
Todos, sin excepción, vivimos «en manos de Dios». Y si así es, ¿por qué todos, alguna vez, nos hemos sentido lejos de El, perdidos? Este es uno de esos libros luminosos que avivan la hoguera del corazón, que ayudan a sanar heridas, que dan palabras a quien no las tiene y que conducen toda palabra al silencio. La obra se compone de cuatro capítulos: los dos primeros son un compendio de reflexiones, interrogantes, sugerencias, oraciones e invocaciones para saborear a Dios en la vida diaria; los dos últimos son una paráfrasis del Salmo 62 y de una oración de Charles de Foucauld. El autor nos ofrece, a través de todos ellos, su vivencia personal y nos invita a recorrer ese íntimo camino que va de la reflexión sobre nuestro modo de vivir al canto del hijo que se sabe, del todo y por entero, «en manos de Dios». Contiene fotografías en el interior.
Scott Hahn nos ofrece en este libro una reflexión sobre el sacerdocio. Como teólogo católico y padre de familia numerosa, nos invita a mirar al sacerdote como padre, protector y abastecedor de la gran familia cristiana, y afirma que «cuando los hombres comprenden de veras qué es el sacerdocio, se sienten instintivamente atraídos hacia él. El sacerdocio es instintivamente atrayente».
Muchos son los llamados. Sobre la grandeza del sacerdocio, evoca las palabras de Jesús sobre la urgente llamada de Dios a los hombres, y propone meditar su grandeza desde una perspectiva incomparable.
Este es un libro-paradoja: los textos que lo componen no fueron escritos para ser publicados en un libro, ni siquiera fueron concebidos para ser leídos sobre el papel, ni deslizando el dedo sobre un e-book. Estas historias fueron pensadas para el último arte narrativo creado: la 'tuiteratura'.La llamada 'tuiteratura' es un formato nacido en Internet, en la red social Twitter, y que se concreta en un 'hilo': una sucesión de pequeños mensajes de no más de 280 caracteres que se van hilvanando hasta formar un relato más largo de mensajes multimedia (el texto puede ir acompañado de imágenes, sonidos, emoticonos, vídeos, encuestas…). En definitiva, una forma realmente nueva de contar cosas: más rica, más divertida, más actual, más acorde al lenguaje que millones de personas usan a diario en sus comunicaciones.Los famosos hilos evangelizadores del periodista malagueño Antonio Moreno están dedicados a la Navidad, la Cuaresma, el Bautismo, personajes bíblicos, la misericordia, fiestas cristianas… Leídos por miles de personas en España y Latinoamérica, le han valido el Premio ¡Bravo! de Nuevas Tecnologías 2019, concedido por la Conferencia Episcopal Española.Algunos de los hilos más significativos de Moreno dan el salto al papel en esta obra. «Lo que tienes en tus manos es mi corazón impreso -confiesa el autor-. Dos años de intensa actividad en la red, miles de tuits tejidos a golpe de oración, estudio y tecla».Y añade en el prólogo el obispo Ginés García Beltrán: «¿De qué serviría transmitir la fe si los hombres de hoy no la pueden entender?».
Este libro está basado en seis charlas que Henri Nouwen ofreció en Cuaresma en la iglesia de San Pablo, en Cambridge, Massachusetts, en 1985. Dice su autor: «El objetivo de escribir este libro es ayudarte a ti y a mí mismo a escuchar la voz del amor, a escuchar esa voz que nos susurra al oído: „¡Sígueme!“ Espero poder guiarte y guiarme desde un inquieto vagabundeo a un alegre seguimiento; desde ser personas hastiadas, sentadas sin hacer nada, a sentir entusiasmo por haber escuchado esa voz. No es una voz que se imponga. Es una voz de amor, y el amor no empuja ni tira. El amor es muy sensible».
Leer, incluso antes de ser editados, estos textos de mi hermano capuchino, el cardenal Sea´n O'Malley, fue como hacer un viaje de reconocimiento a los diferentes momentos de la vida de la Iglesia […] Las homili´as del cardenal O'Malley, como las del papa Francisco en Santa Marta, son verdaderas «homili´as», en el sentido original del te´rmino, esto es, son conversaciones, reflexiones sobre cosas y acontecimientos, no ideas sobre ideas […] En la predicacio´n, hasta los conceptos abstractos deben ser revestidos de ima´genes, si´mbolos, meta´foras, para´bolas, historias vividas, referencias concretas a la vida e intereses de la gente. La palabra debe «hacerse carne» una y otra vez (Raniero Cantalamessa, en la Presentacio´n). Una de las caracteri´sticas de los escritos y la predicacio´n del cardenal O'Malley es el recurso a la herramienta sapiencial del humor, que utiliza no para ser delicioso. Puede incluso serlo, pero su objetivo es otro: llevarnos a renunciar a la tentacio´n que separa la accio´n sobrenatural de nuestra realidad (Jose´ Tolentino de Mendonc¸a).
Estas páginas pretenden justificar las razones de un necesario tránsito de la ciudadanía a la cuidadanía. En ellas se propone construir un nuevo contrato social cimentado sobre nuestra interdependencia constitutiva; un «pacto de cuidados» que dirima nuestra convivencia no con testosterónicos duelos al sol, sino desde la articulación política de relaciones de cuidado. Esa es la propuesta de la cuidadanía, un nuevo paradigma civilizatorio que quiere cimentarse sobre verdades esenciales que habíamos decidido ignorar: nuestra común vulnerabilidad y nuestra necesidad de cuidados.
El mérito particular de esta obra consiste en la capacidad y la determinación del autor de evitar las frecuentes e infinitas amplificaciones interpretativas del Padrenuestro, para presentarlo nuevamente en su forma originaria de oración transmitida a nosotros directamente por Jesús a través de los evangelios. Palabra sagrada e «instrumento de trabajo» transformador que libera su fuerza y sus dones simplemente siendo repetida tal como es, con la mayor frecuencia posible, convirtiéndose de ese modo en alimento y sustancia para la formación de nuevos y diferentes contenidos de la personalidad.
En este sugestivo libro descubriremos, con admiración, cómo Dios -al que a veces colocamos entre paréntesis- nos enreda en el abrazo de una arroba y nos invita a ser protagonistas del guion que ha soñado para cada uno de nosotros. Un libro que nos interpela, por medio de los signos ortográficos, acerca de nuestra comunicación con Dios y con nuestros hermanos. Una comunicación que, gracias a la simbología del signo, descubrimos pautada con matices, silencios, susurros y puede que hasta con alguna subida de tono.