La otra economía que NO nos quieren contar. Eduardo Garzón Espinosa

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Название La otra economía que NO nos quieren contar
Автор произведения Eduardo Garzón Espinosa
Жанр Зарубежная деловая литература
Серия A Fondo
Издательство Зарубежная деловая литература
Год выпуска 0
isbn 9788446051305



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como hemos dicho, poner a trabajar a esa población; si no lo hacía, esta no podría pagar esos impuestos y además se enfrentaría a duros castigos. Otros autores como James White[8] o Peer Vries[9] señalan que algo parecido ocurrió en los primeros años de la Unión Soviética y de la China de Mao, donde los impuestos habrían sido utilizados para obligar a los campesinos a abandonar el campo y trabajar en la industria pesada de las ciudades[10].

      En cualquier caso, lo que interesa destacar es que, según esta visión chartalista, los impuestos no se crearon para recaudar dinero, sino para recolectar bienes y servicios. Al fin y al cabo… ¿qué sentido tendría que las autoridades exigieran el pago de unas tablillas de arcilla que ellas mismas creaban? Su objetivo no era acumular tablillas de arcilla, sino obligar a la gente a producir bienes y servicios en su favor. Por lo tanto, los impuestos no eran un mecanismo de financiación, sino un mecanismo de transferencia de recursos reales desde los ciudadanos hacia las autoridades.

      Pero no se trata sólo de un hecho histórico: ocurre lo mismo en los Estados modernos, como veremos con más detalle en próximos capítulos. Baste de momento tener en cuenta que los sistemas tributarios actuales permiten que el sector público absorba recursos reales del sector privado (mano de obra, materiales, suministro energético, etc.), para luego redistribuirlos de vuelta al mismo sector, pero de una manera más equitativa en forma de infraestructuras, educación, sanidad, investigación, desarrollo y cualquier otra prestación que se haya habilitado. El papel de los impuestos en las modernas economías de mercado sigue siendo el mismo que en tiempos ancestrales: transferir recursos reales hacia el Estado, para que este los vuelva a redistribuir. Antiguamente era en aras de la concentración de poder, de la colonización y del esclavismo, pero en tiempos recientes suele ser en aras de la equidad y de la justicia.

      En definitiva, la TMM se apoya en los postulados chartalistas para señalar que el dinero fue una creación del Estado para facilitar y multiplicar la transferencia de recursos reales de los ciudadanos a las autoridades. Es la utilización del monopolio de la violencia a través de impuestos lo que da valor al dinero del Estado y también lo que impulsa la producción de bienes y servicios en el sector no estatal. En el próximo capítulo profundizaremos en estas y otras funciones que tienen los impuestos de acuerdo con la TMM.

      [1] H. D. Macleod, The Theory of Credit, Londres y Nueva York, Longmans, Green, and Co., 1889-1891, p. 57.

      [2] G. Simmel, The Philosophy of Money, [1900], Londres, Routledge, 1907, pp. 177-178 [ed. cast. Filosofía del dinero, trad. Ramón Cotarelo, Madrid, Capitán Swing, 2013].

      [3] G. F. Knapp, The State Theory of Money [1905], Londres, MacMillan & Company Limited, 1924.

      [4] A. Lerner, «Money as a Creature of the State», The American Economic Review 37, 2 (1947), pp. 312-317.

      [5] C. A. E. Goodhart, «The two concepts of money: implications for the analysis of optimal currency areas», European Journal of Political Economy 14 (1998), pp. 407-432.

      [6] L. R. Wray, Modern Money Theory: A Primer on Macroeconomics for Sovereign Monetary Systems, Londres, Palgrave Macmillan, 2012.

      [7] K. Polanyi, The Livelihood of Man, Nueva York, Academic Press, 1977. [ed. cast.: El sustento del hombre, trad. Ester Gómez Parro, Madrid, Capitán Swing, 2009].

      [8] J. D. White, Karl Marx and the intellectual origins of dialectical materialism, Londres, Macmillan, 1996.

      [9] P. H. H. Vries, «Governing growth: A comparative analysis of the role of the state in the rise of the West», Journal of World History 13, 1 (2002), pp. 67-138.

      [10] Para una revisión detallada de este tipo de experiencias véase M. Forstater, «Taxation and primitive accumulation: the case of colonial Africa», Research in Political Economy 22 (2005), pp. 51-65.

      IV

      Los impuestos no financian los gastos públicos

      Ya hemos visto cómo los Estados pueden lograr que el dinero que crean de la nada sea aceptado por la población de su territorio gracias a la exigencia de impuestos. En este capítulo vamos a profundizar sobre ello y a explorar cuál es exactamente el papel de los impuestos en cualquier economía.

      Pero ya hemos visto que la TMM, apoyándose en los planteamientos chartalistas, ofrece una respuesta diferente a esta pregunta. Lo que da valor al dinero es que el Estado obligue a pagar impuestos utilizándolo. Esto hace que la gente demande el dinero del Estado para pagarlos y evitar así represalias penales.

      De hecho, en la época posterior a la Segunda Guerra Mundial, esta idea de que los impuestos dan valor al dinero estaba ya bastante extendida entre la población, no sólo entre los economistas. Por ejemplo, la Enciclopedia Británica de 1946 recogía la siguiente definición de «dinero»: