Es posible que sientas el deseo de acompañar a quien se encuentre caminando solo y no vea clara la huella. Seguramente lo hagas porque recuerdas la generosidad de cómo otros lo han hecho por ti. El P. Meana nos ofrece un itinerario para ir descubriendo en la propia interioridad esa vocación de la entrega. El autor sintetiza en esta obra años de escuchas, aprendizajes, discernimientos, hasta retratar los rasgos fundamentales del alma de quienes se disponen a acompañar en el camino. Nos invita a hacer un recorrido en la propia persona e ir esclareciendo cómo prepararse para ello. En un estilo cálido de meditación, el recorrido de estos capítulos te llenará de claridad y de confianza.
"El dolor es ese límite contra el que todos, alguna vez, chocamos. Ante él, muchos llegan a cuestionarse el sentido de la vida y la misma existencia de Dios… No se puede permanecer imparcial ante él". La Autora, a modo de una amiga muy querida, dedica unas breves reflexiones cargadas de aliento y comprensión a quien se halla desconcertado y en la profunda tristeza. No pretende dar razones ni motivos, sino ser una compañera en el espinoso camino de la desolación y brindarnos claves para ser también nosotros compañeros de los demás. Invita a trascenderlo, encontrar alivio y enseñarnos una luz capaz de brillar en la noche más oscura.
A lo largo de la vida, pasamos por situaciones dolorosas. Cuando eso sucede, la realidad toca en lo más hondo y suponemos que, desde entonces, no seremos los mismos. ¿Cómo se retoma la vida después de ello?
Nos señala el P. Eduardo que en cada uno existe la capacidad de atravesar el propio dolor, mirarlo de frente y dejar que él nos lleve hacia nuestro crecimiento. Ese revivir que nos hace más fuertes se llama Resiliencia.
Este libro no es un tratado, sino que es un camino para ir transitándolo por quienes sufren y luchan, por los que acompañan y educan. Encontrarán en esta obra, claridad psicológica, pero también poesía; itinerarios formativos, y mística… Hasta la provocativa propuesta final: no hay Identidad sin Resiliencia, «sólo llegas a ser tú si eres resiliente».