Cumpliendo las aflicciones de Cristo. John Piper

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Название Cumpliendo las aflicciones de Cristo
Автор произведения John Piper
Жанр Философия
Серия
Издательство Философия
Год выпуска 0
isbn 9781629463131



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      Publicado por:

      Publicaciones Faro de Gracia

      P.O. Box 1043

      Graham, NC 27253

      www.farodegracia.org ISBN 978-1-629463-13-1

      Originally published Filling Up the Afflictions of ChristCopyright © 2009 by Desiring God Foundation

      Published by Crossway a publishing ministry of Good. NewsPublishers Wheaton, Illinois 60187, U.S.A. This editionpublished by arrangement with Crossway. All rights reserved.

      © 2021 by Publicaciones Faro de Gracia. Traducción al español realizada por Victor Velasco; edición de texto, diseño de la portada y las páginas por Francisco Adolfo Hernández Aceves. Todos los Derechos Reservados.

      Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación de datos o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio — electrónico, mecánico, fotocopiado, grabación o cualquier otro— excepto por breves citas en revistas impresas, sin permiso previo del editor.

      ©Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina–Valera ©1960, Sociedades Bíblicas en América Latina. © renovada 1988, Sociedades Bíblicas Unidas, a menos que sea notado como otra versión. Utilizado con permiso.

      Para aquellos que sufren por difundir el evangelio:

      «Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo».Hebreos 13:3

      Contenido

       Prefacio

       Agradecimientos

       Introducción

       1. William Tyndale

       2. John G. Paton

       3. Adoniram Judson

       Conclusión

       Otros títulos de esta serie

      Carta de Juan Calvino a cinco jóvenes franceses que estaban a punto de ser martirizados en 1553 por llevar el evangelio a Francia:

      «Nosotros, los que estamos aquí, nos encargaremos de nuestra obligación de orar para que, por medio de vuestra constancia, Él se glorifique a sí mismo cada vez más y, por el consuelo de Su Espíritu, endulce todo aquello que es amargo para la carne, y absorba vuestros espíritus en Sí mismo, de tal manera que, al contemplar esa corona celestial, estéis completamente dispuestos a dejar atrás todo lo que pertenece a este mundo.

      Ahora, en este preciso momento, la necesidad misma os exhorta más que nunca a dirigir toda vuestra mente hacia el Cielo. Todavía no sabemos cuál será el resultado. Pero, ya que parece que Dios Se servirá de vuestra sangre para sellar Su verdad, no hay nada mejor para vosotros que os preparéis para ese fin, suplicándole que os someta a Su buena voluntad, para que nada os impida seguir hacia donde Él os llame (...) Puesto que Él Se complace en destinaros a muerte para preservar Su causa, Él fortalecerá vuestras manos en la batalla y no permitirá que una sola gota de vuestra sangre sea derramada en vano».

      Vuestro humilde hermano, Juan Calvino

      

ste es el quinto libro de una colección llamada «Los cisnes no guardan silencio». Al decir cisnes, me refiero a los cristianos fieles de la historia, que tuvieron vidas inspiradoras. Ellos no guardan silencio en el sentido de que sus vidas todavía hablan poderosamente para darnos aliento y dirección.

      La terminología de los cisnes que no guardan silencio proviene de la historia del retiro de San Agustín como obispo de Hipona, al norte de África en el año 430 d.C. Él fue una de las grandes voces que defendieron la verdad bíblica en la historia de la iglesia cristiana. Cuando Heraclio, su humilde sucesor, predicó en la celebración del retiro, dijo: «El grillo chirría, el cisne guarda silencio».

      Hace algunos años, la primera vez que leí eso, dije: «No, Heraclio, los cisnes no han guardado silencio». Ellos siguen hablando. Es decir, siempre que alguna persona cuente sus historias y les dé una voz, ellos continuarán hablando. Eso es lo que estoy tratando de hacer con esta serie de historias, que hasta el momento son quince (tres en cada libro).

      Uno de los descubrimientos más impactantes de mi vida fue el hecho de que Dios difunde la noticia vivificante de Jesucristo por medio del sufrimiento y el martirio. Eso es lo que ilustran las vidas de William Tyndale, Adoniram Judson y John Paton. Ellos eran ejemplos vivientes (y murientes) de lo que dice Colosenses 1:24: «Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia».

      Las aflicciones no son meramente el resultado de la fecundidad misionera, sino también el medio. Dios ha dispuesto que nuestro dolor sea parte de Su poderoso despliegue de la gloria de Cristo. La valía de Jesús en el mundo brilla más en la vida de aquellos que, a través de sus vidas sacrificiales, dicen: «Lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo» (Filipenses 3:8).

      Pocas cosas me inspiran a vivir con radicalidad para Cristo, una de ellas es el conocer las historias de aquellos que vivieron de esa manera. Yo oro para que tú también seas inspirado. Las naciones tienen una necesidad extrema. Y Cristo es un gran Salvador.

      

stoy agradecido con Lane Dennis y con el equipo de Crossway por el hermoso trabajo que han hecho al publicar esta serie de libros titulada «Los cisnes no guardan silencio». Este quinto libro, junto con el fruto y la comunión que hemos tenido con cada libro, ha sido algo muy gratificante.

      Mi asistente pastoral ejecutivo, David Mathis, me anima, me ayuda, y me aporta seguridad para este trabajo, de una manera que no sólo lo hace posible, sino que lo hace agradable. Doy gracias a Dios por la mentalidad proactiva de David, por su profundidad teológica, por su fidelidad bíblica, por su rigurosa edición, y por su amistad.

      Los ancianos y el personal de la Bethlehem Baptist Church siguen apoyándome de maneras que no merezco, animándome y cubriéndome de muchas maneras cuando estoy ausente por causa de la culminación de proyectos como éste. La iglesia está en buenas manos. En cualquier momento podría irme al Cielo en lugar de volver al púlpito. Y yo sé que les irá muy bien. Ellos dependerán