Loti Ambrosi ha escrito este libro sin pelos en la lengua, como es ella, con gran valentía y pasión, y con una prosa transparente y rica capaz de provocar en el lector una inmediata complicidad. La autora ha transitado por diversos espacios vitales que condensa en episodios de distinto registro emocional. Una infancia con pronunciados altibajos, una familia disfuncional de diez hermanos, de la cual ella es la primogénita, su paso como estudiante de Filosofía en la por entonces efervescente UNAM (ingresó nada menos que en 1968), la depresión y su acercamiento al psicoanálisis, las vacaciones felices en la casa de campo, su experiencia con la música y las artes en general, los amores que no fueron y los que sí, los viajes a Europa, un seminario de tres años en Zúrich con Dieter Baumann, nieto del célebre psicoanalista Carl Gustav Jung, los deportes, el feminismo y la política, entre otros temas, desfilan por estas páginas como experiencias personales en las que, en muchas ocasiones, el lector se identificará porque, en el fondo, se trata de temas universales. Una mujer inteligente y culta, forjada en la proteica década de los sesenta, canta y cuenta su singular peripecia vital que, más aquí o más allá, es también la de todos nosotros.