Название | Meditación primordial |
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Автор произведения | Daniel Taroppio |
Жанр | Сделай Сам |
Серия | |
Издательство | Сделай Сам |
Год выпуска | 0 |
isbn | 9789507546990 |
Y lo más importante, para alcanzar esta profunda comprensión, no necesitamos de ningún sistema de creencias, pues se trata de una experiencia inmediata para quien hace el trabajo de buscarla. Todo lo que acabamos de describir, acerca de la forma en que se constituye la materia a partir de fenómenos vibracionales, ha sido demostrado por la ciencia. Quien posea una fe para orientarse en su vida, podrá interpretar esta vivencia de acuerdo con la misma, y le dará a esta presencia, un nombre, una identidad, con forma y atributos; quien no, lo hará desde una mirada empírica o científica, y lo considerará como el misterio del Universo. En ningún caso habrá contradicciones ni incompatibilidades. Esta profunda mirada yace en el corazón de todas las religiones más allá de sus diferencias culturales, y se encuentra también en la búsqueda empírica de la verdad que caracteriza a la ciencia.
A lo largo de la vida, desde el preciso instante de nuestra concepción, vamos pasando por estadios y experiencias similares a las que hemos descrito con la metáfora del remolino. Varias de estas etapas, como la que nos lleva desde ser un embrión a ser púber, se dan de forma casi automática; sin embargo, llega un momento en el cual es preciso asumir el compromiso del desarrollo personal y transpersonal para alcanzar niveles de consciencia en los cuales experimentar la unidad, la naturaleza original, la profunda consciencia del propio Ser.
Así entendido, sin necesidad de recurrir a fantasías metafísicas, el Ser se nos revela como una apertura más allá (antes, después y fuera) del espacio y el tiempo, más allá del nacimiento y la muerte, no siendo nunca desvirtuado por las circunstancias de la vida, pues pertenece al Flujo Universal del que todo emerge y al que todo retorna. El agua puede ir hacia y volver del cielo interminablemente, adoptando en este viaje eterno las más innumerables formas y ocupando incontables espacios, como vapor, nube, gota de rocío, arroyo, río o mar, pero el hidrógeno y el oxígeno, así como la energía vibratoria que los crea y los integra, seguirán siendo siempre lo mismo. Sólo la experiencia viva y directa (es decir sentida, no sólo pensada) de esta dimensión, permite que el ego descanse de su temor permanente y de su compulsiva y agotadora búsqueda de seguridad, placer y evitación del dolor. Si en lugar de aferrarnos a ser agua de una fuente, de un río, de un lago o del mar, nos percibimos a nosotros mismos como una maravillosa síntesis de hidrógeno y oxígeno, y aún más allá, como un vacío vibratorio (subatómico, cuántico) que adopta la forma de moléculas, podremos estar abiertos y disfrutar de todas las formas en que podamos experimentarnos a nosotros mismos y a los otros, cuya naturaleza más profunda es idéntica a la nuestra. Ésta es la esencia de la libertad, de la sanación superior, de la trascendencia, y es la fuente de la más auténtica y profunda moral, es decir, la que no proviene de mandatos, sanciones ni castigos, sino de la percepción inmediata de nuestra unidad con todo lo que existe, y especialmente con nuestros semejantes, es decir, del amor.
Cuando me refiero al Ser no estoy recurriendo a ningún concepto metafísico. Según la física, los mismos átomos que aparecieron a partir del Big Bang siguen existiendo ahora, formando distintos cuerpos celestes y todo lo que éstos incluyen. Cada vez que un sol estalla, libera al espacio los materiales esenciales con los que se construirá un nuevo sol, así como planetas y asteroides. Los átomos que formaban parte del sol desaparecido constituirán ahora un nuevo sol. Como los mismos físicos suelen decir, los átomos “reencarnan” eternamente, y en cada nueva “reencarnación” mantienen la información, la memoria que traen desde el pasado. Es probable que muchos de los átomos que constituyen tu cuerpo hayan existido desde el mismo Big Bang; y con seguridad, todos ellos han sido parte de soles que estallaron y liberaron los materiales esenciales con que se construyeron otros soles, y así hasta formar parte de la tierra de la que tú has emergido, o de los asteroides que, según otras teorías, trajeron las bacterias de las que surgió la vida en nuestro planeta. En cualquier caso, somos portadores de una información cósmica ancestral y extraordinaria.
La mayoría de las concepciones científicas afirma que sólo los seres vivos son capaces de conservar y transmitir información a través de su descendencia. La gran pregunta entonces es: ¿cómo surgió la vida de la materia inanimada? Según la teoría más aceptada, la vida en nuestro planeta surgió de elementos inorgánicos que, en lo profundo de los mares, sufrieron la influencia de reacciones químicas generadas por explosiones volcánicas submarinas, las que generaron las primeras formas de existencia biológica: las bacterias. Otra teoría, como hemos visto, sugiere que las primeras bacterias llegaron a la tierra transportadas por asteroides, los que trajeron gran parte del agua que conformó los océanos y que hoy forma el 70% de tu cuerpo. Sea cual fuere la teoría correcta, la pregunta sigue vigente: ¿de dónde provino la información que organizó los elementos inorgánicos constitutivos de los seres vivos y, mucho más aún, la que diseñó sus funciones orgánicas a lo largo de millones de años de evolución? Sencillamente no lo sabemos. Éste constituye uno de los más profundos misterios del Universo. Pero hay algo de lo que tenemos certeza: esa información, esa memoria, nos habita; habita en ti, y te regala la experiencia de vivir segundo a segundo. Esa información que ha recorrido el Universo durante millones de años, y que es la misma que crea y organiza todo en el Cosmos, está presente en lo más profundo de ti, y lo hace de una forma única e irrepetible. En cada uno palpita una síntesis original e irrepetible que nos brinda nuestra identidad más profunda, de allí el valor sagrado de toda forma de vida. Esto es lo que somos antes de convertirnos en personas con un ego más o menos adaptado o inadaptado a las modas sociales y culturales de cada época. Esta información cósmica es nuestro Ser original, una fuente de energía y sabiduría extraordinaria que está ahí, en lo profundo de ti, esperando ser descubierta y liberada. Esta sabiduría cósmica, omnipresente y eterna, es la que buscamos experimentar con