Sistema nervioso y osteopatía. Danie Dierlmeier

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Название Sistema nervioso y osteopatía
Автор произведения Danie Dierlmeier
Жанр Сделай Сам
Серия Medicina
Издательство Сделай Сам
Год выпуска 0
isbn 9788499107264



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retirada parcial de la duramadre (vista superior izquierda) [24].

      Figura 2.14. Incorporación de las meninges en la calota (parte superior de la bóveda craneal) (vista frontal) [24].

      Después de una extracción de LCR, los pacientes han de permanecer varias horas acostados para que el orificio producido por la punción se cierre completamente. Si se incorporan demasiado pronto, no se podría cerrar bien (presión por la columna de líquido), lo que daría lugar a una pérdida constante de LCR, con la consiguiente disminución de la presión, que irritaría las trabéculas.

      A partir de la duramadre se forma el sistema membranoso: las hoces encefálicas. Las siguientes tres hojas surgen sin solución de continuidad de la duramadre:

      • Hoz del cerebro. Divide el cerebro en dos mitades.

      • Hoz del cerebelo. Separa las dos mitades del cerebelo.

      • Tienda del cerebelo. Separa el cerebelo del cerebro.

      El diafragma de la silla es la parte de la duramadre que pasa por encima de la silla turca en la base del cerebro. Separa la hipófisis de las partes cerebrales basales (figura 2.15).

      Figura 2.15. Septos durales (vista oblicua, izquierda ventral) [24].

      Las meninges encefálicas pasan directamente a las meninges espinales en la zona del agujero magno. Sin embargo, hay importantes diferencias.

      La duramadre espinal es la capa meníngea más externa con la estructura más recia y resistente. Sus fibras colágenas poco elásticas transcurren longitudinalmente y en capas. Por ello, tiene una gran fuerza axial y una pequeña fuerza transversal. Está formada por dos hojas. La hoja externa se encuentra adherida al agujero magno. En el conducto vertebral solo está fijada indirectamente a través de los manguitos de la duramadre en el agujero intervertebral. La duramadre espinal termina en el conducto sacro, junto con la aracnoides, a nivel de S3, en el denominado saco dural.

      La aracnoides espinal es una membrana muy sensible y fina, constituida por fibras colágenas que están dispuestas en forma de rejilla o entramado; estas fibras permiten algo de extensión y compresión. Tiene una función de protección.

      El espacio subaracnoideo se sitúa entre la aracnoides espinal y la piamadre espinal; contiene el LCR, que principalmente es responsable de la nutrición y también tiene una importancia biomecánica para la médula espinal. El LCR forma un amortiguador hidráulico.

      La piamadre espinal es la capa más profunda de tejido conectivo y posee muchos vasos sanguíneos. Termina en el filum terminal, en la parte posterior del cóccix, y está unida a la duramadre a través del ligamento denticulado.

      • Observación

      Las lesiones de nutación del sacro dan lugar a un aumento de la tracción de la duramadre espinal (figura 2.4). En función del grado tensional, la tensión puede llegar a las cavidades craneales y causar irritaciones de las estructuras encefálicas.

      El sistema nervioso central posee conexiones externas (hacia el conducto vertebral y el cráneo óseo), así como conexiones internas (de meninge a meninge). Estas conexiones son necesarias para que el sistema nervioso sea insensible, en gran medida, a las alteraciones de la posición (gravedad o traumatismo por aceleración):

      • Conexiones externas de la duramadre

      – Suturas del cráneo.

      – Hoja externa con adherencia al agujero magno.

      – Conducto sacro a nivel de la S3.

      – Mediante el correspondiente manguito de la duramadre, indirectamente en el agujero intervertebral.

      • Conexiones internas de la duramadre

      – Ligamento denticulado. Estos ligamentos son estructuras planas que van desde la médula espinal hacia la duramadre. Tienen una orientación frontal (figura 2.9). Estabilizan lateroexternamente la médula espinal e impiden las lesiones de la médula espinal por aceleraciones laterales.

      – Septos intermeníngeos y leptomeníngeos.

      Algunas de las fibras del músculo recto posterior menor de la cabeza (figura 11.3) atraviesan la membrana atlantooccipital y conectan la duramadre espinal a la altura de C2. Este músculo forma parte de la musculatura suboccipital. Este grupo muscular posee un gran número de fibras musculares intrahusales. Por consiguiente, esta musculatura (por los numerosos husos musculares) es más un «medidor de tensiones» que un músculo de trabajo en sentido estricto. La musculatura suboccipital es más reactiva que activa. Además de ejercer efectos en las articulaciones craneales, el músculo recto posterior menor de la cabeza puede tirar de la duramadre en caso de una contracción. Esto puede dar lugar a una cranealización de la médula espinal o a que esta se mantenga en una posición craneal.

      • Observación

      Estas relaciones han de tenerse en cuenta sobre todo en la movilización del nervio ciático o en los tratamientos de la duramadre lumbar, dado que los segmentos inferiores del sistema nervioso solo podrán conseguir una movilidad completa con una caudalización suficiente de la médula espinal.

      El músculo puede sufrir espasmos, sobre todo en un traumatismo del sistema nervioso. Cuando esta situación perdura en el tiempo, pueden producirse cambios estructurales, dado que el aumento del tono influye negativamente en el riego sanguíneo. El espasmo tiene una gran importancia en el momento del traumatismo, así como en la «fase de curación», ya que reduce o elimina completamente la movilidad de los nervios (extraneural) en las zonas de las articulaciones craneales. Se trata de una función de protección frente a «lesiones» del bulbo raquídeo y los núcleos de los pares craneales situados a este nivel.

      • Apunte osteopático

      Debido a esta función de protección, un espasmo en esta región siempre debe tratarse después de la fase aguda, ¡nunca antes! Además, es recomendable eliminar las limitaciones del movimiento del sistema nervioso situadas a nivel distal antes de resolver el espasmo.

      El tejido conectivo de los nervios periféricos tiene la función de proteger las vías nerviosas frente a cualquier injerencia nociva. Asimismo, el tejido conectivo ha de posibilitar el deslizamiento de los axones entre sí. Esto es importante en las zonas en las que el nervio pasa por encima de articulaciones, para que no se comprima. Si pensamos