Osteopatía y oftalmología. Léopold Busquet

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Название Osteopatía y oftalmología
Автор произведения Léopold Busquet
Жанр Сделай Сам
Серия
Издательство Сделай Сам
Год выпуска 0
isbn 9788499101408



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forma distinta),

      – una inserción móvil, en la esclerótica del ojo,

      – una inserción fija, anterior, en la base de la órbita, que constituye una expansión fibrosa de la inserción esclerosa móvil, que va a insertarse por delante, en el reborde orbitario: se denomina alerón muscular o ligamentario.

      El alerón muscular, en continuidad con la vaina muscular (aponeurosis), es una verdadera “polea de desvío”, que va a modificar sensiblemente la dirección principal del músculo, limitar su acción, impedir la compresión del globo en la contracción muscular y, junto con los otros alerones, permitir que el globo mantenga su punto de equilibrio en la cavidad.

      Figura 15: Inserciones posteriores de los músculos oculomotores.

      1. El músculo elevador del párpado superior

      Origen: sobre el periostio del ala menor del esfenoides, por encima del agujero óptico.

      Trayecto: pasa bajo el techo de la órbita, del que está separado por el nervio frontal (ramo de V1). Por debajo de éste se encuentra el músculo recto superior, del que toma la vaina aponeurótica.

      Terminación: se ensancha para insertarse, mediante una aponeurosis, en el ligamento ancho y el tarso del párpado superior. Envía tres expansiones que se insertan respectivamente, por el externo, el interno y la mediana,

      – en la sutura frontomalar, después de haber dividido la glándula lagrimal;

      – en la cresta lagrimal posterior del unguis;

      – en el fondo del fondo de saco superior de la conjuntiva (fórnix), para impedir su compresión en el movimiento de apertura del párpado.

      Inervación: por la rama superior del nervio motor ocular común (III nervio craneal).

      Acción: eleva el párpado hacia arriba y hacia atrás y es antagonista del orbicular de los párpados (fig. 16).

      Clínica: su parálisis (afección del III) produce ptosis del párpado superior.

      Relaciones osteopáticas

      En toda ptosis del párpado superior, o en ciertos fenómenos de fibrilación o “tics” de éste, habrá que verificar:

      – la sutura frontoesfenoidal, cuya inserción posterior del músculo elevador está muy próxima,

      – la movilidad del unguis respecto de la inserción de la expansión interna del músculo,

      Figura 16: Los músculos oculomotores (vista lateral).

      – la sutura frontomalar, sobre la que se fija la expansión tendinosa externa.

      2. El músculo recto superior

      Origen: entre las laminillas superoexterna y superointerna del tendón de Zinn.

      Trayecto: se dirige hacia delante, perfora la cápsula de Tenon y se enrolla sobre la parte superior del globo.

       Terminación:

      – la inserción móvil se realiza mediante un ancho tendón sobre la parte anterosuperior de la esclerótica, por detrás del limbo esclerocorneal (fig. 17);

      – la inserción fija se realiza a partir de la inserción del músculo sobre la esclerótica, de donde parten dos expansiones tendinosas laterales destinadas al reborde orbitario superior (hueso frontal). La expansión externa divide entonces la glándula lagrimal en sus dos partes constitutivas, y alcanza la expansión del músculo elevador del párpado superior.

      Acción: eleva el globo ocular, por eso ciertos anatomistas lo han apodado “el soberbio”. Debido a su ligera oblicuidad respecto del eje sagital del globo ocular, es también aductor y ligeramente rotador interno (fig. 21-A y fig. 22).

      Inervación: por el ramo superior del nervio oculomotor.

      3. El músculo recto inferior

      Origen: entre las laminillas inferoexterna e inferointerna del tendón de Zinn.

      Trayecto: se dirige hacia delante, perfora la cápsula de Tenon y sigue el suelo de la órbita.

       Terminación:

      – la inserción móvil se realiza por un pequeño tendón, en la parte anteroinferior de la esclerótica;

      – la inserción fija se realiza por una expansión tendinosa del músculo que alcanza la del oblicuo menor, llamada alerón arciforme, que se fija sobre el reborde orbitario, al nivel del malar.

      Figura 17: Inserción esclerosa de los músculos rectos.

      Acción: si lo tomamos de forma aislada, es descensor, ligeramente aductor y rotador externo del globo ocular (fig. 21-B y fig. 22).

      Inervación: por la rama inferior del III nervio craneal.

      4. El músculo recto interno

      Es el músculo más ancho y fuerte de la órbita (fig. 18).

      Origen: sobre el tendón de Zinn, entre las laminillas superointerna e inferointerna.

      Trayecto: bordea la pared interna de la órbita y atraviesa la cápsula de Tenon.

       Terminación:

      – la inserción móvil se halla en la parte anterointerna de la esclerótica, 5 milímetros por detrás del limbo;

      – la inserción fija se realiza por el alerón interno, que se inserta en la cresta lagrimal posterior del unguis.

      Acción: esencialmente aductor, es el músculo de la convergencia (ver en el capítulo 10, el estudio del III nervio craneal) (fig. 21-C y fig. 22).

      Inervación: por el ramo inferior del III nervio craneal.

      5. El músculo recto externo

      Origen: sobre el tendón de Zinn, por fuera del anillo de Zinn, rodeando la parte ancha de la hendidura esfenoidal.

      Trayecto: se dirige hacia el globo bordeando la pared externa de la órbita.

       Terminación:

      – la inserción móvil se halla en la parte anteroexterna de la esclerótica;

      – la inserción fija se realiza por el potente alerón externo, punto de inserción del músculo en el reborde orbitario externo, al nivel del tubérculo orbitario del malar.

      Figura 18: Los músculos oculomotores (vista superior).

      Acción: es abductor y, por lo tanto, antagonista del músculo recto interno (fig. 21-D y fig. 22).

      Inervación: por el nervio abducens (motor ocular externo) (VI nervio craneal).

      Acciones comunes de los cuatro músculos rectos

      a) Acción tónica: debido a sus inserciones, tienen tendencia a tirar del globo hacia atrás; por lo tanto, son retractores, y están limitados en esta acción por sus alerones musculares y por los dos músculos oblicuos, que son protactores. Si el ojo permanece