Talavera de la Reina. Fragmentos. Daniel Moral

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Название Talavera de la Reina. Fragmentos
Автор произведения Daniel Moral
Жанр Документальная литература
Серия
Издательство Документальная литература
Год выпуска 0
isbn 9788418230219



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cúfica, en ella se puede leer que el alcázar fue fundado en el 357 de la Hégira, año 967 del calendario cristiano, por Al-Hakam II.

      La muralla talaverana guarda más secretos en sus muros, como placas funerarias romanas reutilizadas para su construcción, que se pueden localizar tanto en esta calle Carnicerías como en Pescaderías o en la calle Charcón, por ejemplo.

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      Placa fundacional de la alcazaba talaverana

      Los cuernos de Nalvillos

      Esta leyenda se sitúa a principios del siglo XI. Ximén Blázquez era uno de los caballeros cristianos más notables en la reconquista y repoblación de las tierras pertenecientes a la ciudad de Ávila, cuyo territorio limitaba con la ciudad (musulmana por aquellos tiempos) de Medina al Talabira, la actual Talavera de la Reina.

      En uno de los numerosos enfrentamientos entre las dos ciudades, la mujer de Nalvillos, hijo de Ximén Blázquez, fue raptada cuando iba de romería el día de San Lorenzo. Nalvillos, considerado como su padre un noble y poderoso guerrero, solicitó al concejo abulense que fuesen en cabalgada contra la ciudad de Talabira.

      Junto a Nalvillos viajaron cincuenta caballeros y se ocultaron en los terrenos colindantes a la atalaya de Segurilla. Nalvillos se separó del grupo, se cambió de ropajes, cortó hierba y entró en la villa con el objetivo de parecer un simple mercader. Su objetivo era alcanzar la alcazaba talaverana, donde se encontraba su esposa, capturada por el gobernador militar árabe.

      Su esposa le reconoció desde una ventana y consiguió hacerle pasar hasta sus aposentos, pero le advirtió del peligro mortal que corría. Al escuchar que el gobernador se acercaba, le dijo a Nalvillos que se escondiese en un arcón. El gobernador, sediento de pasión, yació sin contemplación con su prisionera. Esta, plena de satisfacción, le preguntó, susurrándole al oído, qué le daría si entregaba a su cónyuge como prisionero. El gobernador le prometió la mitad de sus riquezas y la bella dama no lo dudó un instante. Traicionó a su esposo y le dijo al gobernador árabe que Nalvillos se encontraba en la alcazaba.

      El gobernador apresó a Nalvillos y ordenó que lo quemasen en el lugar más elevado de la ciudad para que todo el mundo viese su poderío.

      Le ofrecieron un último deseo antes de morir y este pidió tocar el albogón como último gesto de honor. Con el sonido aparecieron de su escondite los cincuenta caballeros cristianos, que dieron muerte a todo aquel que allí se encontraba y quemaron al gobernador en la misma pira que tenían preparada para Nalvillos.

      La mujer de Nalvillos sufrió la misma fortuna, quemada en otro paraje que, según las crónicas, podría ser La Alcoba, un antiguo asentamiento vetón y romano y posterior granja de los jerónimos, cercana a Talavera la Nueva.

      Otra versión de la leyenda cuenta que Jazmín Hiaya, único rey y gobernador de la taifa de Talavera de la Reina, había estado prometido con Aixa Galiana, sobrina de Al-Qadir, el último rey moro de Toledo. Esta hermosa mujer fue apresada por los cristianos y conducida a Ávila, donde fue obligada a cristianizarse y contraer matrimonio con el joven Nalvillos Blázquez.

      En cierta ocasión, Jazmín Hiaya fue en viaje de negocios a tratar con la familia Blázquez y se reencontró con su antigua prometida. Aprovechando la ausencia de Blázquez, huyeron a Talavera de la Reina, donde contrajeron matrimonio. Nalvillos, al enterarse de lo sucedido, asedió la ciudad junto con trescientos caballeros y apresó al rey musulmán y a su esposa, que no tardaron en ser ajusticiados.

      Elija la versión que más le guste…

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      Atalaya de Segurilla (Toledo)

      La doncella de la Torre del Polvorín

      La torre situada en la confluencia entre las calles Cabeza del Moro y Ronda del Cañillo fue en su origen una torre perteneciente al segundo recinto amurallado de la ciudad, construido entre los siglos XII y XIII.

      Antiguamente, el río Tajo bañaba la muralla talaverana que daba hacia él, por lo que esta torre quedaba a merced de las aguas. Hoy en día puede aún apreciarse la base de la muralla cerca de la torre.

      Según cuenta una vieja leyenda que ha circulado durante mucho tiempo por las calles talaveranas, en la mañana de San Juan y cerca de la Torre de la Cabeza del Moro o del Polvorín se aparecía una doncella que surgía de entre las aguas.

      La Noche de San Juan es una de las noches más mágicas del año, siendo característicos los rituales como el salto de la hoguera o la quema de deseos y asuntos negativos que queremos olvidar, que duran en muchos casos hasta el amanecer.

      El agua ya no moja la base de la torre hoy en día, pero nos queda la duda de si la doncella se sigue apareciendo en el lugar. Habrá que comprobarlo.

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      Torre de la Cabeza del Moro o del Polvorín

      Leyenda sobre el escudo

      El escudo de Talavera de la Reina es un elemento reconocible de nuestra ciudad. En él aparecen una torre y dos toros (o una vaca y un toro) y, encima de la torre, un árbol y una bandera.

      La teoría principal del diseño del escudo es que la torre simboliza a las torres albarranas que están adosadas a la muralla árabe, que se construyeron hacia el siglo XIII. Las dos reses parecen representar los mercados de ganado existentes en la ciudad, que han sido históricamente de los más importantes en la zona centro del país. Aunque también hay autores que afirman que puede ser por la afición taurina que siempre ha existido en Talavera de la Reina, sobre todo en la festividad de las Mondas.

      Otras teorías cuentan que las reses son en realidad bueyes, simbolizando la costumbre romana de dejar sueltos a estos animales, atados a una vertedera. La hendidura que dejaban al caminar era la señal que seguían los ingenieros romanos para realizar sus caminos, ya que los bueyes siempre pisan por el terreno menos dificultoso. Según esta suposición, la impronta romana quedó para siempre en el escudo de la ciudad.

      Antes del siglo XIII no se tiene certeza de este escudo; pese a todo, es uno de los más antiguos de España. Su origen es confuso, aunque ya aparece un escudo parecido al actual en una carta de hermandad entre Talavera y Plasencia datada en ese siglo.

      En algunas huellas de la ciudad aparece el escudo despiezado. Un ejemplo está en la parte trasera del edificio de la Delegación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que da a la plaza Arzobispo don Pedro Tenorio, que se puede datar en el siglo XV y bajo el cual cruzaría Fernando de Rojas en numerosas ocasiones cuando era alcalde en ese mismo lugar.

      La leyenda en torno al escudo es que en uno de los numerosos cercos que sufrió la ciudad durante la dominación musulmana ya no quedaban prácticamente víveres con los que subsistir y, ante los siguientes ataques, se optó por sacar extramuros a las únicas reses de ganado que quedaban. Según esta leyenda, los enemigos pensaron que, teniendo el ganado suelto, a los talaveranos les sobraban la comida y las energías, por lo que se volvieron por donde habían venido. Por eso en algunas representaciones aparece el ganado saliendo del vano de la torre albarrana.

      Evidentemente, es una historia totalmente inventada para dar una explicación épica al escudo de la ciudad.

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      Escudo de la ciudad incrustado en la parte trasera de la Basílica de