El cachorro perfecto. Gwen Bailey

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Название El cachorro perfecto
Автор произведения Gwen Bailey
Жанр Сделай Сам
Серия Animales
Издательство Сделай Сам
Год выпуска 0
isbn 9788499102337



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      Período de socialización, 3-12 semanas

      Durante este período crítico es esencial una experiencia apropiada con seres humanos, otros perros y con el entorno para que el cachorro se convierta en un perro mascota bien adaptado. Este período se divide en tres fases.

       Primera fase: semanas 3 a 5

      A las tres o cuatro semanas la vista, el oído y el olfato del cachorro se vuelven más eficaces. Comienza a comer alimentos sólidos, ladra, mueve la cola y juega a mordisquearse con otros cachorros. Cuando esté despierto, tratará de abandonar la zona en la que duerme para orinar.

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      A las cuatro a cinco semanas toca cosas con las patas, enseña los dientes, gruñe, persigue y juega a matar presas (zarandeando la cabeza). Comienza a llevar cosas en la boca. Los cachorros aprenden a inhibir los mordiscos durante el juego con sus hermanos de camada. Las madres comienzan a impedir que mamen a voluntad.

       Segunda fase: semanas 5 a 8

      Se aprecia expresividad en el rostro y las orejas, y se inicia el destete. Los cachorros adquieren el uso completo de ojos y oídos, y aumenta su coordinación. Se produce la participación en actividades en grupo con otros benjamines de la camada; los cachorros juegan entre sí. La séptima semana es el momento ideal para que los cachorros se vayan a su nuevo hogar. Al final de esta fase los cachorros comienzan a mostrarse más cautos, pero siguen siendo curiosos e investigarán cuanto se les presente.

      Qué hacer: Durante las semanas tres a seis el cachorro permanecerá todavía con el criador. Debe haber una clara distinción entre las áreas de juego y la zona donde dormir para que los cachorros puedan abandonar la cama nido y hacer sus necesidades. Los cachorros criados en espacios muy reducidos, donde no hay distinción entre áreas, o donde no pueden abandonar la cama nido sin ayuda, no tendrán posibilidad de practicar una conducta apropiada para aliviarse. A los cachorros que se crían de este modo es difícil enseñarles a no hacer las necesidades en casa porque pierden la capacidad de diferenciar el área del nido y el área para aliviarse.

      El ritmo de desarrollo mental de los cachorros dependerá ahora de la complejidad de su entorno. La presencia de distintos objetos (como cajas de cartón, un trozo grande de cuero, juguetes o un guante viejo) en la jaula de juegos aumentará dicha complejidad. También es útil contar con escalones anchos y bajos para que los cachorros practiquen el ponerse encima. Esto los ayudará más tarde a subir y bajar escaleras.

      Durante este período se enfrentarán también a variedad de ruidos, sonidos y distintas superficies por las que andar. Esto es probable que ocurra sin más con cachorros criados en un hogar.

      Los cachorros se tienen que ser aislados ocasionalmente de sus compañeros de camada y de su madre, y debe haber mucho contacto con personas, adultos y niños. Esto es especialmente importante en la semana final antes de que el cachorro parta a su nuevo hogar, y hay que prestar al menos cinco minutos diarios de atención individual a cada cachorro, sin importar de cuántos benjamines se componga la camada.

      Durante las semanas seis a ocho el cachorro se debe acostumbrar a su nueva familia. La socialización continuará de forma natural mientras el cachorro experimenta la novedad de conocer su nueva casa. Hay que enseñarle a que no haga sus necesidades en casa en cuanto el cachorro ponga los pies en el nuevo hogar.

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       Tercera fase: semanas 8 a 12

      El cachorro se dedica ahora a explorar lo que hay fuera de la cama nido. Sigue siendo muy dependiente de sus figuras de referencia y manifiesta un poderoso deseo de agradar y necesidad de contacto social. Los cachorros a esta edad sienten cada vez más miedo ante las novedades.

      Qué hacer: Tu cachorro tiene que estar experimentado y disfrutando de gran variedad de situaciones y entornos (véase la página 54). Es un momento crítico para su socialización y debes poner todo de tu parte antes de que el miedo a las novedades supere su interés por las actividades novedosas. El juego es extremadamente importante y tu cachorro necesitará aprender los juegos humanos y reducir e inhibir sus ganas de jugar mordiendo (véase la página 96).

      Período juvenil, de 3 a 6 meses

      El cachorro todavía depende de su dueño. En las fases iniciales de este período los cachorros se suelen desvivir por agradar y harán todo lo que piensen que sus amos quieren que hagan.

      Ahora son más conscientes de su entorno. Los cachorros comienzan a explorar alejándose un poco más, pero siempre se mantienen en el perímetro de seguridad de su dueño o del territorio familiar. Tienden a mordisquear y a llevarse cosas a la boca para facilitar la dentición y explorar mejor cuanto les rodea.

      Qué hacer: Se debe realizar el adiestramiento y la enseñanza de normas de educación mientras el cachorro aumenta su capacidad para concentrarse y aprender. El deseo de complacer a esta edad se debe aprovechar al máximo, dado que el adiestramiento será más difícil cuando el cachorro se vuelva más independiente. Los juegos pueden aumentar en dificultad y usarse como recompensa al adiestramiento.

      El cachorro debe experimentar desenvolviéndose en muy distintos entornos y circunstancias. La socialización debe continuar y desarrollarse mientras el cachorro aprende a afrontar nuevas situaciones.

      Adolescencia, de 6 meses a 1 año/18 meses

      Los cachorros se vuelven mucho más independientes en esta fase. Alcanzan la madurez sexual, las hembras entran en celo y sufren cambios asociados en su conducta, y los machos experimentan drásticas fluctuaciones en sus niveles de hormonas masculinas. La conducta mordedora sigue siendo prioritaria. Empieza a manifestarse la conducta territorial a medida que los cachorros se hacen más maduros.

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      Qué hacer: Este es posiblemente el período más difícil, porque es cuando muchas personas arrojan la toalla y buscan otro dueño para su perro. Si has sentado unos cimientos sólidos hasta este punto, la adolescencia será menos molesta. Sin embargo, será un período en que tal vez te preguntes qué ha salido mal. ¡Intenta recordar que no es para siempre! (Véase el consejo de la página 196).

      Madurez, 1 año/18 meses

      Tu perro será ahora físicamente maduro, aunque todavía mostrará algunas redondeces en su cuerpo y su carácter seguirá en formación. Los adultos jóvenes tienen la confianza de la juventud, pero están faltos de experiencia.

      Qué hacer: Hay que tener cuidado y refrenar el entusiasmo de su interés por el mundo mientras continúa aprendiendo nuevas experiencias. Sigue manteniendo el ritmo de adiestramiento y recurre al control físico si fuera necesario para apartarlo de situaciones peligrosas.

      Madurez social, de 18 meses a 3 años y en adelante

      Tu perro será ahora física y socialmente maduro. Su carácter está formado y habrá atemperado su entusiasmo inicial gracias a la experiencia que trae la madurez. Será un perro mascota experimentado conocedor de su papel en la vida y dispuesto a mostrar todo lo que se espera de él.

      Qué hacer: Ya puedes relajarte; el trabajo está hecho. Hay que refinar y seguir con el adiestramiento, pero ahora debes tomártelo con calma y disfrutar del primero de muchos años que pasarás con un amigo sociable, adiestrado y equilibrado.

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