DeMente 2: Dos cabezas piensan más que una. Alberto Montt

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Название DeMente 2: Dos cabezas piensan más que una
Автор произведения Alberto Montt
Жанр Математика
Серия
Издательство Математика
Год выпуска 0
isbn 9789563248227



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importancia de un plan B Adolfo Agurto

       La soledad, una amenaza para el desarrollo cerebral Macarena Churruca

       El reloj cerebral que controla la agresividad Felipe Tapia

       Depresión en adolescentes: también una cuestión de género Camila González

       Así funciona el GPS del cerebro Tania Dib

       Bibliografía

      Agradecimientos

      Toda obra es el resultado de muchos actores, no solo de aquellos directamente involucrados en ella y, por lo tanto, se hace indispensable reconocer aquellos y aquellas que desde su anonimato la hacen posible. Este libro debe no poco a todas y todos lectores y lectoras que, a través de su apreciación del primer volumen, De Mente. El cerebro, un hueso duro de roer, nos dieron el empuje para producir el segundo volumen de esta saga, Todos aquellos y aquellas que participaron de manera directa o indirecta en su elaboración y difusión de ese primer tomo fueron fundamentales en su éxito.

      No menor es el papel que ha jugado el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso (CINV), cuyo compromiso con el desarrollo de ciencia y de la divulgación del conocimiento, ha hecho posible que este tipo de iniciativas innovadoras puedan llevarse a cabo. Sus alianzas con diferentes sectores de la sociedad han permitido llegar a un público cada vez más extenso, en Chile y el resto de América latina.

      También agradecemos a la Universidad de Valparaíso, el alma mater que alberga al CINV, que ha permitido el desarrollo de la investigación y los postgrados científicos, sin los cuales este libro no podría haber sido creado.

      A la editorial Catalonia, cuyo compromiso con la divulgación científica no solo ha traído como resultado esta segunda publicación, sino además ha hecho posible la creación de la colección CINV-Catalonia, con el objetivo de entregar el conocimiento científico a toda la sociedad, de manera cercana pero rigurosa. Cada año se publican cerca de tres millones de artículos científicos en el mundo, siendo solo un porcentaje mínimo de este enorme caudal de información, el que llega a la población no científica. Los estudiantes de Magíster y Doctorado en Ciencias, mención Neurociencia de nuestra universidad han entregado parte de su tiempo en este taller en la elaboración de los artículos que componen este libro, siempre con la idea clara de poner a disposición de toda la sociedad los últimos avances de la neurociencia en un lenguaje comprensible por todos y todas - a ellos agradecemos de manera especial su labor.

      Agradecemos a El Mostrador, primer diario electrónico de Chile, que desde el año 2014 ha publicado los artículos del taller NeuroNews a través de su sección “Los secretos del cerebro”, generando cientos de miles de lecturas, demostrando con esto que la sociedad entera está deseosa de entender mejor como funciona nuestro sistema nervioso.

      Por último, debemos destacar que, de no ser por el permanente compromiso y respaldo durante todos estos años de la Iniciativa Científica Milenio, programa de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), perteneciente del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile, esta obra de divulgación de la neurociencia no podría estar viendo la luz en este momento.

      Los editores

      Prólogo Lo nuevo se teje en lo viejo

      ¿Interesado en las neurociencias o aficionado a ellas? Solo interesado, tengo que decirlo, lo cual significa que me falta mucho aún para llegar a ser un aficionado, o eso que también se llama un diletante. Un aficionado, un diletante, y eso en cualquier campo, saben ya algo de él, mientras que un simple interesado es aquel que se acerca a algo sin saber nada de él y solo porque se da cuenta de su valor e importancia, de su utilidad y de su provecho. Es desde esa condición de interesado que he seguido con gran interés el desarrollo que ha tenido en mi universidad –la Universidad de Valparaíso– el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso, cuya definitiva instalación en el barrio de La Matriz de nuestro Puerto todos esperamos con expectación y algo de impaciencia. Una instalación demorada por causas de diferente índole y que no ha podido sobreponerse del todo a la burocracia y falta de coordinación de los organismos públicos comprometidos en una empresa semejante. En ese barrio hay ya varias otras iniciativas tanto consolidadas como en curso, que corresponden al mundo privado y a la sociedad civil, y que están aportando a la recuperación del sector. Allí están, desde hace mucho tiempo, el Mercado Puerto, el Edificio Liberty, el Edificio Astoreca, el Palacio Subercaseuax, el Consulado de Austria, junto a antiguos comercios que perviven estoicamente, resistiendo el relativo abandono de un sector al que siempre ha faltado un plan de acción integral que logre revertir su progresivo deterioro. La llegada allí del Centro Interdisciplinario de Neurociencia encontrará una buena compañía, luego de que se resuelva, ojala pronto, el hallazgo, en el inmueble de construcción del Centro, de osamentas y piezas arqueológicas de gran significado para la historia de Valparaíso.

      Si se me excusa por continuar expresándome en primera persona, tuve el agrado, en 2018, de presentar el libro DeMente, editado por ese Centro, cuyo subtítulo es “El cerebro, un hueso duro de roer”, y que en palabras de Ramón Latorre, Premio Nacional de Ciencias y Director e inspirador del Centro, contiene “una selección de los mejores artículos que abarca todos los aspectos de la neurociencia, desde sus bases moleculares hasta sus implicancias para la sociedad”. Un libro sencillo, que no simple, didáctico, esclarecedor, y que ayuda a responder preguntas tales como por qué soñamos, por qué sentimos dolor, por qué nos gusta la música, cómo podemos entrenar y proteger el cerebro humano, o cómo sería posible llegar a curar una enfermedad como el Alzeimer o un trastorno como el autismo.

      Pues bien, ahora tengo la tarea de redactar un prólogo para un nuevo libro, un segundo DeMente, subtitulado “Dos cabezas piensan más que una”, y lo hago siempre desde mi perpleja y a la vez fascinada condición de interesado en un saber y en unas tecnologías que podrían llegar a modificar la idea que tenemos de la especie humana y de su futuro desarrollo. Nuestra especie, resultado de un proceso de evolución exitoso, parece encontrarse a las puertas de ponerse ella misma, no ya el azar, al frente de su futura evolución, si bien todo esto ocurre en medio de una pandemia que azota al planeta de una manera inmisericorde y difícil de controlar. Sueños de grandeza, por una parte, y cable a tierra, por otra; grandes expectativas y, a la par, un serio golpe a nuestra autoestima como especie; por un lado, transhumanismo y, por el otro, extrema vulnerabilidad.

      Sin ir más lejos, este nuevo libro abre con un relato acerca de la Optogenética, palabra con la que se designa un método de estimulación cerebral que modifica genéticamente algunas neuronas para hacerlas sensibles a la luz, con el fin de poder activarlas mediante destellos luminosos, y concluye con otro relativo al GPS de nuestro cerebro, lo cual puede dar una idea de la atractiva novedad de la obra que tenemos ahora a la vista. Entre ambos textos, una extensa lista de breves relatos, atingentes, entre varios asuntos, a qué tan inteligentes pudieron ser lo dinosaurios, a si es o no posible revivir el cerebro, a las neuronas de la sed y a la frecuencia de la picazón contagiosa, a las neuronas que nacen en el cerebro de un adulto, a la posibilidad de crear neuronas, a la sensibilidad de las plantas, a lo que tienen en común los ostiones y los telescopios, a las modificaciones cerebrales que pueden causar los celulares, a cómo ataca al cerebro el CoronaVirus, a la hormona que hace retroceder el deterioro mental, y al reloj cerebral que controla la agresividad.

      No siendo posible detenerse en todos los relatos, lo hago en el que se llama La magia de la música triste. ¿Por qué será que nos gustan las canciones tristes? Pues bien: la respuesta está en nuestro cerebro. Un