Maldivas. vvaa

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Название Maldivas
Автор произведения vvaa
Жанр Книги о Путешествиях
Серия Petit Futé
Издательство Книги о Путешествиях
Год выпуска 0
isbn 9782305018720



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ya que descansa durante el día, después de cazar toda la noche. Es considerado inofensivo para los humanos y es menos feroz que el tiburón punta negra. Las puntas de sus aletas son blancas y pueden alcanzar los dos metros de longitud.

       El tiburón gris de arrecife (Carcharhinus amblyrhynchos) vive a lo largo del talud, donde no es raro ver varias docenas de individuos vagando, juntos e indiferentes. Se encuentra, principalmente, en áreas con fuertes corrientes marinas. Este magnífico tiburón, que puede alcanzar los tres metros, tiene el borde de la aleta dorsal color negro.

       El tiburón nodriza leonado (Nebrius ferrugineus), que se sienta en la arena en el fondo de las cuevas, pasa el día durmiendo. Por la noche, se alimenta de pequeños peces, conchas y erizos de mar que encuentra cuando escarba en la arena y las grietas con las dos barbas que rodean su boca. Se reconoce por su color marrón, su larga cola y su morfología, muy aplanada en el vientre. Los adultos miden casi 3,50 metros de altura y son inofensivos para los seres humanos, siempre y cuando estos no lo molesten. Sin embargo, su mirada bondadosa y soñolienta incita a muchos a acariciarlo, e incluso a tirar de su cola. Por eso, según las estadísticas, es uno de los tiburones que se vuelve contra los buzos más a menudo.

       El tiburón ballena (Rhincodon typus) es el más grande de todos (alcanza los dieciocho metros), pero los individuos que se suelen encontrar no pasan de los ocho. Es el pez más grande del mundo y también uno de los más inofensivos. Solo se alimenta de plancton. Al igual que la ballena, nada con tranquilidad y, al ser de naturaleza curiosa, a veces emerge cerca de los dhonis. Desde la superficie del agua es posible observar su ancho cuerpo, azul oscuro, con manchas blancas. Además de su excepcional tamaño y color, se identifica por la forma aplanada de su cabeza.

       Rayas

      Primas de los tiburones, las rayas se caracterizan por el aspecto plano de su parte dorso-ventral. Casi todas las especies de rayas que encontramos en las Maldivas tienen entre uno o más agijones venenosos en la cola. Una picadura de este animal no solo es dolorosa, sino también peligrosa, ya que puede llegar a la sangre. Por lo tanto, evite tocarlos durante las inmersiones.

       La raya pastinaca (Taeniura/Pastinachus/Himantura/Urogymnus), o de látigo común, tiene un cuerpo aplanado que a veces supera los dos metros de diámetro, pero se diferencia de otras rayas por su forma claramente redondeada, como un disco. Tiene una larga cola con dos aguijones venenosos que utiliza como un látigo cuando se siente amenazada. Los ojos, que sobresalen, le permiten respirar. El lomo es gris y el vientre, blanco. Se encuentra en fondos arenosos, donde caza cangrejos y moluscos.

       La raya jaspeada (Aetobatus narinari) tiene una morfología muy diferente: un cuerpo en forma de diamante que puede alcanzar los dos metros, una cabeza puntiaguda y protuberante y una cola tres veces más larga que el cuerpo, con aguijones denticulados (entre uno y seis) de unos quince centímetros. Se mueve sola o en grupos, con varios congéneres. Su lomo es negro, salpicado de manchas blancas, y su vientre, blanco y suave. Generalmente tímida, se la puede encontrar nadando en los fondos arenosos de las lagunas, donde se alimenta de moluscos y crustáceos.

       La mantarraya (Manta birostris), con su silueta en forma de diamante, sigue siendo la estrella indiscutible. También se le llama «diablo marino» debido a sus dos rostros —o aletas cefálicas— a ambos lados de la boca: a los marineros de antaño les parecía el diablo. Su vientre es blanco, con manchas negras irregulares con las que se distinguen los individuos entre sí. Su cuerpo se extiende en una cola muy larga, sin aguijón, lo que la convierte en una criatura completamente inofensiva. No solo es impresionante en su tamaño —puede alcanzar los seis metros—, sino también en sus majestuosos movimientos, más cerca de volar que de nadar. Su cabeza está enmarcada por dos aletas cefálicas planas y flexibles que utiliza para canalizar el plancton hacia la boca, en forma de hendidura. Es un animal muy buscado por los buzos, ya que a veces acepta nadar un rato con ellos cuando está dispuesta a jugar.

      Mamíferos marinos

      Se habla poco de ello, pero Maldivas es también un destino privilegiado para ver una veintena de especies de ballenas y delfines, que son más fáciles de observar cuando el mar está en calma, es decir, entre enero y abril.

       En cuanto a las ballenas, las tres más grandes son el rorcual de Bryde, el gran cachalote y, la más grande de todas, la ballena azul. No es raro ver calderones, algunos cachalotes enanos o ballenatos de Cuvier (también llamadas de zifios). En los atolones más meridionales, fuera de las zonas turísticas, se pueden ver con frecuencia manadas de hasta quinientas ballenas que sobresalen del agua.

       Entre los delfines, la especie más común es la de los acróbatas de hocico largo, que, como su nombre indica, realizan acrobacias en grandes grupos, caracterizados en particular por sus saltos frontales de doble giro. De ahí, además, nace su otro nombre: girador o spinner dolphin (en inglés) de to spin (girar). Los delfines tienen características morfológicas comunes a todos los odontocetos: la dermis es tan delgada que no se puede usar para hacer cuero, excepto la de algunos delfines de río. Las variaciones de color de esta dermis se deben a la presencia, en mayor o menor concentración, de un pigmento oscuro: la melanina. La particular textura de la piel del delfín impide que se creen remolinos cuando atraviesan las corrientes de agua. Así, ofrece la mínima resistencia en el medio líquido. El delfín, avanzando por flujo laminar, puede, por ejemplo, alcanzar una velocidad considerable de 45 km/h siguiendo un barco. Mientras nadan, los odontocetos respiran a través de las fosas nasales unidas a un mismo orificio, o nariz, encima de la cabeza.

      Turismo submarino responsable

       No alimente a los peces. Puede provocar problemas de comportamiento en los peces, que, a su vez, acarrean cambios en el equilibrio biológico marino. Por ejemplo, los napoleones, alimentados de forma regular con huevos duros —que les encantan—, morían por indigestión. Por otro lado, las morenas son cada vez más agresivas y voraces, lo que es peligroso tanto para los peces como para los buzos.

       No toque los peces. Esta es otra acción que, si bien puede parecerle entrañable, es peligrosa para la supervivencia de los peces. La mayoría de ellos tienen la piel o escamas cubiertas con una mucosidad protectora que evita que se asienten los parásitos. Con solo tocarlos con las manos, dañamos la capa mucosa y los parásitos se enganchan inmediatamente, causando lesiones que pueden ser mortales. Los más populares entre los buzos son los nudibranquios y el marisco, así como todos los tetraodontiformes (de forma cuadrada) y los peces erizo. Cuando un buzo tira de la cola a estos últimos, se sienten amenazados y se hinchan. Los estudios biológicos han demostrado que la hinchazón repetida causa la muerte de los peces erizo, cuyo cuerpo solo puede soportar unos quince a lo largo de la vida.

       ¡Precaución! El pez piedra tiene fama de ser el animal más venenoso del mundo submarino. Su espalda está llena de espinas y posee un veneno mortal. El peligro proviene de la similitud de este pez con una piedra y del hecho de que la mayor parte del tiempo permanece escondido en el suelo. Sin embargo, solo pica para defenderse. El pez león (Pterois radiata), de color rojo, y el pez escorpión (Pterois volitans), negro o