Plantas de Canarias. Peter Schönfelder

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Название Plantas de Canarias
Автор произведения Peter Schönfelder
Жанр Математика
Серия Guías de Naturaleza
Издательство Математика
Год выпуска 0
isbn 9788494838125



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de África).

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      Otra especie El matomoro brusquillo, glabro, primero gris-verdoso y después rojizo, presenta hojas brevemente pecioladas de unos 5 mm de longitud, carnosas y en forma de gota, ligeramente cóncavas en su parte superior. Flores axilares diminutas con llamativos estambres amarillos. Frutos sin alas membranáceas (T, C, F, L, sur del área mediterránea).

       Matamoro brusquillo Suaeda vermiculata

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       Costas arenosas, dunas

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       Camellera

       Heliotropium erosum

      Boragináceas

      0,2–0,4 m II–VIII

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      Esta planta de la familia de las boragináceas ha cambiado varias veces de nombre científico. Como se han encontrado alcaloides en muchas especies del género Heliotropium, se recomienda evitar las aplicaciones farmacéuticas que se suelen indicar en la medicina popular, hasta que estas especies se hayan analizado con mayor profundidad. La camellera contiene alcaloides pirrolicidínicos como la heliotrina, que pueden causar intoxicaciones en animales herbívoros.

      Descripción Plantas con base leñosa, postradas o ascendentes, gris-verdosas, finamente pelosas y con cerdas blancas. Las hojas son casi sésiles, ovado-romboidales, con margen ondulado-crenado y revoluto. Flores aromáticas con garganta amarilla y margen pentalobulado blanco de unos 3-4 mm de anchura (también en Madeira, Cabo Verde y África).

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      Otra especie La hierba verruguera es anual y se distingue de la camellera por sus hojas pecioladas suavemente tomentosas, planas y de borde entero. Las flores son inodoras (barbechos, márgenes de caminos, P, T, C, F, L, Madeira, Azores, región mediterránea hasta Centroeuropa).

       Hierba verruguera Heliotropium europaeum

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       Costas arenosas, dunas

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       Aulaga

       Launaea arborescens

      Asteráceas

      0,3–1,5 m XII–VI

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      Las ramitas muertas y endurecidas de este arbusto de porte semiesférico actúan como espinas y pueden causar dolorosas heridas. El jugo lechoso de la planta desprende un desagradable olor; al ser comida por las cabras, perjudica el sabor de su leche, queso y carne. Debido a su contenido en sustancias amargas, las flores de la aulaga se usaban para estimular el funcionamiento de hígado y vesícula y también como laxante.

      Descripción Arbusto redondeado, glabro, gris-verdoso y con ramas en zigzag. Solo las plantas jóvenes y algunas más viejas en invierno presentan hojas, que son carnosas y caducas. Capítulos florales con flores liguladas amarillas y brácteas involucrales de ancho borde membranáceo. Terrenos arenosos costeros, también a mayor altitud en zonas de cardonal-tabaibal (Canarias, Madeira, Cabo Verde, noroeste de África y suroeste de España).

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      Otra especie La aulaguilla es herbácea y tiene una roseta basal de hojas parecidas a las del diente de león (Taraxacum), adpresa al suelo. Presenta una inflorescencia de máximo 0,4 m de altura (todo el archipiélago canario, sur de la región mediterránea hasta Afganistán).

       Aulaguilla Launaea nudicaulis

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       Costas acantiladas

      Las costas acantiladas están ampliamente distribuidas en Canarias, cayendo más de cien metros en vertical en algunos lugares, como en los acantilados de Los Gigantes (Tenerife) o las lisas columnas de basalto de Los Órganos (La Gomera), estas últimas casi carentes de vegetación. En otros casos (Andén Verde, Gran Canaria), los riscos pueden presentar una disposición escalonada, con numerosos andenes en los que se desarrollan algunas especies. A menudo, en la base de los acantilados hay playas de callaos y guijarros. La vegetación de los acantilados costeros debe su existencia a su adaptación a la maresía o spray salino, que sobre todo durante los temporales puede alcanzar más de 100 m de altitud. Algunas plantas logran esta adaptación mediante tallos suculentos, como la siempreviva de saladar o la tolda, otras lo hacen mediante hojas crasas, como la lechuga de mar o el hinojo marino, extendido por toda el área mediterránea. Ciertas especies, como la siempreviva de mar, pueden excretar la sal mediante glándulas. A pesar de que el número de especies y ejemplares no es muy elevado en los acantilados, se han desarrollado interesantes endemismos en estos enclaves de condiciones extremas. Algunos son muy escasos, como las dos especies de piñamar y las especies de pulicaria. También por encima de la zona de influencia de la maresía, los acantilados pueden ser interesantes, albergando endemismos como la cerraja de Famara (Reichardia famarae) o la lechuguilla de Teno (Tolpis crassiuscula). Algunas plantas, como la uva de mar común, crecen tanto en costas rocosas como en playas de arena.

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       Acantilado de Andén Verde, Gran Canaria

       Costas acantiladas

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       Tolda

       Euphorbia aphylla

      Euforbiáceas

      0,4–0,8 m III–VII

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      Las especies de euforbiáceas presentan muy diversas formas de crecimiento, pero tienen en común un tipo de inflorescencia muy específica, aunque poco llamativa: el ciatio, también descrito como pseudanto, que está compuesto por 4 (5) glándulas nectaríferas y una sola flor femenina central rodeada por flores masculinas, cada una reducida a un solo estambre.

      Descripción Arbusto denso, glabro, con ramas verdes o verde-grisáceas, ± erectas, cilíndricas, articuladas y carnosas, de hasta 7 mm de grosor, que segregan un jugo blanco lechoso muy tóxico. La planta carece totalmente de hojas, de ahí su denominación científica. Sus flores amarillo-verdosas son diminutas y se hallan en los extremos de las ramas; en época de fructificación desarrollan cápsulas