Una camaradería de confianza. John Piper

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Название Una camaradería de confianza
Автор произведения John Piper
Жанр Философия
Серия
Издательство Философия
Год выпуска 0
isbn 9781629462653



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económico fijo; ese era un asombroso testimonio del poder de la «oración eficaz». Y eso causó un impacto profundo en Hudson Taylor, y lo animó, más que cualquier otra cosa, en el camino en el que estaba a punto de entrar.28

      Así que, aunque Taylor nunca fundó un orfanato de la manera en la que Müller y Spurgeon lo hicieron, él fue inspirado por esa obra y eso lo llevó a convertirse en nada menos que un activista, a su propia manera, movilizando a miles de misioneros hacia China —lo cual hasta este día sigue transformando la manera en la que los chinos piensan acerca de los niños.

      La generalidad de la practicidad

      Por supuesto, el orfanato de Spurgeon sólo era la punta del iceberg en lo que respecta a su activismo. Para el tiempo en el que tenía 55 años, él había fundado, o estaba supervisando, 66 organizaciones. Lord Shaftesbury comentó que esa era una «noble carrera de bien (…) para el beneficio de la humanidad».29

      Sería un error describir el activismo de Spurgeon como si él no fuera un hombre con una fe personal intensa y una profunda confianza en el Señor, y con una poderosa capacidad de disfrutar las bellezas de Cristo y de su mundo. Cuando hablamos de Spurgeon, Müller, y Taylor debemos sacar por completo esa idea de nuestras cabezas, no debemos pensar que el activismo de ellos era como el activismo pragmático de algunas personas de nuestros días, el cual reemplaza la piedad, la oración, la meditación, y la oración con trabajos interminables. A lo largo de los capítulos siguientes, nos quedará claro que, todos estos hombres eran místicos a su manera. Es decir, cada uno de ellos tenía una relación profunda, sincera, y personal con el Cristo vivo.

      Sin embargo, uno no puede ignorar el tono pragmático que le daba color incluso a las acciones más espirituales de Spurgeon. Eso era muy evidente en sus propias palabras acerca de la oración:

      Cuando oro, me gusta ir a Dios de la misma forma en la que voy con un empleado del banco cada vez que necesito cambiar un cheque. Entro al banco, pongo el cheque en el mostrador, y el empleado del banco me da mi dinero, yo recojo el dinero y me voy a utilizarlo en mis negocios. No recuerdo ninguna ocasión en la que me haya detenido en un banco cinco minutos para hablar con los empleados; cuando recibo el efectivo me retiro para atender otros asuntos. Así es como me gusta orar; pero también hay otra manera de orar en la que pareciera que uno se queda a descansar cerca del trono de misericordia, aunque no exista una razón aparente para quedarse ahí.30

      Sin embargo, no debemos caricaturizar a Spurgeon tomando esas palabras para afirmar que él no creía en la dulzura de disfrutar la presencia de Cristo en la meditación y la oración. Aunque es muy difícil imaginar a alguien de hace 300 años hablando de esa manera. Todos somos profundamente moldeados por la manera en la que el Espíritu Santo nos encuentra en nuestra época.

      Disidentes modernos

      Parte del espíritu de activismo que se había entretejido en la tela del evangelicalismo y en el extenso ethos del siglo XIX era una medida de individualismo pragmático. Spurgeon, Müller, y Taylor explotaron esa libertad al máximo. Y no me refiero a un pragmatismo burdo que compromete los principios bíblicos con tal de alcanzar resultados medibles. Sino que me refiero a casi todo lo contrario. Es decir, a una disposición para ajustar las formas y tradiciones heredadas para poner en práctica las convicciones bíblicas personales (si a eso le quieren llamar disidentes, está bien). En eso consistía su individualismo.

      Bebbington señala cuán predominante era este espíritu pragmático individualista durante la época de Spurgeon, Müller, y Taylor, tanto en la Gran Bretaña como en Estados Unidos:

      La fuerza de un gran número de organizaciones paraeclesiásticas — que en su momento se llamaban asociaciones benevolentes, en Estados Unidos— es una muestra del mismo espíritu de adaptación de la vida de la iglesia a los requerimientos contemporáneos. La gama de grupos diversos pero vigorosos era inmensa —incluyendo en Inglaterra a la Army Scripture Readers” Society, la Christian Vernacular Society for India, la Working Men”s Lord”s Day Rest Association y la Society for the Relief of Persecuted Jews. El evangelicalismo se caracterizaba por generar organizaciones que estaban más allá del control de cuerpos estrictamente eclesiásticos.31

      Tanto Müller como Taylor estaban desilusionados con las organizaciones existentes de sus días. En otra época, simplemente se hubieran ajustado y hubieran hecho su mejor esfuerzo a través de una reforma lenta. Pero en el siglo XIX, uno ya podía soñar con hacerse cargo, con crear una nueva institución, y con administrarla y financiarla como uno creyera más conveniente.

      El espíritu emprendedor amplio y generoso de Müller

      En el caso de Müller, la obra con los huérfanos era sólo una rama de una organización más grande que había fundado en 1834 (el año en el que nació Spurgeon) llamada Scripture Knowledge Institution for Home and Abroad. A través de esta Institución, él derrochaba su generosidad (y su notable habilidad para recaudar fondos) en otras causas del evangelio. Por ejemplo, Müller se convirtió en el donador más sobresaliente para la Misión al Interior de China (MIC) de Taylor:

      En sus primeros años, él mantuvo a flote la misión. A partir de los registros financieros fragmentados, Moira McKay ha comprobado que Müller contribuyó con un tercio de los ingresos de la MIC entre 1866 y 1871, un total de £ 780 al fondo general y £ 560 a los misioneros individuales; sin contar el dinero que le dio personalmente a Hudson Taylor para su propio uso, ni el dinero que remitió directamente a China.32

      Müller no sólo estaba comprometido con sus propios ministerios. Su extenso corazón emprendedor tenía un enfoque más amplio en las cosas del reino. Pero es importante mencionar que, a pesar de la magnitud de su generosidad, él nunca perdió su orientación doctrinal. Por ejemplo, llegó un punto en el que interrumpió sus contribuciones a la MIC de Taylor, hasta que ocurrió la renuncia de uno de los líderes principales que había abrazado la doctrina del aniquilacionismo, rechazando la doctrina bíblica del infierno como tormento eterno y consciente.33

      A. T. Pierson, biógrafo autorizado de Müller, dijo que la Institución del Conocimiento de las Escrituras de Müller «le debe su existencia al hecho de que su fundador ideó cosas grandes y generosas para la causa del Señor».34 De hecho, ese estandarte podría ser ondeado en las vidas de estos tres hombres: «ellos idearon cosas grandes y generosas para la causa del Señor».

      Pero el ímpetu para la creación de nuevos ministerios no era meramente empresarial. Cuando le preguntaron a Müller por qué no había recurrido a instituciones existentes, respondió que consideraba que estaban fuera de sintonía con lo que él veía en las Escrituras. «Cuando comparamos a las sociedades religiosas que existían en ese entonces con la Palabra de Dios, encontramos que éstas se habían apartado tanto de ella que, no podíamos hacer nada para unirnos a ellas y al mismo tiempo mantener una buena conciencia».35 De manera específica, él dijo que esas sociedades (1) tienden a ser postmilenialistas, (2) tienen muchas personas no regeneradas involucradas en su funcionamiento, (3) solicitan dinero de las personas inconversas, (4) tienen personas ricas y no regeneradas sirviendo incluso en sus mesas directivas, (5) tienden a buscar personas de altos rangos para que sean sus líderes, y (6) están dispuestos a contraer deudas para financiar sus ministerios.36

      Así que Müller comenzó su propia agencia y la dirigió de la manera en la que él entendía que lo enseña la Escritura. A partir de esa visión y ese compromiso individual comenzó a fluir una gran energía y unos frutos enormes. Además de hacerse cargo de más de diez mil huérfanos a lo largo de toda su vida, la Institución del Conocimiento de las Escrituras fundó escuelas diurnas por toda Europa continental, y con el tiempo llegó a servirle a más de 123 000 estudiantes.37 Y además esta Institución estuvo entre las primeras que respaldó a la Misión al Interior de China de Taylor, cuando fue fundada en 1865.

      Taylor sigue el modelo de Müller

      La decisión de Taylor de iniciar su propia agencia para enviar misioneros al extranjero comenzó de una manera similar por su desilusión con respecto a la manera en la que se conducían otras sociedades. Él ya había ido a China en 1853 con la Sociedad China de Evangelización. Pero después